Mauricio Macri, presidente electo de la Argentina, designó al frente la Administración
Nacional de la Seguridad Social, ANSES, a Emilio Basavibaso que fuera titular del “Instituto
de Vivienda” dela ciudad de Buenos Aires.
Aparentemente la idoneidad
del joven funcionario se limita a la construcción de viviendas, toda vez de que
a pesar de haber transcurrido casi sesenta días de su nuevo cargo no se tiene
ninguna información sobre el estado económico en que le fuera entregado por el
anterior titular Diego Bossio. Hoy nos sale informando que el Gobierno tiene en
mente una nueva línea de créditos destinado
al acceso a la vivienda.
Ejemplificó que una
familia cuyo ingreso ronde los 15.000 o 20.000 pesos podría obtener un crédito
hipotecario de 500.000 pesos con una cuota de 8.000 pesos mensuales.
Es una muy buena noticia
para la clase media poder llegar a la vivienda propia y la aplaudimos como un
logro tantas veces postergado.
Quedan importantes dudas
por aclarar, por lo que sería necesario que el Director nos dijera:
--Si al efectuar este anuncio como
titular de Anses, se supone que dicho organismo
será el encargado de la financiación, o si los gastos que demande serán
por cuenta del Tesoro Nacional.
-Si ha tenido en cuenta
las planillas de los haberes de los jubilados que en más del 70% son inferiores
a los 7.000 pesos.
La perseverancia es la
base del triunfo, y por eso reiteramos nuestras continuas requisitorias
publicadas en este blogspot, más de treinta veces, quince de ellas bajo el
título ¿Y la ANSES? y dos cartas abiertas que esperan ser contestadas.
Muy pocas veces he tenido
la oportunidad de haber sido testigo de la sordera más completa de un funcionario de la Administración
Nacional, a todas luces desubicado acerca de la naturaleza de sus funciones, o simplemente
distraído en el ejercicio de su pasatiempo preferido, al recibir órdenes
expresas de evitar medidas de auditoría e investigaciones sobre la monumental
lápida que cayó estrepitosamente sobre ANSES,
“de eso no se habla”.
Una vez más debemos
abundar en la posibilidad de un error en nuestras apreciaciones, que , en su
momento, reconoceremos hidalgamente, pero que se seguirá repitiendo en tanto y
en cuando no recibamos respuestas a los numerosos interrogantes que hemos
formulado.
Nada más lejos que poner trabas y críticas a la política del nuevo
gobierno al que hemos dado nuestro voto,
en la creencia de que cumplirá con sus promesas electorales, sólo esperamos con
ansiedad aclaraciones que aventen sospechas razonables