sábado, 5 de septiembre de 2020

UN PROBLEMA DIPLOMÁTICO CON EE.UU.

El 3 de septiembre el senador Parrilli pidió una cuestión de privilegio en el Senado y atacó a Edward Prado, embajador de Estados Unidos, pronunciando duras palabras contra el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, al que acusó de apoyar la violencia policial e impulsar políticas racistas, y anti-derechos humanos, y contra su embajador en Argentina, Edward Prado, al que mandó a "callarse la boca"

Su referencia era la participación de Prado en una jornada anual del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, en la que se trató la reforma judicial que impulsa el gobierno de Alberto Fernández

Las dos dos frases que disgustaron al senador y que en ningún momento nombraron al proyecto de la reforma judicial, fueron: "atacar a un juez es atacar a todo el sistema judicial" y “es indispensable que el sistema de justicia sea transparente, independiente y justo".

Dijo "Este embajador de Trump en la Argentina hizo mucho daño. Lo mejor que debería hacer es callarse la boca y no inmiscuirse en los asuntos internos de la Argentina".

En su breve discurso Parrili sugirió que el embajador Prado, podría haber formado parte de la llamada "Mesa Judicial" para perseguir opositores durante el gobierno de Mauricio Macri.

Luego agregó que el embajador tenía amigos en el gobierno, como Garavano en Justicia, el fiscal Stornelli y el juez Bonadio, que concurrían cada 4 de julio a celebrar la independencia de los Estados Unidos y a rendirle pleitesía".

Finalmente dio término a su encendido discurso diciendo

"Quiero manifestar mi profundo desagrado por estas expresiones del señor embajador, que tienen que ver con la persona a la que está representando, es coherente con eso. Pero quiero decir que hay otro gobierno, no hay un gobierno claudicante, que rinde pleitesía, no hay un gobierno que se encarga de ir a pedirle consejos de a qué funcionario tiene que procesar, o no tiene que procesar". (incomprensible)

En general las cuestiones de privilegio son mociones que los legisladores pueden presentar cuando entienden que se han afectado los llamados privilegios parlamentarios

En ambas Cámaras es similar. Se somete la denuncia a consideración del cuerpo. Si se obtiene una mayoría calificada de dos tercios de los presentes, la cuestión puede ser tratada en forma preferente y sobre tablas. De no obtenerse dicha mayoría, la denuncia debe ser girada a la Comisión de Asuntos Constitucionales para que ésta pronuncie dictamen y vuelva al recinto para su consideración ulterior (aprobación o rechazo por mayoría simple, o calificada según el caso)

Según información facilitada por la Dirección de Información Parlamentaria de la H. Cámara de Diputados, desde el año 2003 hasta la fecha, cincuenta y siete cuestiones de privilegio fueron giradas a la Comisión de Asuntos Constitucionales, sin que —según la propia Comisión— se haya producido dictamen en alguna de ellas. En el Senado encontramos muy pocos casos.

Nos preguntamos si esa denuncia, como reglamenta el Senado, fue pasada a la consideración del cuerpo y, si corresponde, a la Comisión de Asuntos Constitucionales.

Nos preguntamos si es pertinente el pedido de cuestión de privilegio de un senador para que presente una denuncia por las molestas expresiones, para el denunciante, de un embajador extranjero y para que en su discurso critique y agravie al presidente de ese país extranjero.

Con el respeto que se merece un senador nacional, esta denuncia se nos presenta como inadecuada y sus términos incomprensibles. Por ejemplo, nada tiene que ver las visitas a una embajada en su día nacional, con la cuestión de privilegio presentada.

Por otra parte, hemos leído la disertación completa del embajador Prado en la jornada anual del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y no hallamos nada que pueda constituir una intromisión en la política de nuestro país y ninguna referencia directa al proyecto de la reforma judicial entregado por el señor Presidente a la consideración del Senado Nacional.

Como ciudadanos de un país democrático y republicano le solicitamos al Honorable Senado de la Nación, que produzca un informe oficial sobre el tratamiento dado a la denuncia expuesta en forma verbal por el senador Parrilli.