sábado, 21 de marzo de 2015

DOS JUECES FALLARON Y UN FISCAL NO FALLÓ


Este artículo trata de comportamientos diferentes que obedecen también a motivos diferentes. El ataque frontal y continuado del Poder Ejecutivo a la Justicia está tomando proporciones inusitadas que inciden en el normal funcionamiento de los procesos judiciales y que coloca a los jueces y fiscales en situaciones límites nada aconsejables para la justa definición de las causas a su cargo.
Se está tornando intolerante la presión ejercida por medio de amenazas, pretendidos sobornos y de los denominados carpetazos que ponen a prueba la integridad de los magistrados y su independencia. No hay por qué ocultar que algunos tienen suficiente capacidad de resistencia y dignidad para enfrentar esta gravísima situación y otros, en cambio, sucumben y a veces  involuntariamente se prestan al juego de la política oficial
Se han presentado ultimamente varios casos judiciales de una gran resonancia que merecen ser difundidos debido a la actuación de tres magistrados del foro judicial a los que haré referencia a renglón seguido.
 En octubre de 2013 la Procuradora Alejandra Gils Carbó fue denunciada por la designación irregular de un funcionario que carecía de habilidad de títulos para el cargo (fue el caso de Gonella designado para cubrir un cargo de fiscal sin mediar concurso). En esa ocasión, el fiscal federal, Guillermo Marijuán, impulsó la acción en los términos del artículo 180 del Código Procesal Penal de la Nación. Es decir que requirió la instrucción de la causa y solicitó que la funcionaria sea investigada por una acción delictiva determinada. No obstante ello, el juez Sebastián Casanello desestimó la denuncia en forma apresurada, alegando ausencia de delito y  sin materializar prueba alguna.  En ese contexto,  y ante la apelación el fiscal Germán Moldes consideró que la decisión no se ajustaba a derecho y mantuvo el recurso del inferior jerárquico "La desvinculación exprés de funcionarios deja poco lugar al ideario de justicia en las expectativas sociales y en la imaginación popular", indicó.
En esa circunstancia el fiscal se refirió a las críticas por la demora judicial:
“La labor de la Justicia, por definición, no se lleva bien con el vértigo. Eso es lo que siempre sostuve y ahora lo reitero. Mal que nos pese, se tiene que analizar cada detalle, calibrar cada paso, sopesar cada palabra, explorar cada indicio para averiguar lo que realmente ocurrió. Una labor, en suma, tan ardua como delicada y trascendente. Tal vez por eso sus tiempos no suelen coincidir con las necesidades comerciales de la prensa, las ansiedades del público, el nerviosismo de las partes, o los calendarios electorales. Así como la lentitud exaspera, desanima y, a veces, indigna, la aceleración precipitada e imprudente con frecuencia lastima, confunde culpables con inocentes y suele desembocar en desilusión y fracaso. Y no es que yo esté haciendo aquí elogio de la demora, o al letargo judicial, que eso sería más bien una incitación a la pereza y ésta, después de todo, es un pecado capital. Su virtud contraria es la diligencia. Esa diligencia, como virtud que es, representa una cualidad positiva del ser y yo creo que en la actividad dinámica y sostenida, pero a la vez equilibrada y prudente, que tal virtud supone, se condensa buena parte del ritmo investigativo al que corresponde ajustar la labor de la Justicia".
Pasamos al segundo caso que fue el de mayor resonancia. La denuncia del fiscal Nisman, que debido a su trágica y sospechosa muerte, la impulsó el fiscal Gerardo Pollicita en una presentación muy completa con una batería de pruebas que había preparado el fical Nisman y el pedido de más de cuarenta pruebas que debían analizarse.
 El juez Daniel Rafecas rechazó la imputación en un tiempo llamativamente corto, alegando ausencia de delito. Este fallo fue criticado en todos los ambientes, más que todo por la premura en decidirlo, lo que traía inevitablemente, el recuerdo de una resolución similar del juez Oyarbide en la acusación de enriquecimiento ilícito del matrimonio Kirchner En este caso la impunidad llegó al extremo de que el fiscal no apelara la sentencia, como correspondía.
El comentario del ex canciller Dante Caputo publicado el dia 17 de marzo con respecto al fallo del juez Rafecas es de una relevante definición jurídica y de una realidad contundente. Lo califica como un irresponsable tratamiento del asunto y que adolece de numerosas fallas.
Olvidó el ex canciller, aunque la citó, hacer hincapié en una frase impropia en el fallo de un juez. Rafecas dijo: "que habrían urdido un plan criminal para desincriminar o favorecer a los acusados iraníes, que habría sido llevado a cabo nada más y nada menos que por la presidenta de la República y su canciller". Ese "nada más y nada menos" es una expresión que otorga a los acusados una importancia desmedida y una discriminación inaudita. El acusado puede ser torero, periodista, barrendero o presidente, pero a través del lente judicial es simplemente un acusado, nada más y nada menos que un acusado. Es mi opinión.
El fiscal Pollicita apeló, como era de esperar y el caso cayó en las manos del fiscal Germán  Moldes. Aquí se presentó una recusación por parte  del diputado Larroque y Alla Bogado. Se basaron en dos argumentos, el primero que el fiscal Moldes había participado en la marcha del 18 de febrero en homenaje al fallecido Nisman. El segundo por la acusación del fiscal a  la Procuradore del Tesoro por haber presentado  un escrito criticando abiertamente el documento de Nisman y asumiendo la defensa de la Presidente.. Dos recusaciones desafortunadas, sin fundamentos viables, que dio como resultado que la Cámara dispusiera su rechazo y respaldara la intervención del cuestionado fiscal.
Germán Moldes le pidió a la sala I de la Cámara Federal penal porteña que revoque la decisión del juez Daniel Rafecas y habilite la investigación de la denuncia que Alberto Nisman había hecho contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por presunto encubrimiento de un grupo de iraníes acusados por el atentado contra la AMIA. Sostuvo así el recurso de apelación que había presentado el fiscal de primera instancia Gerardo Pollicita, cuyos argumentos compartió y a los que se remitió. Ambos coinciden en que la no apertura de la investigación, como había pedido Pollicita, constituyó una decisión "inapropiada" y "apresurada" por parte de Rafecas. Es necesario investigar, poner en movimiento el proceso y desentrañar el acontecimiento que ha llegado a nuestro conocimiento. Lo contrario importa la renuncia consciente a la verdad y, como tal, al principio de "justicia" dijo.
El fiscal ante la Cámara les recordó a los miembros de la Sala 1 (Eduardo Freiler, José Ballestero y Eduardo Farah) que ellos ya fallaron hace relativamente poco de acuerdo con su pretensión en un caso similar al que ahora les toca.
Fue hace un año y medio, al revocar una decisión del juez Sebastián Casanello de desestimar una denuncia contra la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, por el presunto nombramiento irregular de fiscales. Aquella vez quien apeló fue Guillermo Marijuán y la Cámara ordenó abrir una investigación luego de sostener Moldes el recurso de su colega de primera instancia.
"Idéntica situación y total coincidencia de actores me lleva a pensar que, salvo que alguno de nosotros haya variado diametralmente sus conceptos, la resolución que aquí recaerá no será muy distinta de aquélla que se adoptó entonces", les recordó Moldes a los jueces de Cámara.
El encabezamiento del artículo tiene el propósito de destacar la dignidad y la honestidad profesional del fiscal Germán Moldes que en sus veintiún años de  actuación en ese cargo jamás fue recusado, no obstante la cantidad de veces que fue acusado, amenazado y presionado por diversos conductos del ejecutivo que buscaban decisiones y fallos favorables.
A contrario sensu analizamos los fallos de los jueces Sebastián Casanello, este último en dos oportunidades y Daniel Rafecas que, sin entrar en consideración con respecto a la faz jurídica de los mismos, lo cual  ha sido cuidadosamente rebatido por el fiscal Moldes, tuvieron una presurosa definición que no condecía con la necesidad de estudiar y analizar cuantiosas pruebas abarrotadas en expedientes de enorme importancia institucional.
No podemos dejar de mencionar  la valiosa intervención que les cupo en estos casos a los fiscales Guillermo Marijuan y Gerardo Pollicita que con sus bien cimentadas denuncias facilitaron la labor de apoyo prestada por el fiscal Germàn Moldes.