martes, 22 de noviembre de 2016

ELISA CARRIÓ Y ANSES


El celo de la diputada Elisa Carrió en lograr la limpieza, transparencia y honestidad en la función pública, es altamente elogiable pero no deja de ser desproporcionado, con riesgo de caer en la excentricidad.
Acaba de solicitar que se investigue si tres altos funcionarios del Estado cometieron el delito de negociaciones “incompatibles con la función pública” por sus trabajos anteriores en Esso, Pan American Energy, Bridas y otras petroleras.
Las negociaciones “incompatibles con la función pública”, se acreditan si el funcionario presta servicios o asesora a una persona o empresa respecto de la contratación o gestión de concesiones o si dichas entidades son proveedoras del Estado.
En este caso, los impugnados ya han renunciado a sus anteriores actividades y son ajenos a las mismas.
Ponemos el caso de profesionales abogados, contadores, ingenieros, médicos, economistas que prestaron servicios en distintas empresas o compañías y que renunciaron a sus cargos para desempeñarse en cargos públicos. ¿Tendría que haber una investigación de cada uno de ellos, por posible conflicto de intereses? Por el mismo concepto, habría que investigar a nuestra Canciller por haber desempeñado funciones diplomáticas en Naciones Unidas. Al ministro de Hacienda y Finanzas por haber asesorado económicamente a varias empresas. Al Director Nacional de Vialidad por haber sido vicepresidente en Pluspetro. ¿No tendrán todos ellos conflicto de intereses?
Es oportuno en esta circunstancia señalar que hay actualmente infinidad de temas de corrupción, a investigar, de mayor gravedad que los traídos a cuenta por la diputada, y que merecen primordial atención por su relación directa con el Poder Ejecutivo.
No conocemos una formal denuncia o pedido de auditoría de la diputada Elisa Carrió para una investigación a la Administración Nacional de Seguridad Social. No se necesita ser “léido y entendido” para comprender que un organismo nacional de esas proporciones, características y frondosa caja de recaudaciones, la mayor del país, no puede dejarse en la impunidad más absoluta, con mayor razón cuando es de público conocimiento que sufrió la más escandalosa corrupción y saqueos de que se tenga noticia.
Si la causa de esta impunidad está claramente a nuestra vista como un oscuro convenio que responde a conveniencias electorales y de las otras, ¿cómo es posible que nuestra diputada no lo advierta y no lo coloque al frente de sus justas denuncias?
Su reconocido prestigio de honestidad e integridad, su valiente defensa de la República y sus instituciones, nos inclina a juzgar que su falta de acción se debe a razones de fuerza mayor muy difíciles de explicar.
Desde estas columnas seguiremos imperturbables la exigencia de una investigación y auditoría de ANSES y sus ex titulares, hoy políticos de ocasión y oportunidad electoral, señores Sergio Massa y Diego Bossio, a quienes considero con todo respeto los adelantados jornaleros de la política autóctona argentina