domingo, 2 de octubre de 2016

EL DELITO DE LESA HUMANIDAD A LA VEJEZ


"EL CASTIGO DE LA CLASE PASIVA
Sufrimos el maltrato y la desconsideración del Gobierno porque ya estamos en el período de la vejez, no somos útiles a sus propósitos, no tenemos fuerzas, no podemos obviamente hacer huelgas, no tenemos otros recursos que puedan ayudarnos a llamar la atención de una sociedad sorda y egoísta.
Los años que hemos trabajado para el engrandecimiento del país, aportando además, de nuestros haberes, el dinero necesario para asegurar nuestra vejez, la experiencia ganada que nos da bondad y sabiduría, todo es vilmente despreciado por una generación ambiciosa y corrupta. Es la triste verdad que venimos afrontando.
El ciudadano, al momento de jubilarse, es defraudado deliberadamente, al efectuarse una liquidación menor a lo que corresponde por ley. No tiene otra opción que iniciar por vía judicial una acción tendiente a obtener el reajuste de sus haberes. Así ingresa a la dolorosa cofradía de los jubilados. Y así también comienza el via crucis de más de 15 “estaciones”. Los juicios se demoran, se paralizan, se obstruyen maliciosamente, se apelan cuando existe un compromiso internacional de no hacerlo, se desoyen las sentencias judiciales, incluso de la Corte Suprema, y no se pagan las liquidaciones ordenadas.
Los Fondos de Garantía de Sustentabilidad, es decir la Caja de Anses, es saqueada por el Gobierno para financiar Fútbol para Todos, para ayudar al Banco Central, para conjugar el cuantioso déficit de Aerolíneas Argentinas, para frenar la cotización del dólar, para brindar auxilio económico en las catástrofes naturales con la hipocresía de malinformar que los fondos proceden del Tesoro Nacional, para otorgar continuamente “préstamos” al gobierno que nunca son devueltos.
Con ese panorama los jubilados, al vetar la Presidente el 82% móvil, reciben reajustes anuales, una verdadera limosna que se les otorga por gracia monárquica.
El Gobierno toma ventaja de la situación indefensa de una clase pasiva, agobiada por los años y el maltrato a que se ve sometida, insultos y agravios de por medio, buitres y caranchos en boca de la Presidenta. Inexplicable el silencio cómplice de políticos, terratenientes, industriales, profesionales, instituciones y buena parte del periodismo.
La tercera edad existe y no es descartable. La ingratitud y el desprecio hacia los mayores no pueden tener cabida en una sociedad, cualquiera que sea su identidad política o su ideología."
Este fue nuestro escrito de hace cuatro años que cobra valor en la actualidad, pues hoy acabamos de leer esta noticia.

UN FALLO REDUCE LAS SUBAS A LOS
JUBILADOS QUE VAN A LA JUSTICIA
Una decisión de primera instancia modifica el índice de actualización de salarios que hasta ahora siempre se consideraba al ordenar el recálculo de haberes.
La lectura de este artículo sólo nos mueve a  rescatar lo que venimos sosteniendo desde hace muchos años en nuestros espacios de redes sociales: los ancianos son descartables. Todos los estudios, dictámenes, fallos y comentarios de orden jurídico son un ejemplo del tratamiento de un caso de suma gravedad que arrastras más de cincuenta años, y que advierto no se ha dado en otros temas sociales, pero si se me perdona la expresión, conforma una extraordinaria biblioteca de condena al jubilado. Ahora comprendo la expresión de “Delito de lesa humanidad”
Siempre dudé de la anunciada “reparación histórica” de que alardea el gobierno. Desmenuzando su articulado y lo que podemos denominar letra pequeña, llegamos a la conclusión de que se trata de una real extorsión del Estado que le dice al jubilado mayor de 80 años, iniciador de un juicio de más de diez años, ”acérquese a Anses y en una especie de pequeño tribunal acepte una substancial disminución que corresponde a su retroactividad, firme su compromiso de no demandar  mas al Estado y le pagaremos de inmediato"
¿No es ésta una perversa coacción a gente vulnerable y cansada de esperar Justicia? Con el fallo aludido al principio surge una nueva etapa de estudios jurídicos y académicos con la sempiterna oposición de ANSES al posible beneficio de los jubilados.Y mientras se dictan clases magistrales y honorables funcionarios se deleitan con petulancia en la exhibición de sus conocimientos, los castigados litigantes van muriendo inexorablemete. Su último domicio para enviarles un exhorto negando sus derechos, será el cementerio.
Seguirán corriendo alegremente los estudios académicos, las polémicas encendidas plasmadas en las pantallas de televisión, se retorcerá de placer ANSES ante las perspectivas de nuevos obstáculos y trabas en los juicios, dictará sentencias la Corte de Justicia que, como  históricamente se ha compobado, van al canasto sin el debido cumplimiento que la Constitución exige.
En ese prolongado intervalo, absortos y mudos testigos, los vulnerables ya no venerables ancianos correrán sus nerviosos dedos sobre el rosario que les va contando los días u horas faltantes para un triste final sin solución.
No es una película trágica lo narrado, es la triste realidad que la sociedad ignora.