El organismo antisocial del Estado tuvo la mala ocurrencia de publicar un aviso “publicitario”, así lo denomino, para recolectar ingenuos en su red perversa tendida hace un año. Algunos ya cayeron, pero la mayoría que reúne a indigentes, enfermos, lisiados, famélicos y desastrados, no son tontos y conocen la trampa tendida. Le cuesta conseguir a Anses adherentes, e impulsivamente comete el error de una publicación que tuvo miles de respuestas indignadas que se siguen sucediendo minuto a minuto.
Hace un par de días acudió a una riesgosa promoción para difundir su gran negocio de préstamos, pues obtuvo la ayuda nada menos que del presidente Macri, con un resultado desastroso al recibir críticas, improperios e indignantes comentarios que se reflejan en todas las redes sociales.
En primer lugar surgieron las críticas a Anses por disponer de cuantiosos fondos destinados a esos fines “prestamistas” cuando es deudor de centenares de miles de juicios con sentencia firme sin pagar desde hace decenas de años. Resulta la hiriente ironía, propia de dicho organismo, que el deudor le preste dinero a sus acreedores.
En segundo lugar el malestar se centró en los altos intereses aplicados a los préstamos.
En tercer lugar incluyo mi comentario en el sentido de que el usurero prestamista corre con una ventaja inapreciable sobre sus competidores, ya que las cuotas las descuenta directamente de los salarios de sus víctimas, sin correr el riesgo de mora o incumplimiento. Un negocio super redondo a costa de los más necesitados.
En julio de 2017 publicamos el siguiente comentario:
"Siguen los comunicados de Anses con sus propósitos de destrucción.
Yo quisiera ser lo más explícito posible para que se entendiera la verdadera finalidad de la Ley de Reparación Histórica, sobre la cual ya he formulado críticas analíticas,con argumentos lógicos y jurídicos, que no son del caso repetir.
Simplemente, la finalidad es no pagar el reajuste y la consabida retroactividad dispuesta por la justicia, en sentencia firme.
A un mes de promulgada la Ley de Reparación Histórica, en julio de 2017, Anses lanzó un comunicado informando que con el cobro de los haberes del mes de Agosto, 1.060.000 jubilados tendrán incorporación al reajuste previsto en el programa previsto en dicha ley. Se trata de jubilados, la gran mayoría sin juicios, a quienes la Anses decidió pagarles el aumento sin hacer previamente todo el trámite requerido por la normativa. Es decir, se obligan a renunciar a su juicio por reajuste, o a no iniciar ninguno, a cambio de recibir el haber recalculado a su antojo, que siempre resulta inferior a lo que se conseguiría en un juicio.
Los interesados que no tienen información todavía sobre cuál es la oferta de pago del Estado, reciben un mensaje que los lleva a hacer un clic para indicar que quieren ser contactados. Pero no reciben datos sobre dicha oferta, sino un aviso de que se estará analizando su caso, lo que según el organismo se trata de una modalidad para darle un orden al trabajo de procesar datos.
Es el más perfecto procedimiento kafkiano que se ha conocido en el ambiente burocrático de la administración nacional, y que se lleva a cabo con gente de avanzada edad, la mayoría ancianos.
Se nos preguntará a qué obedece tan retorcido mecanismo con gente agobiada que deambula desorientada por pasillos y oficinas, sin tener siquiera poco o ningún conocimiento del manejo de las computadoras.
La respuesta posee dos características bien definidas.
Primero, la decidida intención de no pagar y de extorsionar para que los pagos inevitables sean un cincuenta por ciento rebajados unilateralmente.
Segundo, realizar una publicidad política de proporciones al engañar a la opinión pública con anuncio de reajustes a más de un millón de personas, gracias a la Ley de Reparación Histórica, que no es otra cosa que una extorsión y defraudación a la gente más vulnerable del país."
Ponemos punto final a nuestro comentario con la transcripción de una divertida y ocurrente caera del lector Augusto Girollet publicada hoy en ClarínHoy leo en la página de lectores de Clarín, donde en forma coloquial nos brinda una categórica definición de la mencionada ley:
Hace un par de días acudió a una riesgosa promoción para difundir su gran negocio de préstamos, pues obtuvo la ayuda nada menos que del presidente Macri, con un resultado desastroso al recibir críticas, improperios e indignantes comentarios que se reflejan en todas las redes sociales.
En primer lugar surgieron las críticas a Anses por disponer de cuantiosos fondos destinados a esos fines “prestamistas” cuando es deudor de centenares de miles de juicios con sentencia firme sin pagar desde hace decenas de años. Resulta la hiriente ironía, propia de dicho organismo, que el deudor le preste dinero a sus acreedores.
En segundo lugar el malestar se centró en los altos intereses aplicados a los préstamos.
En tercer lugar incluyo mi comentario en el sentido de que el usurero prestamista corre con una ventaja inapreciable sobre sus competidores, ya que las cuotas las descuenta directamente de los salarios de sus víctimas, sin correr el riesgo de mora o incumplimiento. Un negocio super redondo a costa de los más necesitados.
En julio de 2017 publicamos el siguiente comentario:
"Siguen los comunicados de Anses con sus propósitos de destrucción.
Yo quisiera ser lo más explícito posible para que se entendiera la verdadera finalidad de la Ley de Reparación Histórica, sobre la cual ya he formulado críticas analíticas,con argumentos lógicos y jurídicos, que no son del caso repetir.
Simplemente, la finalidad es no pagar el reajuste y la consabida retroactividad dispuesta por la justicia, en sentencia firme.
A un mes de promulgada la Ley de Reparación Histórica, en julio de 2017, Anses lanzó un comunicado informando que con el cobro de los haberes del mes de Agosto, 1.060.000 jubilados tendrán incorporación al reajuste previsto en el programa previsto en dicha ley. Se trata de jubilados, la gran mayoría sin juicios, a quienes la Anses decidió pagarles el aumento sin hacer previamente todo el trámite requerido por la normativa. Es decir, se obligan a renunciar a su juicio por reajuste, o a no iniciar ninguno, a cambio de recibir el haber recalculado a su antojo, que siempre resulta inferior a lo que se conseguiría en un juicio.
Los interesados que no tienen información todavía sobre cuál es la oferta de pago del Estado, reciben un mensaje que los lleva a hacer un clic para indicar que quieren ser contactados. Pero no reciben datos sobre dicha oferta, sino un aviso de que se estará analizando su caso, lo que según el organismo se trata de una modalidad para darle un orden al trabajo de procesar datos.
Es el más perfecto procedimiento kafkiano que se ha conocido en el ambiente burocrático de la administración nacional, y que se lleva a cabo con gente de avanzada edad, la mayoría ancianos.
Se nos preguntará a qué obedece tan retorcido mecanismo con gente agobiada que deambula desorientada por pasillos y oficinas, sin tener siquiera poco o ningún conocimiento del manejo de las computadoras.
La respuesta posee dos características bien definidas.
Primero, la decidida intención de no pagar y de extorsionar para que los pagos inevitables sean un cincuenta por ciento rebajados unilateralmente.
Segundo, realizar una publicidad política de proporciones al engañar a la opinión pública con anuncio de reajustes a más de un millón de personas, gracias a la Ley de Reparación Histórica, que no es otra cosa que una extorsión y defraudación a la gente más vulnerable del país."
Ponemos punto final a nuestro comentario con la transcripción de una divertida y ocurrente caera del lector Augusto Girollet publicada hoy en ClarínHoy leo en la página de lectores de Clarín, donde en forma coloquial nos brinda una categórica definición de la mencionada ley:
"Recibí una carta de la ANSeS. Debajo del encabezamiento, dice: “Queremos contarte que para seguir cobrando tu haber con Reparación Histórica es necesario …” Amenaza descarada, o agarrás lo que te damos (no lo que te corresponde) o no te damos nada. Total, vos no hiciste juicio, por lo tanto no podés negociar un haber como los que ya lo iniciaron y, si no te gusta, hace juicio que dentro de varios años con suerte lo cobrarán tus herederos. En el párrafo de despedida, dice: “Para nosotros es una gran alegría estar reconociéndote por el trabajo de toda una vida”. Mentira, es falso."