martes, 19 de septiembre de 2017

DÍA INTERNACIONAL DEL JUBILADO


El artículo que transcribo a continuación me llegó de Londres, por un envío de Liliana, que fuera mi secretaria en dicha ciudad desde 1978 a 1982 y que, a la cual, como agradecimiento, hago mención especial.
Es sumamente interesante y nos brinda un panorama completo que nos habla de la historia relativa a los varios regímenes jubilatorios del mundo, su iniciación y las opiniones  de especialistas. Es una novedad, ya que poco o nada conocíamos sobre nuestro devenir histórico que dio origen a la designación del 20 de septiembre como el día del jubilado.
Casualmente, acabamos de publicar el blog titulado “Humillante comparación”, en donde establecíamos un contraste entre la situación de los jubilados en Alemania, con la de nuestro país.

Todos los artículos y comentarios sobre este tema, nuestras críticas, nuestras denuncias y sugerencias, fueron enviados al gobierno, por intermedio de la jefatura de Gabinete y Anses, pero dudamos que hayan sido tenidas en cuenta, en verdad, ni siquiera leídas. Por tal motivo, sería muy lamentable que no se instruyeran con la lectura del presente.



A lo largo de los últimos cien años, diferentes sistemas han buscado responder al mismo interrogante: ¿cómo entregar jubilaciones dignas a los adultos mayores? y ¿cómo poder hacerlas sostenibles en el largo plazo?
Pregunta que aún busca ser respondida en varios rincones del planeta.

¿Qué nos dice la historia?
Hace 150 años, y con el propósito de promover el bienestar de los trabajadores y evitar un levantamiento social, que pudiera llevar al socialismo, la Alemania de Otto von Bismarck se convirtió en el primer país del mundo en tener un sistema de pensiones para el adulto mayor.
 Tras la Primera Guerra Mundial, los sistemas de seguridad social para los trabajadores y los adultos mayores se desarrollaron rápidamente en varias regiones, y la protección social se incluyó en los programas de los organismos mundiales recientemente creadas, como la Organización internacional del Trabajo (OIT).
En 1944, la histórica Declaración de Filadelfia de la OIT realizó, entre otras cosas, un llamamiento en favor de la aplicación de las medidas de seguridad social y al estudio de los problemas comunes relativos a la administración de los sistemas de pensiones.
Al año siguiente, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo artículo 22 reconoce que “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social”.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) es un organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de los asuntos relativos al trabajo y las relaciones laborales.
Sistemas actuales en el mundo
Aunque cada país tiene una legislación que es especial y única, alrededor del planeta existen elementos comunes en todos los sistemas de pensiones, por lo que es posible separarlos en tres grandes categorías:
-de reparto
-de capitalización individual
-y  mixto.

Capitalización individual:
Este sistema funciona mediante el ahorro individual de cada afiliado, en donde mes a mes los afiliados ponen parte de su sueldo en cuentas individuales, que luego son invertidas en la bolsa y otras inversiones para que ganen rentabilidad.
Bajo este sistema la pensión final depende de cuánto se haya aportado durante la vida laboral y la rentabilidad del fondo acumulado, los cuales son administrados por instituciones privadas.

Sistema de reparto:
Este sistema, funciona mediante el financiamiento de las pensiones con los aportes mensuales obligatorios que realizan los trabajadores activos para pagar las pensiones de los jubilados, esperando que cuando estos tengan que jubilarse, sea la gente en edad laboral la que aportará al sistema.
En este modelo puede ser el Estado o entidades privadas quienes administren los fondos de pensiones.
Es el modelo de países como Dinamarca y EE.UU.
Dinamarca es probablemente el más exitoso exponente de este sistema, puesto que el Estado garantiza altas jubilaciones, no sin antes haber cobrado una alto impuesto a los trabajadores activos. En este sistema, la pensión pública básica es de un máximo del 17% del salario medio y solo se recibe tras haber cotizado durante 40 años, siendo los 67 años la edad mínima de jubilación.
En el modelo danés las aportaciones individuales en fondos privados son permitidos; pero quienes no cuenten con este tipo de ahorro, el Estado le subvenciona ciertas medicinas o le otorga reducciones de impuestos.
El caso de EE.UU es uno menos generoso.

El modelo norteamericano ofrece jubilaciones mínimas muy limitadas, solamente para evitar que los adultos mayores vivan en la miseria, esperando que sean las personas, o la empresas en donde trabajan, la que ahorre o invierta para su jubilación o para la de sus trabajadores.
Mixto:
Este sistema es también conocido como tripartito.
Se combina el aporte del Estado con el ahorro privado a través de planes individuales y aportes de los empleadores, según el convenio que exista entre los trabajadores y la empresa.
El más reconocido exponente de este modelo es Nueva Zelanda, en donde su sistema de carácter universal, busca incluir a todas las personas en edad de jubilar mediante impuestos a la población activa y un sistema de ahorros voluntarios subsidiados por el Estado, para complementar el monto de las pensiones, financiado con aportes del empleador y los trabajadores.
Con el objetivo de incentivar el ahorro voluntario en los diferentes esquemas que existen, el Estado aporta con mil dólares neozelandeses una vez que el trabajador entra al sistema, además de devoluciones de impuestos y ayudas para la compra de la primera vivienda del cotizante.
A diferencia del sistema de pensiones de la mayoría de los países, en Nueva Zelanda la jubilación no se entrega mediante una pensión mensual, si no que se recibe una única suma global una vez que se alcanza la edad de jubilación a los 65 años, existiendo la posibilidad de retirar anticipadamente el dinero de los ahorros voluntarios con el objetivo de comprar una primera vivienda, enfrentar dificultades financieras, costear una enfermedad grave o para emigrar permanentemente del país

Otro ejemplo de un país con un modelo tripartito es Suiza, en donde las cotizaciones son obligatorias para los mayores de 20 años, con contribuciones que se dividen en partes iguales entre el empleador y el trabajador, mediante descuentos del sueldo. Existiendo también planes de pensiones privadas, los cuales son promovidos mediante beneficios fiscales, en donde las contribuciones se deducen del impuesto sobre la renta, y la cantidad a percibir está determinada por el tipo de póliza que se elija.

Por su parte, la pensión pública de cada jubilado, se calcula según la media de ingresos y la cantidad de años que la persona ha contribuido al sistema. Con este, la pensión es recibida solamente si la persona ha contribuido al sistema el mismo número de años que otros que han nacido en su mismo año.