sábado, 29 de noviembre de 2014

COINCIDENCIAS


El 26 de noviembre escribí en mi espacio en Facebook y en mi Blogspot mi opinión bajo el título "Poder Ejecutivo vs Poder Judicial." Hoy leo en La Nación el editorial "El "golpismo" de quienes temen a la justicia"
Me halaga comprobar las coincidencias con tan importante periódico. Ver:
Silvio Pizarro
Creo que no hay antecedentes en los países democráticos constituídos bajo las premisas constitucionales de la independencia de los tres Poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de que uno de ellos acuse y ataque públicamente a otro, formando parte de un mismo gobierno.
El jefe de Gabinete.Jorge Capitanich, sostuvo que el Poder Judicial ës una corporación que actúa de común acuerdo con la oposición política y grupos mediáticos y económicos concentrados. Todo el tiempo hace política partidaria.
La Nación
Los dichos de Capitanich resultan a todas luces disparatados. El hecho de que una de las más altas autoridades del Poder Ejecutivo denuncie que otro poder quiere destituir al suyo habría causado una hecatombe en cualquier país serio
Silvio Pizarro
La Presidenta en su discurso del 25 de noviembre dijo:
Aquí transcribo sus palabras de acusación a Bonadío.
La Nación
Luego de las palabras de Capitanich, la propia Cristina Kirchner salió a defenestrar a Bonadio, de manera similar a cuando, un par de años atrás, escrachó públicamente, y utilizando información de la AFIP amparada bajo el secreto fiscal, a un empresario inmobiliario que sólo había comentado las negativas consecuencias del cepo cambiario en su actividad comercial.
Silvio Pizarro
Lamentable es el turbio origen que motiva esta reacción desesperada que no se justifica de ninguna manera. Es el temor de la primera mandataria, ante el avance de investigaciones relacionadas con millonarios fondos mal habidos por ella y su finado esposo, depositados en diversos paraísos fiscales, a nombre de conocidos testaferros relacionados con la familia a través de negocios ilícitos, lavados de dinero y otros fraudes económicos que fueron llevados a cabo beneficiandose merced a sus funciones oficiales, nada menos que como Presidentes del país.
La LA NACION
Las inconsistentes denuncias sobre golpismo activo por parte de los jueces que investigan hechos de corrupción pública sólo dan cuenta de un estado de desesperación oficial frente a la posibilidad real de que la presidenta de la Nación se vea obligada, en algún momento, a comparecer ante un magistrado para explicar el abultado crecimiento de un patrimonio.

El auge del populismo político


En nuestro país el populismo nació tímidamente con Hipólito Yrigoyen y se materializó en las campañas políticas del izquierdismo. Sin embargo, el socialismo no lo exaltó aunque su doctrina era de carácter popular.
Su manifestación explosiva se evidenció en el peronismo, doctrina que aprovechó al máximo la reivindicación de la clase obrera tildando a sus seguidores de "grasitas" y "cabecitas negras", atrayéndolos a las ciudades con abandono del campo y provocando la frase de la oposición "aluvión zoológico."
Posteriormente se produce en latinoamérica el movimiento popular de Hugo Chávez en Venezuela creando la revolución bolivariana que contó con la adhesión de Bolivia, Ecuador y Argentina. Bajo la faz populista este movimiento llega a la degradación del pueblo en beneficio de sus líderes que buscan y logran el poder absoluto y un enriquecimiento desmedido.
El kirchnerismo devenido en cristinismo exacerba el populismo con el tratamiento totalmente parcializado de los derechos humanos y con leyes denominadas "igualitarias" y subsidios que tienen el abierto propósito de conseguir votos.
Si bien las desastrosas consecuencias de esta pérfida y siniestra política son una triste realidad, el poder y la opulencia de sus líderes llevan a la tentación de imitar sus prácticas por parte de ambiciosos dirigentes políticos, que ven en ese campo la posibilidad de acceder a la buena vida que de otra manera no gozarán.
Es así como en enero de este año nace en España el Partido Podemos con una raigambre de izquierda populista, es decir una cultura política autoritaria que interpreta el acto eleccionario como un permiso ilimitado e indefinido para ejercer el poder de manera arbitraria. Los populistas recurren a la demagogia, el despilfarro, el consumismo y el nacionalismo para conquistar las conciencias, engañar y tentar a la población, destruir la economía privada y generar dependencia hacia el gobierno. Su Secretario General, Pablo Iglesias, en sus declaraciones de adhesión a la política bolivariana instaurada por Chavez y su heredero Maduro, afirma que:
“No existe un régimen bolivariano, existe un país donde hay elecciones No existe un régimen bolivariano, existe un país donde hay elecciones democráticas que se llama Venezuela”, y comparó al expresidente venezolano con Bolívar.
Pablo Iglesias fue y es financiado por la dictadura de Nicolás Maduro a través del Centro de Estudios Políticos y Sociales, al cual le fueron girados por lo menos 3,7 millones de euros en diez años. Además, conduce el programa Fort Apache en un canal online del gobierno iraní. También ha asesorado al gobierno de Ecuador. Es decir, nunca tendrá problemas financieros porque siempre encontrará alguna dictadura populista presta a darle una mano. Mientras tanto engaña al pueblo con comunicados que hablan de dignidad y soliviantan a sus seguidores, ya 200.000:
"Hoy la dignidad sale de nuevo a las calles. Tras la movilización histórica del 22 de marzo, la reivindicación de "Pan, trabajo y techo" vuelve a sonar a lo largo y ancho del país. No aceptamos una salida a la crisis que sea a costa de vulnerar nuestros derechos: es la hora de construir un país digno por y para la gente. Desde cada calle y cada plaza soplan vientos de cambio."
No necesitamos señalar que los vientos de cambio llevarán euros a su bolsillo. 
La historia nos demuestra que no hay fronteras para el desarrollo y aplicación de 
políticas demagógicas que combaten el capitalismo, inyectan falsos nacionalismos,
atentan contra la propiedad privada, aniquilan la libertad de prensa, pretenden unificar el pensamiento, destruyen la cultura y finalmente alientan el autoritarismo arbitrario y corrupto. El Estado ordena y manda a su antojo, la ciudadanía obedece dócilmente. La esclavitud en los tiempos modernos en aras del populismo.