miércoles, 19 de noviembre de 2014

URGENTE INTERVENCIÓN A LA ANSES


El saqueo a la Caja de Anses no tiene precedentes y los economistas y periodistas se limitan a publicarlo como si fuera una decisión normal del Ejecutivo, dentro de sus funciones. Hoy nos enteramos que se apoderaron de 16.000 millones de pesos 
para compensar el desfasaje producido en el Tesoro por el excesivo gasto oficial. En buen romance, los jubilados pasados de hambre y necesidades se hacen cargo de la prodigalidad de la Presidente.
Hace varios años que venimos señalando la continua recurrencia a esta Caja para financiar Fútbol Para Todos, para cubrir los deficit millonarios de Aerolíneas Argentinas, para afrontar los gastos del Banco Central destinados a mantener estabilizada la situación monetaria y muchos más, entre lo que es necesario destacar el pago de sueldos a terroristas.
La Auditoría General de la Nación alertó en el documento que se presentó en el Congreso sobre la “incertidumbre” y las “serias dudas” que surgen de las cuentas de la Anses. “A contramano de los estándares contables de la profesión no se registra la deuda con los aportantes activos del sistema porque no se previsionan de manera cabal los juicios contra la Anses y porque ciertos activos en el Fondo de Garantía de Sustentabilidad no están contabilizados de manera consistente en los registros del Estado”.
Son innumerables los reclamos que hemos formulado, por cartas a los diarios, por opiniones vertidas en las redes, para que se ordene una intervención a Anses,
Todos estos antecedentes lo justifican plenamente. Por otra parte, hemos resaltado los negociados que se le atribuyen a este organismo en las personas de sus ex directores Boudou, Massa y Bossio y funcionarios a su cargo.
El fiscal federal impulsó una investigación contra el vicepresidente Amado Boudou, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo y el titular de la Anses, Diego Bossio, por presuntas contrataciones irregulares en sus respectivas áreas de trabajo. El espacio no nos permite abundar en los ilícitos de funcionarios que pasaron por el ente y son ahora indagados por la justicia. Por eso pedíamos una seria y urgente investigación periodística subsidiaria a la intervención oficial.
Infinidad de casos saldrán a la luz. Nos espera una descomunal sorpresa.

Santa Fe y Favaloro

¡Por Dios! No hay otra forma de rendirle un homenaje, que bien se lo merece? Es como cambiarle el nombre a los Champs Elysées, a la Via Veneto o a la Gran Via.
Es que el malhadado revisionismo histórico se ha convertido en revisionismo callejero? ¿Qué mentes afiebradas impulsan este desatinado proyecto? Una elegante avenida porteña admirada desde hace añares por turistas extranjeros y los habitantes de la ciudad. ¿Se imaginan las veces que el mismo Favaloro la habrá transitado?
Qué mejor homenaje que un hospital lleve su nombre! El Presidente Perón sería uno de los más apropiados.
Es un hecho comprobado que ya se ha perdido el mejor de los sentidos, el "sentido común". Nos da el ejemplo la Presidente derribando estatuas artísticas de gloriosos ancestros y elevando otras a su capricho; ordenando cambio de nombres a calles, plazas, edificios, rutas, turbinas, colegios, para ensalzar a su difunto esposo.
Es el deporte favorito de nuestro país ahogado en su centralismo ególatra. Vean si los países civilizados andan cambiando nombres a la marchanta. ¿Alguna vez viajando a Paris, Madrid o Roma, se han encontrado con que una renombrada avenida desapareció?
Detalles como éste, sin mayor importancia, nos permite analizar las cambiantes vivencias de un pueblo en decadencia, incapacitado de superar los graves problemas a que ha sido llevado por un gobierno autoritario, personalista al extremo, con políticas igualitarias y populistas, corrupto e insensible a las más prioritarias necesidades.
La consecuencias están a la vista y las banalidades están a la orden del día; adquiere mayor importancia y extensa e intensa y continuada difusión el casamiento de un político de cuarta categoría con una vedette, que un accidente ferroviario o cinco homicidios diarios. Y la cultura, bien gracias!