domingo, 20 de enero de 2019

LOS ARCHIVOS REIVINDICAN ¿Qué hace el Gobierno?

DOS VALIENTES EDITORIALES DE LA NACIÓN QUE
NOS RECONCILIA CON EL PERIODISMO LIBRE
Nuevos vientos soplan en el país. Hemos recuperado la verdad escrita sin tapujos. La memoria y la historia destrozando el "relato" vergonzante que busca la desintegración de la familia, de la sociedad y de las instituciones republicanas, para sumirnos en el caos. Por esta vez, felizmente, la sensibilidad del tema no fue cerrado a comentarios. Invito a su lectura.
Silvio Pizarro

Editorial del 19 de Enero de 2014

El 19 de enero de 1974, en pleno ejercicio de la presidencia de Juan Domingo Perón, la organización terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) atacó el cuartel de la Guarnición del Ejército Argentino en Azul, provincia de Buenos Aires.
El grupo guerrillero, formado por aproximadamente 240 hombres, estuvo conducido por el recordado y ya fallecido comandante del ERP, Enrique Gorriarán Merlo. La acción de guerra tenía como objetivo, más allá del hecho político, apropiarse de armamento, municiones y explosivos para incrementar el poder de combate de la organización. La fecha elegida no fue casual: se trataba de un sábado en el mes de enero, por lo cual muchos efectivos militares estaban de franco y algunos otros, con licencia anual. La defensa del cuartel fue realizada por 60 militares que impidieron la sustracción de material bélico por parte de los comandos guerrilleros, que sufrieron unas 25 bajas.
En la acción, que tuvo una fuerte repercusión política y social, fue muerto combatiendo en la defensa el jefe de la guarnición, el coronel Camilo Arturo Gay, y asesinada la esposa de éste, Nilda Irma Casaux de Gay, a quien los guerrilleros mantenían como rehén junto con sus dos hijos de 14 y 21 años. También merece ser recordado el soldado conscripto Daniel González, quien fue ultimado en el puesto de guardia. En el ataque fue tomado prisionero el jefe del grupo de Artillería Blindada, el teniente coronel Jorge Ibarzábal, quien resultó asesinado luego de diez meses de cautiverio, el 19 de noviembre de 1974, en un traslado por parte de los guerrilleros de una "cárcel del pueblo" a otra, ante un control caminero.
Estos datos dan clara cuenta del grado de violencia existente, que hoy parece ser olvidado por gran parte de la dirigencia nacional. El ERP reivindicó el ataque en un comunicado de guerra, al tiempo que condecoró a sus combatientes. La conmoción por lo sangriento del intento de copamiento fue tal, que el entonces presidente Perón, vistiendo su uniforme de teniente general, dirigió un día después del ataque un mensaje al país por cadena nacional, cuyos conceptos de extremada dureza nos hablan de la situación de guerra interior que se vivía. Perón expresó: "Pido asimismo, a todas las fuerzas políticas y al pueblo en general, que tomen partido activo en defensa de la República, que es la afectada en las actuales circunstancias. Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción disolvente y criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones. Aniquilar cuanto antes este terrorismo criminal es una tarea que compromete a todos los que anhelamos una patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos en la lucha a que dé lugar". Se anunciaba, desde la primera magistratura nacional, lo que sucedería en los años siguientes.
Bastante tiempo después, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el 23 de enero de 1989, hace casi exactamente 25 años, se produjo el ataque del Movimiento Todos por la Patria (MTP) al Regimiento de Infantería Mecanizada, con asiento en La Tablada, conducido también por Gorriarán Merlo, quien había acumulado experiencia de guerra, en el ejército sandinista de Nicaragua. La citada organización atacó la unidad militar, con la excusa de que se avecinaba un alzamiento del sector carapintada del Ejército que pretendía derrocar al gobierno democrático, tratando de cosechar adhesiones al movimiento guerrillero que derivaran en apoyo popular al MTP.
La rápida reacción de la policía bonaerense impidió la retirada de las fuerzas guerrilleras, quedando al descubierto la maniobra. Luego de casi un día de combate, el regimiento fue recuperado. En la acción murieron dos policías y nueve efectivos militares, entre oficiales, suboficiales y soldados conscriptos, incluido el segundo jefe del regimiento, mayor Horacio Fernández Cutiellos, y hubo más de 60 heridos, que en algunos casos sufrieron mutilaciones severas. Entre los atacantes, 32 guerrilleros fueron abatidos.
Tanto el intento de copamiento de la unidad de Azul como el ataque al regimiento de La Tablada constituyen dos trágicos sucesos promovidos por las organizaciones guerrilleras en plena democracia. La memoria, como la historia, se constituye con hechos, y no con construcciones de un relato parcial. Desde la llegada del gobierno kirchnerista, se ha buscado presentar a la trágica década del 70 como una novela dividida en ángeles y demonios, sin asumir con honestidad y responsabilidad la violencia política que sumergió al país en un baño de sangre. En ese afán de venganza política, hoy llenan las cárceles, son enjuiciados y condenados, los por entonces jóvenes oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas y de seguridad que enfrentaron a organizaciones terroristas que, mediante la lucha armada, buscaron tomar el poder. Sólo un ánimo de pacificación nacional podrá superar y cubrir, desde la verdad, la tragedia que enlutó a la Argentina en aquellos años, asumiendo con grandeza y generosidad de espíritu el cruento saldo que tuvo la guerra interna que se vivió en el país. De lo contrario, continuaremos creando una sociedad de licántropos, donde el odio y el deseo de venganza nos aniquilarán y frustrarán un futuro de paz y concordia.
Editorial de LA NACIÓN del 20 de enero de 2019
"Con honor y valor defendieron la patria". Así reza la inscripción pintada sobre una de las paredes que rodea el predio que alguna vez albergó al Regimiento de La Tablada , escenario del intento de copamiento por parte del Movimiento Todos por la Patria (MTP), ocurrido el 23 de enero de 1989.
El miércoles de esta semana se cumplirán 30 años y la frase tiene más vigencia que nunca. Aquellos que dieron su vida en defensa de la democracia tendrán un sentido homenaje por parte del Ejército , que se realizará en la ciudad de Pigüé, donde actualmente se encuentra el Regimiento Mecanizado 3; y el otro se hará en La Tablada, donde antiguamente se encontraba el cuartel atacado por el MTP.
Las construcciones que antes albergaban a los oficiales hoy se esconden detrás de enormes matas de vegetación y se pierden en una maraña de hojas verdes que se parecen más a una selva que a un excuartel militar.
Todo parece estar tal cual quedó después de aquella sangrienta jornada que dejó 43 muertos y una imagen imborrable en la Argentina, que buscaba consolidar el sueño democrático.
En la toma del regimiento de La Tablada, que duró dos días (23 y 24 de enero de 1989), hubo un total de 43 muertos y más de 60 heridos, que en algunos casos sufrieron mutilaciones severas. Entre los fallecidos, nueve eran militares (entre ellos, cuatro conscriptos), dos agentes de la policía de la provincia de Buenos Aires y 32 guerrilleros del MTP.
Uno de los caídos en la recuperación del regimiento fue el teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos, quien se desempeñaba como el segundo jefe de La Tablada. Su hermano, Gonzalo Fernández Cutiellos, también militar y retirado, dialogó con LA NACION sobre el día del copamiento.
"Fue caótico. Yo estaba por entrar a recuperar el cuartel cuando me avisaron que había caído mi hermano y me tuve que hacer cargo de todo el tema familiar. Mi hermano dejó cuatro chicos chiquitos de entre 10 años y 2 años, y una viuda. Fue un desastre", señaló.
Sebastián Miranda, historiador y autor del libro Los secretos de La Tablada contó aLA NACION por qué considera que la jornada del 23 de enero fue confusa para los combatientes. "En 1989 se pensó que el terrorismo estaba vencido. Un ataque a una unidad militar, que había sido moneda corriente en la década del 70, se consideraba superado para 1989. Era muy poca la gente que creía que eso se podía volver a repetir", sostuvo.
El mayor retirado Jorge Taboada, uno de los combatientes para recuperar el cuartel de La Tablada, coincide con la posición de Miranda en que fue un ataque que no se esperaba de ninguna manera.
"Fue tan sorpresivo. El regimiento estaba de licencia de verano y estaba disminuido. La guardia también estaba disminuida porque además el gobierno nacional había impuesto una serie de restricciones por cuestiones presupuestarias", precisó.
El exministro de Defensa de Alfonsín, Horacio Jaunarena, recuerda que la situación del Ejército en ese momento era de normalidad y nada hacía prever un ataque de esa magnitud. Sin embargo, contó que "habían registrado denuncias unos días antes" de dirigentes del MTP de que había sectores del Ejército que intentarían un golpe de Estado. "Denuncias a las que no les atribuimos ninguna seriedad", comentó, aunque después se comprobaría que no eran infundadas.
Carlos Romero, exagente de la policía bonaerense y titular de la Comisión de Homenaje a Policías y Ciudadanos Muertos por la Delincuencia, contó que hace varios años vienen realizando un acto en memoria de los combatientes y remarcó la importancia de guardar la memoria.
"Yo siempre les rindo mucho tributo a los muchachos que llegaron en la mañana del 23, que combatieron, como el comisario inspector García García y el sargento Soria, que fueron dos de los caídos", precisó.
El cabo primero Gustavo Albornoz tenía apenas un mes de vida cuando su padre, el sargento José Gustavo Albornoz, murió combatiendo para recuperar La Tablada.
"Ahora tengo 30 años y estoy destinado al Regimiento 1 de Patricios. Pero anteriormente estuve 5 años en el Regimiento de Infantería Mecanizado 3, que es el mismo que estaba en La Tablada pero con asiento en Pigüé. Estuve prestando servicio donde estuvo destinado mi papá. Para mí es un orgullo y una satisfacción por estar en ese regimiento que aparte de ser histórico, tiene instalaciones que llevaban el nombre de mi papá", comentó.
Albornoz contó también que desde que era pequeño siempre le decía a su mamá que quería ser como su padre. Y el próximo miércoles estará en el homenaje en Pigüé, donde le rendirán honores por ser el hijo de uno de los caídos que defendió la democracia en aquella jornada calurosa de enero.
Y no será el único, ya que también estarán los familiares de los otros caídos: el teniente coronel Horacio Fernández Cutiellos; los tenientes primero Ricardo Rolón y Ramón Waldimiro Orué; el suboficial principal Ricardo Raúl Esquivel; los soldados Leonardo Martín Díaz, Domingo Grillo, Roberto Taddía y Héctor Cardozo; el comisario inspector Emilio García García, y el sargento primero José Munel Soria.
Por su parte los guerrilleros del MTP denunciaron que cuatro de sus compañeros fueron fusilados y desaparecidos. El pasado diciembre comenzaron las audiencias del juicio oral y público por la desaparición de José Díaz, uno de los cuatro guerrilleros del MTP desaparecidos. El Tribunal Oral Federal Nº 4 de San Martín está juzgando al exgeneral Alfredo Manuel Arrillaga por el homicidio de Díaz. Los otros tres detenidos y desaparecidos fueron Carlos Samojedny, Francisco Provenzano e Iván Ruiz Sánchez.
.............................................................................................
No es exagerado expresar que esta última información del editorial es una broma macabra de la instaurada “democracia” del gobierno de Alfonsín y que continúa riéndose de nosotros y de la historia hasta hoy día con la democracia del gobierno de Mauricio Macri.
Sí señores, los criminales guerrilleros del ataque a la Tablada, como lo fueron los del ataque a la unidad de Azul fueron premiados con jugosas indemnizaciones en dólares, homenajes, lápidas y flores, mientras losvalientes soldados defensores son presos y procesados por juicios de lesa humanidad. Ancianos,enfermos, abandonados en inhumano cautiverio, van muriendo en su injusto encierro de venganza.