Dicha penetración no se quedaba atrás del racismo ni de las religiones, metas ideales para fomentar fuertes divisiones.
El ultimo eslabón de esta tarea separatista lo venimos observando en la incentivación del "lenguaje inclusivo", que bajo el pretexto del cambio y perfección del idioma, pone el acento en la excentricidad de suprimir el masculino y el femenino, dando pie al feminismo a ultranza para que la docencia se encargue de difundirlo con la finalidad de llegar a su uso obligatorio.
Sobre esta particular hemos visto que a pesar de la oposición de la Real Academia Española, el proyecto está gozando de la aceptación de universidades y centros de estudio populistas de tendencia izquierdista, al punto que fue utilizado en un fallo de la justicia que motivó la denuncia de asociaciones de abogados que razonablemente impugnaron a la jueza por el uso indebido del idioma español contenido en todos lo códigos en vigencia.
A ello hay que agregar la insólita resolución de la directora del PAMI que estableció la obligación de utilizar el lenguaje inclusivo" en todas las disposiciones y circulares del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados, y que así se publicó en el boletín oficial del organismo.También este acto fue objeto de denuncias judiciales por haber incurrido la funcionaria en un inaceptable acto discriminatorio.
En definitiva, el populismo divide para reinar y esto lo podemos comprobar con la política del kirchnerismo que hemos comentado varias veces en nuestro espacio.
Hoy en día, a un mes de su regreso al poder, podemos afirmar que es el regreso al odio y a la venganza, no hay ningún cambio como se declamó en aras de conseguir votos en la campaña electoral.
Cristina Kirchner ha dividido en pedazos la sociedad argentina, a sus gremios, partidos políticos, clase media, clase pobre, clase indigente, pobres y ricos, militares, educandos, jueces, fiscales, peronistas, justicialistas, radicales, religiosos, periodistas y finalmente si algo faltaba, la fractura de la sociedad judía en la Argentina.
Ahora lo está haciendo con mayor ímpetu y resentimiento, claramente y sin disimulo. Acechada por la justicia, acusada con pruebas de ser Jefe de una Asociación Ilícita, se agarra con uñas y dientes a la posibilidad de salvarse, a costa de la destrucción de su país.
La doctrina del comunista Gramsci puede ser su tabla de salvación. Ver: