domingo, 7 de febrero de 2021

UN EMOTIVO RECUERDO

ES EL NOMBRE DE AQUELLA MAESTRA

Carlos Furman       (Con la colaboración de Claudio Kussman)

Tengo asumido que muchos lectores verán pasar estas palabras pero también soy dueño de saber que aquellos que se detengan a leerlas no se van arrepentir de hacerlo !
Podría ser la crónica más simple de narrar pero por lo contrario es tan difícil escribir sobre la vida de una persona que hizo historia en el lugar menos pensando en un tiempo que ya quedó marcado con su estilo propio!
Sin dudas, será una columna muy difícil para este comunicador donde debo contarles sobre un ser que fue parte de mi y de muchos !
Hoy les presento a Noemí Garcia toda un maestra!!
Cosas que solo la vocación de ser docente entiende llevó a Noemí a ser una maestra que sin dudas superó al rol de madre !
Oriunda de la ciudad de Villaguay y de origen muy humilde el destino le tenía un desafío difícil y ella, fiel a su estilo, no solo lo enfrentó con carácter si no que lo hizo suyo y parte de su vida!
En la década del 60 desembarcó en la Colonia judía Sonnenfeld, esa jovencita, de aspecto físico diminuto pero con todo el espíritu de esas maestras de “antes ” , si ustedes me entienden!
Comenzó su camino a la gloria, la que ella jamás, en su final, se percató que la tenía, porque para Noemí lo que hacía era simple: tenía no solo el objetivo de enseñar, también el de educar y sanar las infancias enfermas, claro detrás de esa docente estaba la gran persona!
Vaya personalidad!
Si hasta inicio una relación y la cerro a la perfección, nada más y nada menos que con un gaucho judío y en tierras judías, si señores, en esas épocas de grandes diferencias religiosas ,” todo un lío ” pero ella nuevamente salió airosa y fue por entonces la ” señora de Furman “!
La aulas de la escuela nacional 117 de la Colonia fueron las testigos de las cientos de historias y anécdotas de una maestra que a la ignorancia y a la desidia ” les marcó la cancha” con el respeto y una perseverancia propia de gente con vocación y amor!
La señora maestra no solo hizo suya la educación de los niños, también muchas veces se hizo cargo del hambre y de la salud y convengamos con el dinero propio de su miserable sueldo!
Un hecho donde Noemí Noemí Garcia de Furman dejó su firma bien en la historia fue el traspaso de la escuela nacional 117 a la provincia y había que buscarle un nombre y ella apareció en escena con la sugerencia de escuela número 95 Alberto Gerchunoff y así se llamó hasta que sus aulas se cerraron para siempre!

José Isidoro Furman y Noemí Dinora María García contrajeron matrimonio en el año 1964 en la Colonia judía Sonnenfeld departamento Villaguay Entre Ríos

Mamá era mi mamá pero en la escuela era primero mi maestra y punto!
Todos éramos tan iguales a la hora de ser alumnos que repetí tercer grado!
Gracias señora Noemí por semejante lección de vida!
Sin dudas la escuela no fue la segunda casa de esta mujer fue la primera!!!
Cuantas veces evitó y en soledad que la cerraran porque las autoridades argumentaban falta de matrícula escolar y ella perigrinaba para conseguir alumnos y darle más vida a una escuela que todos ya la habían olvidado !
Así está mujer fue dejando sus años de vida al servicio de la educación en todos sus conceptos!
Llenos de luchas y resistencias!
Hasta que el destino comenzó a jugarle ” malas pasadas “!
A la muerte de su compañero de la vida se le sumó el inevitable cierre de su escuela,la Alberto Gerchunoff, y tuvo que redoblar sus esfuerzos para seguir con lo que era lo suyo: EDUCAR!
Por ese esencial motivo en carro movidos por caballos, en calles de tierra,noches alumbrada con velas y agua que se extraía manualmente terminó su carrera en la escuela 112 ubicada en el paraje Rincón Bravo a kilómetros de la civilización!
Nuevamente el sistema la dejó sin escuela y para sacarla de juego la jubilaron ,claro, Noemí no servía para las malas prácticas como las eternas licencias o las faltas o adherirse a un paro ,los “gurises” la necesitaban y ella tenía que estar y entonces la maestra ESTABA!!!
Su compañero de la vida, José “Lito” Furman antes de fallecer exigió que sus restos sean sepultados en Villa Domínguez y no en el cementerio judío de la Colonia porque ahí Noemí no se le permitiría descansar en paz por no ser de la colectividad, vaya ironía para una mujer que fue más que muchos de la zona!
Así que en sus últimos años se afincó en esa localidad donde alguien hace años la esperaba!
Un amor que ni la muerte pudo separar o la muerte los volvió a unir!
Quien escribe para fines del año 2007 viaja a Villa Domínguez con la intención de compartir con mi madre esas ” fiestas ” pero el kirchnerismo que por aquel entonces me tenía privado casi totalmente de mi libertad me encerró en la comisaría del pueblo con algunas horas de libertad bajo control lo cual me impidió verla, sin saber que de poder hacerlo ,sería la ultima vez!
Cargada de desilusiones, amarguras de la vida y casi en soledad ,esta mujer que lo dio todo a cambio del afecto de “sus alumnos ” tuvo sus motivos para adelantar su encuentro con la muerte o quizás con la eternidad.
Se suicidó en los primeros días de enero del año 2008.
El tiempo,un poco de egoísmo y la vorágine que se vive hoy en dia se empeñó en querer que el olvido triunfe sobre el reconocimiento de una persona que no solo conquistó el corazón de un “paisano “si no que también fue la última maestra de los gauchos judíos de Colonia Sonnenfeld!

Nota del Autor
Esta breve reseña de mi maestra y madre es el comienzo de una cruzada para que en reconocimiento a esta mujer de aquellos tiempos duros y enaltecer la tan vapuleada educación pública por la militancia política ,se solicitará al consejo de educación de la provincia de Entre Ríos que un salón de la comunidad educativa sea bautizado con el nombre de Noemí María Dinora García de Furman!

Mi pensamiento respuesta

Me detuve a leer sus palabras, ésas que hoy no se conocen, llenas de amor y reconocimiento, emotivas, humanas, que dan sentido a la vida. Me volvieron a recordar a mi primera maestra en la escuela de la calle Rincón en Buenos Aires, la señorita Basualdo, con quien solían conversar mis padres cuando iban a buscarnos a mí y a mi hermano gemelo Angel.
Ignorábamos cual era su sueldo, si cobraba horas extras por continuar sus enseñanzas fuera de horario, si pertenecía a algún sindicato u organización similar, si las clases de educación y buenas costumbres figuraban en el “protocolo”.
Gracias Carlos Furman y deseo que el sagrado nombre de su Maestra figure en algún salón del área educativa.
Silvio Pizarro