martes, 19 de mayo de 2020

RETORCIDAS ESPERANZAS



Un castigo inmoral de un gobierno inmoral. 
Los jubilados vienen de perder su movilidad en virtud de las resoluciones del macrismo en el año 2017, siguen perdiendo con la congelación de esa tramposa movilidad, por los decretos de necesidad y urgencia del presidente Alberto Fernández, y como escandaloso remate recibirán en junio un insignificante aumento del 6%,  por otro DNU del mismo presidente.
Todo premeditado con malicia, en virtud de la cuarentena durante la cual los tribunales permanecen cerrados, pero con el protocolo virtual de Anses que lo ayuda a continuar la masacre: Trampear, Demorar, Obstaculizar, Impugnar, Apelar y No pagar.
Parece que se mofaran de los fallos dictados por la Corte Suprema desde 1957 para que se concrete un justo índice de movilidad como fija la Constitución Nacional. La legislatura se lo pasa por el trasero, el ejecutivo no se da por enterado, el judicial goza como masoquista de la irreverencia y nulo interés que le prestan los dos poderes, el periodismo, atolondrado y temeroso, recién comienza a preocuparse de un latrocinio de años al que jamás denunció ni criticó. 
La sociedad ya colocó una impiadosa cortina que los excluye de su seno materialista, mezquino y codicioso  
Allá en la lejanía no se vislumbra ninguna posible solución a este drama que llena las páginas crueles de  nuestra reciente historia.
El recordado veto de la presidente Cristina Kirchner, hoy vicepresidente, a la ley del 82% móvil que aprobara  el Congreso en octubre de 2010, veto acompañado con los desagradables epítetos "cuervos y buitres" dirigidos a los jubilados, en nada contribuye a mantener una expectativa favorable a una justa solución.