sábado, 10 de octubre de 2015

EL NAUFRAGIO DE LA CÁMPORA

La agrupación La Cámpora iniciada formalmente en diciembre de 2006, es continuadora de la Juventud Peronista que en la década de los años 1970 fue una de las organizaciones del peronismo revolucionario y muchos de sus militantes son hijos de desaparecidos o de miembros de la JP de esa época. Adquirió relevancia merced al apoyo de la Presidente Kirchner . Se dice que la organización fue obra de Máximo Kirchner. En verdad es la fuerza que acompaña a la Presidente en todas sus intervenciones, en especial en la Casa Rosada donde se oyen sus cantos, alaridos y aplausos. Se ha convertido en una agrupación cristinista y sus militantes ocupan últimamente los cargos más importantes y mejor remunerados del gobierno.
En el año 2013 adquirieron un velero que bautizaron "La Sammartiniana en un precio estimado de u$s 90.000. La operación se realizó en nombre de   la Fundación FIPCA (Fundación Interactiva para la Preservación del Agua) aunque, según es de público conocimiento en el ambiente, en realidad fue adquirido por La Cámpora a través de dicha fundación.
 Es un velero de acero, dos palos, 14,5 metros de eslora (largo) y 4,10 metros de manga (ancho)-  de más de 30 años, pero duro y estable: ya había navegado los  e mares  del sur y estaba preparado y equipado para lanzarse a la mar. La tripulación, en cambio, se había armado atendiendo a razones náuticas, pero sobre todo políticas. El buque era el orgullo de la Fundación Interactiva para promover la Cultura del Agua (Fipca), una organización militante kirchnerista.
En los puertos y durante las navegaciones costeras, La Sanmartiniana enarbolaba la bandera argentina, pero también la de La Cámpora y hasta una que reproducía la última batalla del Gobierno: "Patria o buitres".
Al mando del destituido guardiamarina devenido kirchnerista Julio César Urien iba a "colonizar" las Islas Malvinas, partiendo con una dotación de militantes de La Cámpora sin experiencia náutica rumbo a las peligrosas aguas del Atlántico sur. Desde la marina, advirtieron que se trataba de una "locura", pero no les hicieron caso, la muy promocionada expedición terminó con la nave varada en setiembre pasado y mientras era remolcada, la linga de amarre se cortó y la embarcación desapareció. Desde entonces nada más se supo de "La Sanmartiniana" hasta que fue ubicado en la zona de exclusión que tienen los ingleses en las Malvinas.
Julio César Urien, integrante de la promoción 100 de la Escuela Naval Militar, adquirió notoriedad la madrugada del 17 de noviembre de 1972 cuando -siendo un oficial recién egresado de la Escuela Naval- mientras Perón regresaba al país, encabezó una sublevación dentro de la Esma, donde estaba apostado. Tenía 23 años. Los rebeldes se rindieron y el episodio dejó como saldo la muerte de un cabo del bando leal. Urien terminó preso y odiado por los marinos que quedaron del otro lado en la lucha armada de los setenta.
Liberado por la amnistía camporista de 1973, se incorporó a los montoneros, pero volvió a la cárcel secuestrado por la Triple A y puesto a disposición del Poder Ejecutivo durante toda la dictadura militar. Con la llegada de la democracia, Urien recupera la libertad y se mantiene un tiempo alejado de la política. Luego, Néstor Kirchner no sólo le devolvió el grado sino que además lo ascendió dos jerarquías, siendo actualmente Teniente de Fragata retirado. También se le pagaron todos los sueldos retroactivos hasta el presente y en la actualidad ostenta estado militar.
Resumiendo, el relato del histórico naufragio que pudo costar las vidas de sus tripulantes, es éste:
El velero navegó desde Ushuaia hasta la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego, a principios de septiembre y luego de una escala, zarpó el 14 de setiembre desde Puerto Parry (apostadero naval de la Isla) con el plan de ir hacia el norte. Pero después de una noche de navegación, los vientos helados del oeste, de más de 40 nudos, empujaron a la embarcación mar adentro y lejos del continente.
Ell 15 de setiembre la embarcación enfrentó un temporal en aguas del Atlántico Sur, lo que impulsó al oficial Juan Bautista Duizeide a pedir ayuda. Al juzgar que la situación resultaba demasiado peligrosa, Duizeide moduló a través del equipo transmisor: "A todas las embarcaciones a la escucha en esta frecuencia, aquí La Sanmartiniana llamando".
Desde Prefectura enviaron un mail al buque pesquero factoría San Arawa II, que con una tripulación de 50 personas se encontraba cerca.
Luego de una escala, zarpó el 14 de setiembre desde Puerto Parry (apostadero naval de la Isla) con el plan de ir hacia el norte. Pero luego de una noche de navegación, los vientos helados del oeste, de más de 40 nudos, empujaron a la embarcación mar adentro y lejos del continente.
El 15 de setiembre la embarcación enfrentó un temporal en aguas del Atlántico Sur, lo que impulsó al oficial Juan Bautista Duizeide a pedir ayuda. Al juzgar que la situación resultaba demasiado peligrosa, Duizeide moduló a través del equipo transmisor: "A todas las embarcaciones a la escucha en esta frecuencia, aquí La Sanmartiniana llamando".
Desde Prefectura enviaron un mail al buque pesquero factoría San Arawa II, que con una tripulación de 50 personas se encontraba cerca.
Unas 45 millas al norte de La Sanmartiniana, el San Arawa II (de 62 metros de eslora) sufría también el mal clima, que le dificultaba la pesca de la merluza de cola que programaba hacer hasta mediados de octubre.
Desde el San Arawa II establecieron contacto con La Sanmartiniana, le pidieron la posición exacta y los tranquilizaron.
"Está viniendo un pesquero", anunció Duizede a la tripulación.
La situación a bordo sin embargo se tornó crítica. El viento helado desde la cordillera cortó el cabo que hacía trabajar al tormentín, la vela que tenían en proa y les daba cierta estabilidad. En medio del susto, antes de las 12 de la noche unas luces en el horizonte anticiparon la llegada del San Arawa II.
Tras siete horas en que navegó hacia el encuentro, el San Arawa II preparó las maniobras. El mar embravecido y las diferencias de tamaño —el pesquero tiene cinco veces más eslora— hacían de todas maneras peligroso el acercamiento.
Finalmente la operación fue un éxito, el pesquero logró amarrar al velero y rescatar a su tripulación. De a uno, los diez tripulantes saltaron.
La Sanmartiniana sobrevivió solo un par de horas al remolque porque a eso de las dos de la madrugada y sin que nadie se diera cuenta, el cabo se cortó y el velero se perdió en las olas del Atlántico.
En medio del temporal, el velero desapareció, no se tuvo noticias de él y se temió que hubiera naufragado. Hasta que fue avistado en las aguas cercanas a las Malvinas.
La información la dieron a conocer el Penguin News de las islas Malvinas, luego lo hizo Gavin Phillip Short, miembro de la Asamblea Legislativa de las islas en Twitter, quien escribió en inglés en su perfil en la red del pajarito: "No estaba hundido como pensaban. Fue encontrado a la deriva en aguas de Malvinas".
No faltó la ironía de los kelpers con referencia a este hecho, que inundaron las redes sociales con bromas, entre ellas escribiendo:  “Es un símbolo de lo que se ha convertido la Argentina: abandonado, oxidado, apenas a flote."