lunes, 7 de enero de 2019

NUESTRA VICEPRESIDENTE

En una reciente entrevista televisiva la Vicepresidente de la Nación, Marta Gabriela de Michetti, sorprendió con declaraciones desafortunadas que justificaban el ajuste a los jubilados. Con el concepto de entrecasa "son los que se llevan la parte más grande de la torta" quedó en evidencia una lamentable carencia de idoneidad y méritos para ocupar tan alto y responsable cargo.
Lo interesante es que no se trató de un exabrupto emitido en un mal momento casi sin pensarlo, pues también expresó más adelante no estar de acuerdo con los aumentos y los derechos que consiguieron los jubilados en los últimos años. Completó esta serie de desatinos manifestando que el país tiene $600.000 millones anuales en deuda, por lo que serìa demagógico hacer que los jubilados cobren $15.000 por mes.
Aparentemente, para los funcionarios del más alto nivel en el Gobierno, la remuneración de los jubilados es una concesión otorgada por la edad, equiparable a la que se destina como dádiva llamada subsidio a varios partidos o movimientos de protesta radicalizados, como los piqueteros y los sueldos a los presos, ello sin tomar en cuenta las ilegítimas indemnizaciones que continúan cobrando los denominados desaparecidos, en su gran mayoría terroristas. Y la financiación de tales regalías no corresponde al Tesoro Nacional o al Fisco, como se quiere dar a enteder, sino a la caja de jubilados de Anses.
No señores, no es una limosna ni una ayuda, es un derecho, ganado por el sistema de aportes mensuales de empleados y empresas durante más de 30 años, análogo a un seguro de vida, que les permite unos años de ganado descanso antes de morir.
Es indudable que la señora Vicepresidente no ha reparado por un instante que la jubilación que recibirá al retirarse, podrá no ser demagógica, pero será privilegiada.