miércoles, 1 de abril de 2015

LA INIQUIDAD DE LA PRESIDENTE

La Presidente de la Nación es la única que puede disponer una suba del Mínimo no Imponible, desde que en 2011 la mayoría oficialista en el Congreso le delegó la facultad de bajar impuestos. Desde que hace siglos el principal fundamento de la creación de un poder legislativo fue la necesidad de evitar la imposición monárquica de fijar impuestos discrecionales, en el populista y "progresista" país en que subsistimos, la monarca egipcia con nominación de presidente juega a su antojo con los impuestos, en beneficio propio. ¿ Es tan profundo el abismo en que cayó la cultura de la política argentina que nadie repara en esta disgresión al sistema democrático y republicano establecido en el país desde 1853? Actualmente la Presidente es dueña y señora de nuestros bienes, de nuestra propiedad y de nuestros derechos.
Cuando en su último discurso con cínicas e hipócritas expresiones  alega su amor a los pobres y con mohines teatrales finge una falsa emoción lacrimosa, miente con criminal alevosía. ¿En qué lugar de la tierra se ha visto  un ataque tan despiadado y criminal a la clase pasiva? La rapiña de la condolida y amorosa Presidente efectuada con total impunidad  y malévola satisfacción a la caja de los jubilados desde hace más de diez años,  llega a límites insospechados, con el cobarde y cómplice silencio de toda la sociedad, incluído el periodismo que hace rato ha perdido la vocación de la crítica a  los estragos cometidos por el gobierno. En algunos determinados casos aparecen comentarios quejosos emitidos con una temerosa y complaciente redacción, pero nunca se han leído editoriales a una página dando a conocer públicamente el robo del siglo a  la vejez miserable de los jubilados.
Se publica obligadamente porque figura en la información oficial en pequeños caracteres,  como un aspecto secundario de relativo interés y relacionado con la economía del país, es decir, al pasar, y sin detenerse en la tremenda iniquidad  de una abierta defraudación  al sector más indefenso del pueblo que vive en la indigencia.  La información periodística que se lee hoy nos dice lo siguiente:
"El Ministerio de Economía difundió el negativo resultado fiscal de enero, que arrojó un déficit primario de $ 1457,4 millones, pese al fuerte aporte de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) al Tesoro nacional.
 el aporte más fuerte lo hizo la Anses: en 2014, con $ 2942,7 millones, y este año, con $ 4387,1 millones (el resto lo aportaron el PAMI, 274 millones"
¿Se detendrá un jubilado a leer cifras estadísticas de orden económico que posiblemente no alcance a entender? Si así lo hiciera difícilmente podría darse una fugaz idea de la triste realidad encerrada en el frío comunicado. ¡La Presidente que tanto lo ama le ha robado de su caja previsional la módica suma de  más de siete mil millones de pesos! Es la misma hada madrina que en su país de las maravillas le ha vetado el 82% móvil aprobado por las dos Cámaras del Congreso Nacional.
La reiteración de una intervención a la Anses que vengo exigiendo desde hace casi un año debe hacerse carne en todos los ambientes de la sociedad para terminar con el genocidio a la clase pasiva, a mi entender el mayor crimen de lesa humanidad cometido por este gobierno. La corrupción es un cáncer  que un nuevo gobierno puede llegar a detener y a castigar en los tribunales, pero ¿cómo y quién puede reparar el daño infligido durante los largos años de cautiverio jubilatorio, a los pobres ciudadanos al borde de su muerte que han sido saqueados por un poder absoluto y malsano? ¿Quién podrá calcular el monto exacto de la defraudación cometida a través de más de 10 años? Podría llegar a sumas siderales cercanas al default en que cayó el país, pero por el orden natural de las cosas jamás podría reintegrarse a sus acreedores, ya con seguro domicilio en los cementerios.