domingo, 18 de noviembre de 2018

LOS CUADERNOS DE ANSES - 28a. Parte


Febrero de 2018

El día 21 de febrero de 2014 el editorial del diario La Nación, se expedía sobre el mal trato del gobierno a los jubilados, bajo el insólito título "Sadismo del Gobierno con los Jubilados". Los términos fueron tan duros como  nunca se habían expresado en el periodismo y los argumentos allí expuestos constituyeron un eficiente y valioso resumen de las cartas de lectores, incluso la del suscripto, publicadas en ese diario con el propósito de que la sociedad tomara conocimiento de una cruda realidad ignorada hasta el momento.
Confiábamos en la influencia de esa publicación en el gobierno, pero lamentablemente no tuvo ningún resultado, Ya pasaron exactamente cuatro años y venimos a denunciar que la situación no sólo se mantuvo en los mismos términos, sino que ha empeorado significativamente.
Hacemos nuestros algunos párrafos del editorial, que reproducimos como una rigurosa actualización que señala la perversidad y el sadismo del gobierno actual, que hemos venido destacando en artículos recientes bajo los títulos: ¿Otra vez los Jubilados?. El Premio Guinness y Defensa del Jubilado.
Quiero aclarar que varios de los conceptos vertidos en dicha publicación, figuraban en las cartas que enviara al citado periódico
"La deuda del kirchnerismo con el sistema jubilatorio y sus beneficiarios va mucho más de lo económico. Ese sistema ha sido víctima de un saqueo con finalidades proselitistas que sirvió al Gobierno para apropiarse, por ejemplo, de fondos de la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) para administrar la entrega de netbooks del plan Conectar Igualdad o para dedicarlos a emprendimientos de Enarsa, en vez de emplearlos para cumplir la siempre postergada vigencia del 82% móvil exigido por la Corte Suprema de Justicia en varios fallos.
Desviar los fondos jubilatorios de su destino legítimo equivale a una estafa y a poner en muy serio riesgo los haberes de los futuros beneficiarios.
Otro riesgo para el sistema radica en la descuidada moratoria que permitió jubilarse a 2,3 millones de personas que no habían efectuado aportes y que no discriminó entre necesitados y no necesitados. Ese desmanejo se completó con las crueles demoras en las que incurrió Anses en los últimos años para pagar las sentencias en favor de jubilados que habían clamado por un reajuste de sus haberes.
El organismo liquidaba anualmente  con una actitud que parecía estar especulando con que se produjera la muerte de los jubilados que habían sido beneficiados por la Justicia.
Es de una crueldad singular haber obligado a quienes han trabajado y aportado a lo largo de su vida activa a tener que iniciar demandas ante la Justicia para que les reconozcan sus legítimos haberes, con todo lo que una demanda significa en cuanto a tiempo y honorarios de abogados. Recordemos que pueden transcurrir años hasta la sentencia y más años aún hasta la sentencia de la Cámara tras la  apelación.
En efecto, el tiempo transcurrido entre el inicio de las demandas y el efectivo pago resarcitorio se puede medir en una década o más y, como hemos dicho, siendo los reclamantes personas de edad avanzada muchos de ellos no alcanzan a ver cumplido su anhelo de justicia.
En lo que hace al mediano y largo plazo, el presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy. ha afirmado con razón que, con la práctica del Tesoro de extraer recursos de la Anses para financiar otros gastos del Gobierno. el Fondo de Garantía de Sustentabilidad del sistema previsional "ha pasado a transformarse en un depósito de deuda pública, donde se dejan papeles de menor o nula rentabilidad y se retiran fondos de recaudación que son haberes propios de los jubilados". 
Como puede apreciarse. el Gobierno está en deuda con los jubilados y pensionados de hoy y del futuro., pero el castigo que les sigue infligiendo trasciende lo económico y roza lo patológico, Se trata, lisa y llanamente, de sadismo", 
Estos párrafos de un editorial publicado en plena época kirchnerista son de un crudeza inusual, a la que no estamos acostumbrados, y revela un estudio y análisis profundo e imparcial que, después de cuatro años de su emisión, conserva una tremenda vigencia, aplicable, en todos sus términos, a la perversa política aplicada por el actual Gobierno.