Se está entrando en una
cultura política que se había abandonado en los últimos quince años. El debate
ciudadano acerca de los temas que abordará el Presidente en su próximo discurso
del primero de marzo, es un ejemplo elocuente de esta feliz recuperación
ciudadana. Jamás en los años anteriores se produjo este interés del ciudadano
por las alternativas que se pueden predecir acerca del pasado, presente y
futuro del país. Todo estuvo sellado, oleado y sacramentado por la voluntad
ultrapoderosa de una mandataria que disponía a su antojo como una reina, el
Estado soy yo ¿Quién se podía interesar en los ejes de un discurso
repetido sobre la base del cristinista relato, la biblia de sus obsecuentes
seguidores?
El cambio es fundamental
porque no ha sido ordenado ni sugerido desde comités ni unidades básicas, nació
de la individualidad de cada ser humano dueño ahora de su opinión , de su
discernimiento, de su libre albedrío y opción natural. Esto nos hace meditar si se hace necesaria una presencia colectiva y multitudinaria en las plazas adyacentes
a el Congreso y a la Casa Rosada. Los que continúan enviciados con la presencia
de las masas, quieren evaluar la diferencia que existirá frente a los discursos
de la reina Cristina y el ciudadano Macri. No señores, terminen con esos mitos populistas
que son los que han llevado al país a extremos deplorables.
La individualidad libre y
serena de 100 humildes pensadores tiene la fuerza de un huracán mucho más
poderosa que la de 100.000 militantes
rejuntados que saltan, gritan, bailan e insultan, sin tener un
conocimiento cabal del motivo de sus reacciones murgueras.
Es también un desafío al los
medios que con toda seguridad seguirán arraigados a la enfermiza costumbre de
evaluar las cantidades masivas calculadas por metro cuadrado como si fuera una
noticia de gran relevancia política y de opinión. Vuelvan a las fuentes del
sano periodismo señores dueños de la verdad y relean los viejos diarios de la
que denominan “década infame, La Prensa,
La Nación, La razón, Noticias Gráficas, La Epoca, la Vanguardia, Caras y
Caretas que muchos de ustedes no alcanzaron a conocer, ni siquiera por
emocionadas evocaciones .
Estamos en presencia de
diversos criterios con respecto al contenido del próximo discurso presidencial.
No es necesario expresarlos porque son por todos conocidos. Si expone duramente
la fatídica herencia recibida, si solamente hace una corta mención, si pone el
acento en la futura política y planes para encauzar la economía, combatir la
pobreza y el narcotráfico, la pacificación y unión de los argentinos; todo gira
alrededor de estos temas. Aparentemente, la idea que se terminó imponiendo en
el elenco gubernamental es que Macri hablará de cómo encontró los distintos
organismos y ministerios en una primera parte, para después pasar a los ejes de
su gobierno.
Y es aquí donde nos
referiremos al comentario deslizado el día de ayer, bajo el título “Presos
políticos Macri y Anses", porque se vuelve a la incógnita pendiente, ¿Se referirá
a Anses cuando informe cómo encontró los distintos organismos públicos?
Bastante ya se informó y ha trascendido sobre el particular, con la cuestionada
excepción de Anses, en silencio total.
¿Cumplirá con la promesa electoral de terminar con el”curro” de los Derechos
Humanos y arreglar el ejercicio de una justicia ajustada a derecho como lo dispone la
Constitución Nacional? Este quemante tema involucra a los presos políticos que
van muriendo en prisión sin prisa y sin
pausa con intervalos regulados con cuentagotas.
Pasado mañana tendremos el
momento tan ansiado de escuchar, después de largos años, el primer discurso
republicano de un Presidente en la apertura del Congreso Nacional. Sean cuales fueran la distintas opiniones y comentarios, todos respetables, se abrió el
cerrojo que nos conduce nuevamente a una república federal y democrática de la
que nunca debimos desertar.