viernes, 13 de noviembre de 2020

FERIA DE VANIDADES

El oficialismo aprobó en el Senado con correcciones el proyecto de ley de presupuesto nacional para el año 2021 que venía de Diputados con el faltante de anexos, debido a un "error administrativo", por lo que debe volver a la Cámara original.

El momento ridículo dejó al descubierto que los anexos se referían a los aumentos de impuestos, tasas y aranceles destinados a financiar áreas manejadas por funcionarios que responden al presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa.

Con malos olores la legislatura asoma su verdadera misión “política” y  se ha constituido definitivamente  en una sucia feria de negociaciones propias de mercaderes tramposos que toman la ley de las leyes como un mercado de favores por medio de un  intercambio de enmiendas, tachaduras agregados y cancelaciones de artículos que hacen caja para el más astuto y corrupto de ellos. 

Bajo  la dirección de la máxima urdidora, que ya se ha hecho cargo de su ascenso a la Presidencia de la Nación y con la presencia del FMI a sus puertas y en sus oficinas, han dado muestras de la inmundicia que transpira la inédita corrupción mafiosa que está gobernando al país.

Nunca en la historia del Poder Legislativo se había producido un hecho de esta naturaleza que nos exime de cualquier comentario, y ello en medio de la negociaciones con el Fondo Monetario Internacional que precisamente se halla a la espera del plan, presupuesto y medidas que tomará el Gobierno para la aprobación del contrato.

En realidad, hechos similares o peores se vienen sucediendo en los otros dos poderes, los tres dominados y conducidos con  mano férrea por la Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner siempre con la mira de su arma puesta en la loca idea de anular los juicios por corrupción en su contra. 

El país se dirige a una catástrofe conducido por los caprichos de una sola persona que busca borrar sus antecedentes delictivos y entronizar una dinastía familiar, a costa de la destrucción total de las instituciones bajo un Nuevo Orden populista e igualitario.

¿Hay forma de detenerla?