sábado, 19 de marzo de 2016

EL PLACER DE LA VENGANZA (VII)

En el artículo “El placer de la venganza” publicado el 18 de abril de 2015, en mi blogspot “Habla la experiencia”, puse de relieve la gran injusticia a que es sometido un héroe de las Malvinas, Ruego su lectura con el código
silviopedropizarro.blogspot.com.ar.

Ahí menciono la entrevista que la licenciada Carolina Peralta le realizara al Cnel. Rnrique Stel, bajo un injusto proceso judicial por delitos de lesa humanidad. He recibido la versión íntegra de la misma que transcribo a continuación por considerarla una pieza de indudable valor humano que debe ser difundida por su sensible contenido.

martes, 2 de abril de 2013

ENTREVISTA / Coronel Enrique Stel

“EL HOMBRE QUE ESTUVO EN MALVINAS ES UN SER HUMANO DE CARNE Y HUESO QUE TIENE FAMILIA, QUE HIZO LO MEJOR QUE PUDO PARA CUMPLIR CON SU MISIÓN Y TAMBIÉN CON SUS CAMARADAS”

Su compañia de comandos 602 fué la única  que salía a buscar a los ingleses, se internaba en líneas enemigas y  hacia emboscadas, la única que tomó prisioneros, la única que tomó un estandarte inglés.Tenía 26 años cuando fue a Malvinas y su jefe era el afamado Aldo Rico.

En su oficina tiene colgado en un cuadrito un artículo que le hizo un reconocido diario tucumano con motivo de la conmemoración de los 30 años de la guerra de Malvinas. Mientras asoma en sus pertenencias el libro de Nicolás Kasanzew “Malvinas, Sangre y Fuego”, el mismo que estuvo presentando su autor hace unos días en nuestra Capital y cuya introducción verbal estuvo a cargo de nuestro entrevistado. Cada detalle de su oficina hace respirar a las Malvinas.

 

 Señala que lo que cuenta es su propia experiencia, porque cada persona que fue puede contar una historia y una experiencia diferente. “Yo creo que ninguna persona puede hablar de la guerra pero si cada persona puede hablar de su propia experiencia en la guerra. Yo fu el día 27 de mayo, ya la guerra había comenzado, había muchas cosas que ya estaban en curso. El día 2 de abril en que se inicia la operación Rosario yo me entero por los diarios. Y seguía con mis tareas habituales, yo era oficial instructor en el Colegio Militar de la Nación y daba instrucción a los cadetes. Un viernes me llegó un telegrama en el cual me decían que me tenía que presentar porque era movilizado y nos íbamos para las islas, en una compañía que se creó en la guerra misma. ¿Qué se me pasó por mi mente? La verdad era  un poco shockeante en el sentido en que iba a girar en 180 grados mi vida” manifestó. 

Explica que la convicción de los que lucharon en Malvinas hay que relacionarla con la condición específica militar de cada uno. “No es lo mismo ser comando como es mi caso, a ser un egresado más del colegio militar, profesional militar, ni tampoco es lo mismo pertenecer a los elementos logísticos que a los elementos de combate; y obviamente hay una gran diferencia con aquellos que cumplían con el servicio militar obligatorio. Entonces, nosotros los comandos enfrentamos la guerra muy bien, sin temores, sin ningún tipo de bajezas y con un altísimo espíritu de combate, con mucha unión y mucha voluntad de vencer” expresó. 

Cree que el veterano de la guerra de Malvinas está mal visto no porque haya desempeñado mal su tarea, sino porque, políticamente la guerra de Malvinas fue muy maltratada por la sociedad argentina, por los políticos y por las autoridades militares inmediatas después de la guerra. “Porque estoy diciendo esto, los militares sentían vergüenza de haber perdido la guerra, entonces querían tapar y ocultar la guerra, no querían que nadie hable de lo que había pasado ahí. Y después en los gobiernos subsiguientes, por intereses partidarios les convenía manipular el tema de la guerra de manera vergonzosa porque si lo hacían en sentido contrario, iban a estar exaltando a los gobiernos de la junta militar. Entonces en definitiva, el gran perdedor de esto fue el veterano de la guerra de Malvinas”.
“La guerra al igual que la pérdida de un hijo es uno de los hechos más traumáticos por los que puede pasar un ser humano y el trauma, es como que al hombre o mujer, le pones una granada adentro de la cabeza y no sabes cuándo va a estallar”. Por ello explica que hay que tener gente especializada que atienda a los veteranos de guerra ya que muchos después de la guerra se han suicidado, muchos han salido a vagar, y muchos se han escondido.

Por otro lado, El estrés post traumático dependió de la capacitación previa “Yo no conozco un comando que haya tenido problemas de esa naturaleza porque los ejercicios de campo de prisioneros que nosotros hacíamos en la paz eran mucho más duros que los de la guerra, los de la guerra eran un juego” aseveró. 

Por argumentos racionales personales no se considera un héroe y tampoco comparte que se les diga héroes de manera genérica a todos. “Aquellos que no desarrollamos un acto heroico, como por ejemplo, el sargento Cabral que entrega su vida por el General San Martín, el Teniente primero Lauria que en la guerra se carga al hombro un herido y lo saca del campo de combate, el padre que cubre a su hijo con su cuerpo cuando había bombardeos (porque coincidió que padre e hijo estaban en la guerra), el Teniente primero Fiorito que subió a su helicóptero y salió a buscar a unos náufragos sabiendo que lo más probable es que lo matasen; yo creo que esas personas son a las que se las debe llamar héroes. Yo cumplí con mi misión, la cumplí bien, no tengo ninguna duda, y no desarrollé ningún acto de heroísmo” declara. 

La emoción brota de su ser denotándose en su voz entrecortada. Malvinas fue una de las experiencias más importantes en su vida, luchar contra el enemigo para defender un pedazo de tierra argentino es un recuerdo indeleble en su memoria y su corazón. “El hombre que estuvo en Malvinas es un ser humano de carne y hueso que tiene familia, que hizo lo mejor que pudo para cumplir con su misión y también con sus camaradas” afirma.

Razona que la guerra se inició por decisión del junta militar, los que fueron a Malvinas deben ser respetados y disociados de lo que fue la dictadura. “Los que fueron a la guerra son seres humanos, son argentinos, que tuvieron un altísimo grado de vocación de servicio, estuvieron dispuestos a dar su propia vida por nuestro país. La sociedad argentina no puede relacionar al veterano de guerra con un gobierno dictatorial como fue El Proceso de Organización Nacional solo porque coincidieron cronológicamente, hay que separarlos” aseveró.

 Remarca que la Argentina debería imitar el trato que tienen otros países con sus veteranos de guerra “Aquel que fue, independientemente de su jerarquía, independientemente de si era militar o civil, deben ser considerados en el mismo nivel de igualdad, Y deben ser un grupo humano que la sociedad debería proteger” aseguró.         
   
 Con los ojos enrojecidos y brillantes Stel expresa cómo quisiera que lo recuerden a él y al resto de los ex combatientes: “simplemente como personas normales que cumplimos con nuestra obligación, y que estuvimos dispuestos a dar nuestra vida por nuestro país”. Mucho más allá de la obligación el Coronel enuncia que a la guerra de Malvinas “volvería a ir”.