A las 18 horas del 25 de abril presencié la entrevista realizada en Buenos Aires al prestigioso escritor Vargas Llosa en el canal CNN en español de Miami. Como de costumbre , se refirió a la política de nuestro país con sobriedad pero afirmando que el presidente Macri ha tomado medidas valerosas para corregir el pasado y que le devolverá el protagonismo que tuvo en la historia. Las reformas emprendidas tienen un precio, dijo, que hay que pagar por los desvaríos del populismo que sacrificó el futuro del país.
Se refirió también a los movimientos populistas que criticó con sólidos y realistas argumentos, citando al peronismo y al chavismo, lamentando profundamente la corrupción que enlodó a Latinoamérica y la está destrozando a Venezuela
Lo sabíamos duro crítico del peroniemo que, a su criterio, fue el destrozo cultural y económico que sufrió hasta hace poco tiempo la Argentina.
Mi propósito en este artículo es resaltar la gran diferencia periodística que observé al presenciar a las 20:30 horas del mismo día el reportaje que le efectuó por el Canal TN, Nelson Castro en su programa Bella Tarde.
Es que las observaciones atinadas de Vargas Llosa en CNN acerca de la incultura actual de los medios gráficos, especialmente los televisivos, se vieron confirmadas por la transmisión de este canal. No sólo las preguntas del periodista Castro que se dirigieron a los problemas sexuales en boga y a la opinión que le merecía el Papa Francisco, sino por la ruidosa interrupción de fuerte música y desarticulados videos de concentraciones populares que poco o nada tenían que ver con el programa y confundían al oyente. Por cada pregunta interrumpía la entrevista con estas chocantes filmaciones.
La coincidencia de lo expresado por Vargas Losa a CNN en su crítica a un periodismo barato que más que noticiario es un divertido sketch de ridiculeces, con los programas de TN nunca fueron tan oportunos. Es que uno no escucha las noticias para divertirse, sino para informarse.
En ningún momento Castro hizo referencia a la censura que se le quiso imponer a Vargas Llosa por el kirchnerismo en la Feria del Libro, pero CNN lo recordó como un agravio a la libertad de expresión ya que no combatían sus ideas, sino que simplemente no lo querían dejar hablar.
Quedó en evidencia que nuestro polémico periodista tuvo que hacer el reportaje dada la visita al país del premio Nobel y que lo llevó a cabo obligadamente y como un compromiso.