domingo, 6 de diciembre de 2015

ABUSO DEL PODER PÚBLICO


La incontinencia desequilibrada de la Presidente para allanar su camino del "vamos por todo" que busca ejercer hasta en los días finales de su mandato quedó manifestada plenamente al disponer en su reciente decreto DNU   la inmediata restitución a todas las provincias del 15% de la coparticipación federal que se les retenía para financiar a la Anses, cuando a breves horas, el fallo de la Corte Suprema de Justicia lo ordenaba para sólo tres provincias.
Esta explícita adhesión a la doctrina y fallo de la Corte difiere por completo de la conducta que ha observado el Poder Ejecutivo en su persistente ataque a la justicia y su desobediencia a los fallos de la misma, que llegó  al incumplimiento de la sentencia de la Corte Suprema para reponer en su mandato al Procurador General Eduardo Emilio Sosa.
¿Porqué no adoptó el mismo procedimiento cuando  la Corte  sentenció favorablemente el juicio para que se le reajustaran los haberes jubilatorios al 82% en el caso Badaro?   Podía haber emitido un DNU ampliando el efecto a todos los jubilados. Por el contrario, tres años después, es decir en  2010,cuando el Congreso Nacional dictó por resolución unánime la ley que le otorgaba el 82% móvil a los jubilados, la vetó.
Pareciera que la Presidente hubiera perdido la noción de que existen registros públicos y periodísticos  de los hechos administrativos que ponen en evidencia comportamientos contradictorios que obedecen a estados de ánimos cambiantes por  ansias de venganza y abuso, propios de un desequilibrio mental.
Se aprecia una disminución notable de sus facultades que se van acentuando a medida que se aproxima la fecha de la terminación de su mandato, lo que pone en peligro las instituciones del país.
 La creación de nuevos organismos y oficinas de gobierno, la acreditación de más de 300  registros telefónicos oficiales, el nombramiento de miles de empleados administrativos, la designación de 16 embajadores en tan sólo 40 días y  su insólito proceder en los protocolares actos de la transmisión del mando´son hechos que en términos coloquiales diríamos, una locura, pero que en términos formales debemos considerar como inaceptables.
Sólo falta una declaración de guerra a los países imperialistas que la acosan a ella y a Maduro. No descartable, en un lapso de apenas cuatro días.
Y si se produce? ¿Que dirán los indiferentes e irresponsables congresistas, magistrados, políticos y periodistas espectadores de una muy posible e imprevista hecatombe?.  La culpa la tiene el otro.