martes, 5 de enero de 2016

EL PERIODISMO Y LA CORRUPCIÓN




Todos los caminos conducen a La Morsa
Clarín, Hace 7 horas. 4 de Enero del 2016
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© Proporcionado por Infobae JORGE-LANATA
Una de las herencias culturales del kirchnerismo, referida al periodismo, fue el uso de la desmentida. Durante los años K, el gobierno y el aparato de propaganda tomaron a la simple desmentida como prueba suficiente para la anulación de cualquier denuncia. Cualquiera que haya entrado a una cárcel lo sabe: todos los presos dicen que son inocentes. Gran parte del periodismo lo aceptó con docilidad: “¿No ves que lo desmintió?”, como si uno esperara que, ante la sola pregunta, el denunciado se largara entre lágrimas a reconocer el hecho. Así de infantil, pero funcionó.
La desmentida como recurso contó para el gobierno de entonces con un aliado indispensable: la impunidad. Nadie iba a investigar jamás si la desmentida era verdadera. Por eso fue posible que hechos incontrastables, pruebas evidentes, pasaran al archivo de las desmentidas. La reacción durante la fuga se ha modificado: ahora persiste la torpe desmentida común. En la edición de ayer de Página/12, Horacio Verbitsky inaugura la desmentida disfrazada de pelea política: anuncia que, en marzo, Macri lanzará una ofensiva judicial contra Cristina similar a la que la dictadura del 55 lanzó contra Perón. Antes mostraban pieles y joyas de Eva, ahora mostrarán bolsos con euros y hoteles de Cristina.
Aníbal Fernández sigue aún girando en falso: sólo desmiente, como si eso alcanzara. Eso sí, todavía le quedan algunas frases ingeniosas (quizá propias, quizá de Carlos Caramello, su asesor de prensa, el autor fantasma de sus libros). El vértigo de la información impide, a veces, ver lo que está más cerca: Aníbal Fernández fue (¿o es aun?) el jefe (¿intermedio? ¿principal?) de una banda vinculada con el narcotráfico. Los testimonios, las declaraciones, los hechos son por demás evidentes. El único motivo por el que hasta ahora pudo eludir a la Justicia fue la venalidad de los jueces, su docilidad al poder político de turno, como vergonzosamente muchos lo están demostrando ahora en otras causas.
Para los periodistas, el lector es una especie de personaje de ficción que escucha o mira los programas desde el comienzo hasta el final, lee el diario en orden, recuerda todo lo que decimos como si fuera importante y memoriza los nombres como en el colegio.
Quiero poner en contexto mi afirmación sobre Fernández:
-Entre 2006 y 2008 se incrementó como nunca antes la importación de efedrina.
-Sucedió una pelea sorda entre el Registro Nacional de Precursores Químicos del SEDRONAR junto al entonces titular, José Granero, contra el entonces ministro de Justicia, Aníbal Fernández, por el control del área.
-Grupos de narcos mexicanos, atentos a que la importación de efedrina era legal, se instalan acá. La efedra, de donde se obtiene la droga, crece en China e India. Debe estar legalmente regulada junto a otros 60 precursores, y en México se utiliza para elaborar metanfetamina. El kilo que llegaba a 100 dólares a Argentina se vendía en 10.000 dólares en México
-Entre 2004 y 2005 -publicó Emilia Delfino en PERFIL- se importaron 3.449,5 kilos de efedrina. A principios de 2006 comenzó el aumento desmedido: ese año entraron casi 7.000 kilos, y el pico sucedió en 2007 con 19.200 kilos.
-En 2008 sucede el triple crimen de General Rodríguez, y ese año las importaciones bajaron aunque no tanto: 15.650 kilos. Después del 28 de agosto -el crimen fue el día 7 del mismo mes- la importación se detuvo.
-En julio de 2014 trascendieron partes del expediente de Servini de Cubría en una investigación sobre efedrina donde supuestos cómplices de Fernández lo vinculan con el negocio. La jueza afirma que “existe una clara e indispensable participación de funcionarios públicos en las maniobras por narcotráfico”. Servini procesó a José Granero, a Gabriel Abboud y a Julio De Orue, del Registro de Precursores Químicos. Granero dijo entonces al portal Tribuna de Periodistas: “Me hicieron una cama”.
-En Periodismo para Todos, José Luis Salerno, ex policía y ex socio de Ferrón, uno de los asesinados, involucró a Aníbal en el Triple Crimen: “Para mí, la orden la da Aníbal, no Pérez Corradi, que era un financista. El negocio de la efedrina se lo quedó Aníbal con la SIDE”. “Forza, Ferrón y Bina quisieron quitarle el negocio a Fernández”, agregó.
-Las peripecias de Esteban Pérez Corradi, uno de los protagonistas del caso fueron investigadas en detalle por Emilia Delfino y Rodrigo Alegre: es una historia abierta. “Según consta en los registros de Gendarmería Nacional -escriben-, Pérez Corradi salió del país el 26 de julio de 2008, exactamente quince días antes de la desaparición de los tres socios. Vía Aeropuerto Internacional de Ezeiza, tomó un vuelo de Lan Chile y regresó el 10 de agosto por Lan Perú. Pero no ingresó en Chile ni en Perú. Fueron escalas para llegar a México”.
-Ante la Justicia, la viuda de Forza, Solange Bellone, declaró haber conocido un encuentro entre su esposo y Aníbal. “Hizo mención a La Morsa, alguien que tenía bigotes”, dijo.
-Martín Lanatta, ante las cámaras, fue más preciso: trabajó con Aníbal, recaudaba para él y para Andrés Meiszner en el RENAR, llevó dinero de un cartel mexicano con un acompañante de la SIDE a casa de Fernández, etc. Amplió ante la Justicia con nombres y direcciones que evitó mencionar en el aire.
-Semanas más tarde se conoció en perfil.com un video grabado en la cárcel por el propio Lanatta, donde Antonio Solivaret, ex asesor de la municipalidad de Quilmes, le ofrecía a él, su hermano Cristian y a Víctor y Marcelo Schillaci mejorar su pena a cambio de una retractación. “Yo me retracto, lo dejo limpio y el tipo gana”, dice Lanatta en el tape.
Días pasados, en Telenoche, comenté una obviedad: “Si quieren saber qué pasó pregúntenle a Aníbal Fernández”. Muchos se asombraron, hasta que hace pocos días los personajes vinculados a “la Morsa” comenzaron a aparecer: primero fue Marcelo Melnyk, el empresario gastronómico que le confesó a la Justicia que había alojado a los prófugos en su quinta de Florencio Varela. Según escribió ayer Nicolás Wiñazki en Clarín, “el vínculo entre el ex jefe de Gabinete y Melnyk nació cuando los presentó, en 2007, uno de los jefes de la barra brava del club Quilmes, Osvaldo “Dedo” Becerra. “Dedo”, quien pasó de barra brava a regente de varias parrillas por esa zona del conurbano bonaerense, conocía al joven Melnyk porque uno de sus locales de comida estaba ubicado frente a la pizzería “El Faraón”, con la que Melnyk habría generado una fortuna rápida y considerable, según el relato de vecinos, clientes y fuentes también de la política. “Melnyk -agregó- realizó trabajos políticos para el jefe territorial de La Cámpora de Quilmes, Diego Méndez, nombrado por Fernández en la sede local del ANSeS”.
Ayer, Marcelo Mallo, el jefe ultra K de Hinchadas Unidas Argentinas, barra de Quilmes, fue sorprendido con armas no declaradas. Mallo formaba parte de una banda que vendía certificados falsos de crédito fiscal a las empresas. Fue detenido y liberado por Oyarbide. Fue, antes, funcionario municipal de la gestión de Sergio Villordo, puesto en el cargo por Aníbal. Tal vez Verbitsky piense que todo es una venganza de la Libertadora, pero es inevitable asociar a este grupo encantador al ex dirigente de la AFA y la Conmebol José Luis Meiszner, ahora bajo la tutela del FBI.
¿Ningún fiscal o juez tiene nada que preguntar? ¿Alcanza con la desmentida? Escribo estas líneas a dos años de las próximas elecciones. Espero que nadie me acuse de tener intereses ocultos.
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En los gobiernos K, se hicieron 2.160 denuncias por corrupción ante la Justicia
Millones de dólares pagados en sobornos
Así surge de un informe de la Cámara Federal porteña. La ex presidenta fue la más denunciada con un total de 419. Reclaman la creación de un base de datos.
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Cristina: hay 419 denuncias en las que figura su nombre. Entre ellas, el caso Hotesur y el pacto con Irán. Nestor: pese a que falleció en el 2010, su nombre figura en 193 denuncias judiciales. Boudou: el ex vicepresidente está procesado en los casos Ciccone y papeles falsos de un auto. De Vido: el ex ministro de Planificación tiene denuncias por el manejo de la obra pública. Aníbal F.: el ex jefe de Gabinete suma denuncias por abuso de autoridad e incumplimiento de sus deberes. Jaime: el ex secretario de Transporte fue condenado a 6 años de prisión por la Tragedia de Once.
Entre el 2003 y el 2015, los principales ex funcionarios kirchneristas -entre ellos Cristina Kirchner- fueron objeto de 2.160 denuncias por corrupción solo en la Capital Federal, según un informe de la Cámara Federal porteña.
La lista de denunciados la encabeza la ex presidenta con 419; Néstor Kirchner (193); el ex vicepresidente Amado Boudou (117); el ex ministro de Planificación Julio De Vido (117); el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández (108) y el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. Siguen en este ránking: el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno; la ex ministra de Defensa y Seguridad Nilda Garré (67); el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich (61) y el ex vicepresidente Daniel Scioli (51). La lista incluye otros 27 ex ministros y ex secretarios de Estado que tienen menos de 10 causas.
Cristina no está procesada en ninguna causa hasta ahora. Pero tiene un frente complicado en los casos Hotesur y el pacto con Irán, entre otros y otros que tomarán otra velocidad después de la feria judicial de enero.
Clarín pidió oficialmente el mes pasado a la Corte Suprema de Justicia de la Nación el número de causas judiciales abiertas por corrupción durante el kirchnerismo y fue derivado a la Cámara Federal porteña. Este tribunal entregó un informe a Clarín que especifica que se recibieron un total de 2.160 denuncias según su base de datos.
Pero aclaró que no se sabe en cuantas los ex funcionarios fueron procesados, sobreseídos o se les dictó la falta de mérito porque el sistema informático no lo permite por su desactualización. Una denuncia es recibida y sorteada entre los juzgados. Si un fiscal hace un requerimiento pasa a ser a una causa.
Voceros de la Corte revelaron que se estudia crear una base de datos de causas por corrupción, como la que existe por los juicios por la represión ilegal.
Por su parte, la titular de la Oficina Anticorrupción (OA), Laura Alonso, dijo a este diario que "lamentablemente este organismo ha sido prácticamente desmantelado y no tiene estadísticas sobre causas de corrupción abiertas durante el kirchnerismo".
Alonso fue colocada allí por el presidente Mauricio Macri quien prometió combatir a la corrupción del kirchernismo y dijo que será implacable incluso con los funcionarios de su gobierno. Durante la campaña, Macri prometió enviar al congreso un proyecto de ley para incluir la figura del arrepentido en las causas por corrupción.
El último relevamiento de causas por corrupción lo hizo el Centro de Investigación y Prevención de la Criminalidad Económica (CIPCE) en colaboración con la UBA. Había registrado 750 causas por corrupción entre 1980 y el 2007 que tiene un promedio de duración de 14 años. La mayoría han sido cerradas por prescripción pese a que al Estado le robaron, se estima, unos 10 mil millones de dólares lo que equivale a diez veces el presupuesto anual del ministerio de Desarrollo Social.
Las denuncias y causas son solo la punta del iceberg de la corrupción porque la mayoría de los hechos quedan en el anonimato y no llegan a los tribunales.
Desde 2003 en adelante, la Argentina empezó a caer en el índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional, una ong global que lucha contra esos delitos que perjudican a los estados pero principalmente a sus ciudadanos. En el informe de TI del 2014 la Argentina había caído de la posición 106 a la 107 sobre un total de 175 países encuestados. Las últimas posiciones son para los países más corruptos. En el ranking de América, la Argentina gobernada por Cristina Kirchner, ocupó el vigésimo segundo puesto (22), por debajo de Brasil (puesto 69), Perú (85), Colombia (94), Bolivia (103) y México (103). La peor posición americana la retiene Venezuela.
La posición 107 de la Argentina representa una caída sostenida desde la medición del año 2012, en que ocupaba el puesto 102.
Una de los factores que se tiene en cuenta en esa encuesta es las condenas a las que llega la Justicia. Los únicos condenados fueron, hasta ahora, el ex presidente Carlos Menem por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia (aunque apeló la condena); la ex secretaria de Medio Ambiente María Julia Alsogaray; el ex titular del PAMI, Carlos Alderete; y el ex presidente de la Casa de la Moneda, Armando Gostanián, entre otros. Del kirchermismo, los condenados hasta ahora fueron Jaime y la ex ministra de Economía Felisa Micheli.
El avance de la corrupción tiene que ver también con la neutralización de los organismos de control como la OA, la SIGEN -que manejaba el abogado K Daniel Reposo- y la fiscalía nacional de investigaciones administrativas que tiene un bajo perfil desde la renuncia de Manuel Garrido 2009, entre otros. Todo sin analizar el rol de la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, que nombró fiscales que protegieron a los K como en el caso de Lázaro Báez. En declaraciones a este diario, el presidente de Poder Ciudadano, Hugo Wortman Yofre, propuso aunar esfuerzos para crear una base de datos actualizada sobre casos de corrupción y que exista "un control ciudadano" sobre estos expedientes que si no algunos jueces "los terminan cajoneando".

La Oficina Anticorrupción activará causas contra los kirchneristas
La titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, lamentó que su organismo no tenga datos sobre la cantidad de causas judiciales que quedaron abiertas contra ex funcionarios kirchneristas por corrupción de ese total de 2.160 denuncias judiciales que se hicieron entre el 2003 y el 2015.
"La OA no tiene datos del período K, lamentablemente. Lo terrible es que después del menemismo se instauró otra matriz de corrupción o sea, no aprendimos nada", dijo a Clarín. "En la OA todavía se llevan juicios contra Alderete pero no es querellante en ninguna causa contra Cristina Kirchner, Julio De Vido, Aníbal Fernández y otros", precisó. La OA puede actuar como querellante en las causas porque su titular tiene el rango de fiscal.
"Por ejemplo, no actuó en la Tragedia de Once. Todo bajo la decisión de mi antecesor Julio Vitobello que obedecía a los altos mandos K", subrayó.
"Solo la OA está en un par de causas contra Boudou pero no en Ciccone. Espero modificar esta inacción después de la feria en varias causas relevantes", adelantó la ex diputada del PRO y ex directora de Poder Ciudadano.
El problema es que el kirchernismo también vació la estructura de la OA que había sido creada durante el gobierno de Fernando De la Rúa para acelerar las causas por corrupción contra el menemismo. Solo tiene 49 empleados. De ese total, solo 27 son especialistas en investigaciones pero tienen a su cargo, también, el análisis de miles de declaraciones juradas de bienes que deben presentar todos los funcionarios nacionales del cargo de director para arriba.
Además, el 10 de marzo vence el plazo para que los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri renuncien a empresas u otros negocios que sean incompatibles con sus funciones públicas. Por ejemplo, un alto funcionario que manejaba las finanzas es, a su vez, dueño de una empresa que compra y vende títulos públicos. Amén de que Macri prometió poner sus bienes en un fideicomiso ciego. Como herencia, la OA no fiscalizó las declaraciones juradas de los Kirchner a pesar de que su patrimonio aumentó casi el 1.000 por ciento desde el 2003 hasta el año pasado