martes, 5 de noviembre de 2019

NI LOS MUERTOS RESPETÁIS

Hasta los muertos llega el odio y la venganza del izquierdismo populista. Ya ni en la paz de los sepulcros creo. La historia dará su veredicto final sobre la acción autoritaria y vengativa del comunismo  en el mundo. Dios ya lo ha dado y su acción será castigada sin piedad. 
A continuación transcribiremos cuatro artículos relevantes sobre una terrible mancha que se ha esparcido sobre la historia de España.
1.-
ESPAÑOLES, FRANCO HA RESUCITADO 
La reciente sentencia del Tribunal Supremo, por la que se autoriza la remoción de los restos fúnebres de Franco, nos permite reflexionar sobre la desintegración del Derecho. La sentencia, desde el punto de vista de la racionalidad jurídica, es un atropello despepitado de la inviolabilidad de los lugares de culto, el derecho que asiste a las familias sobre las sepulturas de sus antepasados y el respeto debido a los muertos. No sólo se salta alegremente principios básicos de cualquier ordenamiento jurídico, sino que pisotea (digámoslo así) los fundamentos mismos de la civilización. Pues el elemento común a cualquier civilización que merezca tal nombre es el respeto a los muertos, incluso a quienes en vida fueron viles, pues los muertos nos recuerdan que somos frágiles y mortales; y todo afán justiciero se aplaca ante la gravedad definitiva de un cadáver. Por mucho que se disfrace con piruetas leguleyas y coartadas democráticas, el desenterramiento y traslado de los restos fúnebres de Franco es un ejercicio macabro de barbarie y resentimiento que nos devuelve a la selva.
En las épocas más oscuras de la Historia estas bestialidades se hacían por las bravas, porque los demonios del resentimiento vagaban libres y en porreta; ahora estas bestialidades se han vuelto atildaditas y asépticas, incluso con apariencia «respetuosa», porque los demonios del resentimiento se visten con toga y puñetas. Pero esta sentencia del Tribunal Supremo -como tantas otras evacuadas por este y otros órganos judiciales- nos prueba que el Derecho ha dejado de ser determinación de la justicia, para convertirse en un barrizal positivista nacido del arbitrio humano; o, dicho más exactamente, nacido del arbitrio del poderoso de turno, que utiliza las leyes y las sentencias judiciales para enmascarar sus pasiones. Si el Derecho todavía fuese, siquiera remotamente, determinación de la justicia, la mera posibilidad de desenterrar cadáveres causaría honda repugnancia moral; y no habría juez que se aviniese a dar cobertura legal a tal desafuero. Pero la justicia ha dejado de ser el fundamento del derecho positivo, y el poderoso de turno se convierte así en creador de un derecho que, por supuesto, ya no es expresión de la racionalidad jurídica, sino puro ejercicio del poder, acto de voluntad desenfrenada del Estado Leviatán; o, utilizando la escalofriante expresión hegeliana, «libertad del querer», puro nihilismo jurídico apoyado en conveniencias políticas cambiantes, cuando no en pulsiones y pasiones convenientemente disfrazadas de espantajos políticamente correctos. Porque nuestra época, tan atildadita, ya no puede permitir que los demonios vaguen libres y en porreta.
Contra quienes convierten la justicia en la decisión coyuntural e interesada del más fuerte ya nos advertía Platón en el libro IX de su diálogo Las leyes: «De cualquiera que esclavizase las leyes poniéndolas bajo el imperio de los hombres, sometiere la ciudad a una facción y despertase la discordia civil, hay que pensar que es el peor enemigo de la polis». Esta sentencia, que atropella la inviolabilidad de los lugares de culto, el derecho de las familias sobre las sepulturas de sus antepasados y el respeto debido a los muertos, es también el acta de resurrección de Franco, que nunca en los últimos años había estado tan vivo como hoy. Han resucitado a Franco, a la vez que han enterrado el Derecho. Y todo por resentimiento, el resentimiento de los hijos de papá cuyas familias medraron con Franco y que ahora, encaramados en las altas instituciones del Estado, necesitan inventarse una mitología antifranquista que sepulte la terrible verdad de sus vidas.
Juan Manuel de Prada
Escritor
2.-
UN CATÓLICO EJEMPLAR  
Francisco Franco fue en vida un católico ejemplar
tanto en su vida privada como en la pública. Como gobernante cristiano salvó a la Iglesia Católica en España de su práctica desaparición ante el genocidio rojo, a la par que salvó a la Patria de su disolución por la revolución marxista. Venció al comunismo y fue condecorado por la Santa Sede con la máxima distinción que la Iglesia otorga: la Suprema Orden de Cristo (recibida desde hace 600 años solo por doce jefes de estado entre reyes y caudillos).
En su vida personal era asiduo de los sacramentos, hombre de profunda piedad, que pasaba la noche entera haciendo oración ante el Santísimo cada vez que tenía que tomar decisiones de elevada importancia para la nación. Su mismo testamento es un canto a la caridad fraterna, al perdón, a la gratitud y a su inmenso amor por España.
Pero NADA de esto ha valido para que desde alguna instancia de la jerarquía eclesiástica se haya al menos alzado una voz de denuncia por el doble atropello sacrílego: la profanación de su tumba y la ocupación armada del recinto sagrado donde se ubica la misma. Ni Su Santidad el Papa, ni el Nuncio pontificio en España, ni el Arzobispado de Madrid, ni la Conferencia Episcopal……nadie. Todos se han puesto de perfil en actitud de cobarde sumisión al poder político y al pensamiento “correcto” según la pauta modernista.Solo el Prior Benedictino, a quien ya dedicamos una laudatoria entrada en esta página, ha estado no ya a la altura sino en una postura heroica que supone el testimonio más firme y fiel que se ha dado en esta tragedia criminal.
Desde esta página expresamos nuestra más enérgica condena a la profanación y violación de templo sagrado (hecha desde una ley injusta, promovida por una clase política cobarde y consentida por una justicia dependiente del poder ejecutivo, a la par que acompañada del silencio del ejército español del que Franco es Generalísimo a título perpetuo, y una monarquía que debe su existencia presente a Franco), a la vez que nuestra absoluta confianza en la Divina Providencia que sacará algo muy bueno de toda esta barbaridad.
“Todo es para bien para los que aman a Dios” (San Pablo a Romanos, 8). Con esta miserable acción píirica del poder político ni consiguen revertir la victoria de Franco en 1939 ni tampoco manchar o deshonrar su memoria. La VERDAD sigue siendo VERDAD aunque los mentirosos la denigren con sus gestos (denigrándose así a ellos mismos y poniendo su alma en peligro de eterna condenación).
"Christus vincit! Christus regnat! Christus imperat!"
Adelante la Fe

3.-

EL GENERAL PIÑAR GUTIÉRREZ  LLAMA COBARDE AL REY POR “ESCONDERSE” ANTE LA EXHUMACIÓN DE FRANCO

Cobarde el Gobierno, que ante su ineficacia absoluta, que no admite comparación alguna con la ingente obra de Francisco Franco, movido por el odio y el rencor acumulado por años de desafiante demagogia, se vanagloria de desenterrar los restos mortales de una figura histórica, que descansaba desde hace 44 años en el mayor templo construido para la reconciliación y el perdón entre españoles, bajo el signo majestuoso de la Cruz.

Cobarde la Magistratura, que con inhibiciones vergonzantes o sentencias que dinamitan el más elemental sentido del Derecho y de la Justicia, se convierten en coautores de una profanación descomunal.
Cobarde la Iglesia, salvada por Francisco Franco del exterminio total en España, y la gran beneficiada en los años en que era recibido bajo palio en los templos católicos y se incluía en las preces de la Santa Misa una petición específica por el Jefe del Estado.
Cobardes los Ejércitos, que abandonan sin escrúpulos y con el más sobrecogedor de los silencios, al que fuera su Generalísimo en la guerra y en la paz.
Cobardes los partidos políticos, que sólo piensan en el resultado de las urnas, no para ponerse al servicio de España, sino para repartirse cargos y dinero como han demostrado sin disimulo hasta la saciedad.
Cobarde la máxima jefatura del Estado, actual y emérita, que permanece escondida tratando de hacer olvidar a quién deben todo cuanto son y cuanto tienen.
Cobarde el pueblo español, que imbuido de corrección política, prefiere sumergirse en la indignidad antes que manifestar cualquier sentimiento de respeto y gratitud.
Tanta y tamaña cobardía ha permitido la infame exhumación del gran Caudillo de España y su humillante enterramiento impuesto de forma arbitraria. La monstruosa felonía retrata fielmente la naturaleza del Régimen político implantado tras su muerte.
Pretenden los cobardes, jaleados por los medios que se nutren en sus pesebres, enterrar así el triunfo de España sobre el comunismo y, sobre todo, la colosal obra del Estado Nacional, que tantos beneficios sigue dando a nuestra nación, a pesar de la labor corrosiva y condenatoria del sistema actual.
Lo que queda en España de auténticas libertades, de justicia, de convivencia y de orgullo de ser españoles, se lo debemos en gran parte a D. Francisco Franco.
Los cobardes, que profanando la tumba de Franco habéis acabado de destruir las maltrechas Instituciones básicas del Estado, obtendréis -con todo merecimiento- el castigo inexorable de la Historia, que os sepultará en el más hediondo y profundo de los abismos, mucho más abajo de donde se encuentran los traidores a la Patria.
Españoles, no olvidéis que aceptando la exhumación de un gran español, habéis renunciado a todos vuestros derechos reales, pues se ha abierto -a patadas- la puerta de la tiranía más absoluta, aunque se llame democracia.
Piñar Gutiérrez
General del Ejército

4.-INÉDITO EVANCHISMO HISTÓRICO
En un alarde de revanchismo histórico, el gobernante Partido Socialismo (comunismo a cuentagotas) de Pedro Sánchez, aseveró que "Es momento de retirar los restos del dictador Francisco del Valle de los Caídos" y pretende destruir el Monumento -que incluye una basílica benedictina- que el generalísimo Francisco Franco hizo construir en el valle de Cuelgamuros, situado en el municipio de San Lorenzo de El Escorial, en la periferia de Madrid, para conmemorar su victoria del bando nacional frente a los republicanos en la Guerra Civil (1936-1939). La iniciativa procura "cumplir con la ley de Memoria Histórica" aprobada durante la administración del también socialista José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), con un propósito revanchista por cuanto su abuelo fue fusilado durante la contienda. Asimismo, el referente de "Podemos" (partido político comunista), Iñigo Errejón, declaró que "Lo sorprendente es que hayamos tardado tanto en terminar con esta exaltación del genocidio"... (sic). Por otro lado, la propuesta es objetada por el opositor Partido Popular,  del ex premier Mariano Rajoy, que achaca a sus opositores en el poder, "liberar batallas culturales que más allá, de intentar provocar el enfrentamiento, no aportan nada". Y: "Yo no sé si esta es un preocupación que tenga hoy los españoles", observó el dirigente conservador Pedro Sanz.
Considero que pretender remover los cenizas de esa contienda es desconocer la naturaleza hispana. Aquellos hechos, en el marco del "ensayo, felizmente fracasado, de Alemania de 1918 dirigida por Hugo Haase, y que tuvo mejor realización en la República roja de Baviera, fueron orgías de sangre y bestialidad desenfrenada"; se pretendió repetir el ensayo bolchevique en España, tras las elecciones municipales del 12 de de abril de 1931 en la que triunfaron los candidatos republicanos aliados con socialistas, abdicando Alfonso XIII, y sumiendo a España en una inestabilidad anárquica, con asesinatos de figuras relevantes monárquicos y republicanos, siendo los prolegómenos de la terrible guerra civil.
Las atrocidades comenzaron en Asturias con un conato de separación de la nación española, asesinatos de religiosos y religiosas, la creación de moneda propia. En el ensayo bolchevique en España iniciada en 1936, se apoderaron de Madrid y partes de las provincias hispanas, asesinaron más de 16.000 sacerdotes, religiosos, religiosas y doce obispos.
Francisco Franco tuvo el mérito de haber salvado a España para su bien, y para la gloria de Dios, por tratarse de un complot masónico. Su claro y noble propósito evitó que fuera un soviet. Basta analizar lo que pasó en Europa oriental, tras la Segunda Guerra Mundial, para percatarse de la obra que emprendió, con el sacrificio heroico de una gran mayoría hispana, que luchó con el estandarte de la Cruz de Cristo, y para escarnio de republicanos, masones y socialistas, que enviaron a Moscú 520 toneladas de oro español el 26 de octubre de 1936, seguramente en pago de armas, que nunca fueron devueltos a España; cometiendo traición.
Por lo tanto, es inadmisible remover los rescoldos del pasado por anacronismo histórico, y teniendo muy en cuenta que los españoles de ley no reniegan de la obra del generalísimo Francisco Franco Bahamonde, que gracias a él, España goza de un sistema de gobierno monárquico/democrático, evitando que fuera un satélite soviético. 
Alfredo Nobre Leite