Cuando acabo de leer en INFOBAE que Beatriz Sarlo es una de
las intelectuales más notorias del país, me veo obligado a reiterar la opinión
que tengo sobre esta persona que ha sido elevada a un pedestal por ciertos intereses
periodísticos y populistas que no responden a la realidad.
Ciertas frases pronunciadas en sus entrevistas televisivas me
recuerdan las divagaciones filosóficas a que nos tenía acostumbrados Ricardo
Forster, el “filósofo” del kirchnerismo que fuera designado por Crisitina
Kirchner. “Secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional"
El caso de la escritora Sarlo, que nada tiene de filósofa ni
de notoria intelectual, reconoce su origen comunista en los años 70 que le han
marcado una ideología política izquierdista y populista que nunca supo definir.
Fue peronista y quiso entender la derivación del peronismo en el kirchnerismo,
una especie de continuación doctrinaria, y sobre Néstor Kirchner manifestó que
tendría un lugar en la historia con toda justicia.
La aversión que no puede disimular hacia Mauricio Macri es
producto de su resentimiento social por el capitalismo y de todo que le huela a
derecha. Dijo que los discursos del presidente la aburren porque carecen del
fuego verborrágico de Perón, Evita y Cristina.
Ha manifestado que “los
discursos de Cristina Kirchner tenían una idea de la historia argentina y de su
lugar en la misma, una idea del país que quería construir, mientras que Macri
no tiene historia colectiva política (sic) a la cual remitirse,” pues tiene un
discurso elemental, aunque reconoce que es inteligente porque nadie llega a ser
presidente de Boca sin ser inteligente. Siempre espero poco de los discursos de
Macri, pero me molestan algunas vaguedades ¿Qué significa “unir a los
argentinos”? ¿Es un sueño en el cual se suspende por un tiempo el Boca-River?”
En verdad hay profundidad en sus pensamientos.
Hablando de la cultura dijo que “Macri no pueden ir a una
universidad porque sería un lío en toda la manzana de esa universidad”. “La
idea de una cultura kirchnerista de alguna manera, una versión de la historia
que se fue instalando en los discursos de Cristina, tomó su tiempo. Ella misma
fue acentuando cuáles eran los elementos que iba a ir pasando para que se
instalaran culturalmente” (sic)
Estos párrafos los transcribo fielmente sin emitir opinión
personal sobre los mismos, a fin de que no se interpreten intenciones críticas
parciales. Algunos son algo confusos
y de difícil interpretación, pero no los omito. De todos modo ya la emití el 4
de marzo en el artículo “Mi opinión sobre Beatriz Sarlo”.