viernes, 10 de abril de 2015

EL OPROBIO CRISTINISTA

La sociedad no comprende la realidad del entorno que la rodea y en medio de la ignorancia, la indolencia y el populismo a que es sometida desde hace más de diez años,considera que todos los actos de la Presidente, en su amplio abanico de realizaciones, son “naturales”. Y así los publica la prensa en sus ediciones diarias
Recientemente, la primera mandataria realizó un acto de “homenaje” al médico que la operó de la cabeza, llevado a cabo en el Senado de la Nación con la presencia de ministros y funcionarios de estado, es decir en un acto netamente oficial.  Hizo uso de su investidura  y  del poder que su cargo le confiere, para efectuar un agradecimiento de carácter personal y privado. Su autoritario personalismo la llevó a cometer un delito de administración pública penado por la ley. Nadie lo advirtió y la prensa lo publicó naturalmente.
,. ¿Cómo es posible que este acto nepótico no merezca un editorial o una nota relevante que destaque al ciudadano algo aparentemente desapercibido que ya luce como "natural" en una república democrática.? Ella no es la dueña o propietaria del país que la eligió como Presidente. No puede ni debe hacer uso de sus funciones para derribar estatuas, erigir otras a su ex marido, imponer el gravamen de los impuestos a su capricho, enjoyarse públicamente a costillas del pueblo, alabarse por la cadena nacional toda vez que le venga a mano y asumir políticas internacionales del país adaptadas a su ideología, gustos y conveniencia.
Es necesario que la opinión pública sea advertida de este incontenible nepotismo que nos arrastra inexorablemente a la destrucción total de las instituciones que tiempo atrás fueron el orgullo de la República Argentina.
El inexorable paso del tiempo hará que la historia grabe en sus páginas estos vergonzosos hechos por nosotros hoy ignorados. A mí me importa porque pienso en la opinión de mis descendientes, ¿se reirán?, ¿llorarán?, ¿se apiadarán? ¿nos maldecirán? ¿se avergonzarán? Es tan enorme el desquicio, que desde ya les pido perdón por el oprobio inferido a nuestro país.

CARTA ABIERTA AL SUMO PONTÍFICE

Alfredo Leuco
Admirado Papa Francisco:
"Soy un insignificante periodista argentino llamado Alfredo Leuco. No soy quien para darle consejos a nadie y mucho menos a usted a quien considero el argentino mas importante y valioso de todos los tiempos.
Alguna vez escribí una columna diciendo que usted tenía lo mejor de cada uno de los mejores argentinos. No soy creyente pero admiro a los creyentes. Y creo en usted y en los valores que predica. En su austeridad franciscana, en su defensa de los más débiles y los mas pobres, en vivir como se piensa, en su apuesta a construir la paz en el mundo y el ecumenismo fraternal de las religiones. Permitame Papa Francisco que le cuente lo que pienso de usted para que sepa desde que lugar me atrevo a expresarle una disidencia, con todo respeto. Creo que nadie hizo tanto por abrir la iglesia a la vida cotidiana, por condenar a los corruptos y perdonar a los pecadores, por aplicar eso de a Dios rogando y con el mazo dando a los curas violadores y a los colaboradores de las dictaduras. Me gustó llamarlo el Papa celeste y blanco. El Papa nuestro que está en el Vaticano, como rezando una plegaria laica.
Usted confiesa que es un pecador. Reconoce que no es Dios y por lo tanto no es perfecto. Eso me da coraje como para expresarle mi humilde disidencia con la decisión de recibir por quinta vez a Cristina Fernández de Kirchner. Soy periodista, busco la verdad aunque nunca la encuentre del todo y mi misión en la vida es contar lo que pasa o lo que creo que pasa y lo que pienso de las cosas. Sabrá usted disculpar semejante atrevimiento. Pero aquí abajo, en el fin del mundo y con los pies sobre la tierra, le cuento que una gran porción de los argentinos está molesta, disgustada o desilusionada con la nueva cita que le dió a Cristina para el 7 de junio.
Insisto, usted tiene todo el derecho a hacer lo que considere correcto y dialogar con quien le plazca. Otra vez, yo no soy nadie. Pero mi trabajo tiene siempre la obligación de la mirada crítica, de ser abogado del hombre común y fiscal del poder. Creo, como dice el Talmud, que nuestra tarea es acomodar a los incómodos e incomodar a los cómodos. Usted es un gran combatiente contra la hipocresía y yo no quiero ser hipócrita y menos con usted.
Mucha gente, tal vez una mayoría de compatriotas, piensa que usted está por cometer un error. Que está devaluando su propia palabra que vale oro. Usted dijo que no iba a recibir a ningún político más hasta después de las elecciones y que se había sentido usado por la política argentina. Algunos amigos que lo han visitado me contaron que en confianza, usted hizo clara referencia a dos momentos. Cuando Martin Insaurralde y El Cuervo Larroque abusaron de su confianza y lo utilizaron para hacer propaganda electoral. Uno directamente hizo su afiche de campaña con la foto y el otro puso en sus manos una camiseta de La Cámpora, una de las organizaciones mas dogmáticas y agresivas del cristinismo y no del cristianismo. Por eso no se entiende el motivo que usted tiene para faltar a su palabra y abrirle las puertas de su casa por quinta vez a la candidata Cristina. Ella será candidata a gobernadora o a diputada y si no es así, será la que lleve de la mano por todo el país a los candidatos de su partido. Ella es una mujer poderosa desde todo punto de vista y mostrarse a su lado es una ayuda muy grande que se suma a la utilización del aparato del estado en beneficio propio que hacen los Kirchner.
Permítame que le diga admirado Papa Francisco: Usted reclama manos limpias, uñas cortas y ética para la función pública y este gobierno es el mas corrupto de la historia argentina. Usted habla de ayudar a los pobres y este gobierno dejó de medir la pobreza. Usted fomenta el camino del encuentro y el diálogo y este gobierno instaló el odio. Usted nos reclama abrir nuestros corazones y este gobierno es el que lo espió a usted a través de Antonio Stiuso, según contó su amigo Gustavo Vera. Ni que hablar de la calificación de ” montaje de Hollywood” que hizo Cristina del Estado Islámico que está cometiendo un genocidio en cuotas con el pueblo cristiano.
Me gustaría que sepa, Papa Francisco, que la mayoría de los argentinos según todas las encuestas, creen que el ciclo de Cristina tiene fecha de vencimiento y tal como dice la Constitución, debe terminar su mandato en orden y en paz. La foto que ella exhibirá con usted no ayuda a los que quieren alternancia democrática y mas república. No respalda a los que denuncian como usted mismo lo hizo, que aquí en este país se fabrica droga y el gobierno mira para otro lado o no hace lo necesario para extirpar ese cáncer social.
Me gustó mucho la columna y la idea rectora de Mariano Obarrio. Hubiera sido una genialidad de su parte invitar a Cristina y a todos los candidatos a presidente. Sería una señal de convivencia pacífica que ayude a los argentinos que queremos cerrar las heridas que el kirchnerismo abrió en nuestra comunidad. ¿Se imagina esa foto? Cristina, Macri o Sanz, Scioli o Randazzo, Sergio Massa, Margarita Stolbizer, entre otros y usted como un mensaje de que se puede pensar distinto pero tirar todos para el mismo lado de la patria. Es una oportunidad perdida que esto no se haga. Es una piedra en el camino de la reconciliación que usted la reciba una vez mas a ella sola y por quinta vez. ¿No es suficiente?
Otra vez le pido mil disculpas por mi atrevimiento. Le juro que lo hago con la mejor de las intenciones. Quiero preservar su figura que alumbra una sociedad mejor. Nosotros rezamos por usted y cuidamos a Cristina, pero usted también rece por nosotros y cuide un poco a todo los ciudadanos de este país que tanto lo aman.
Papa Francisco, se lo digo de todo corazón. Le mando el mejor de los abrazos y mis mejores deseos. Usted siempre apostó a la sana rebeldía y no al silencio cómplice ni obsecuente. Usted nos pidió que hiciéramos lío y en eso estoy. Haciendo lío que para un periodistas es decir la verdad y nada mas que la verdad. Si juro."
Excelente y respetuosa carta del periodista Alfredo Leuco. Mi opinión del 8 de abril:
"Harassment" en inglés es el abuso, ataque o daño persistente que se lleva a cabo sobre bases regulares. Aprovechando la flexibilidad del protocolo de las relaciones internacionales, la Presidente comete este abuso al "molestar" por cuarta vez al Sumo Pontífice con indudables motivos de proselitismo político. En la Casa Rosada se comenta a viva voz: "siempre las visitas al Papa tienen impacto positivo en la campaña".
A nadie escapa el trato ofensivo y agraviante que tuvo la ilustre visitante con el personaje que, ahora Papa, fue Arzobispo en Buenos Aires. El desaire de llamarlo "opositor "y ausentarse ostensiblemente de los Te Deum en la Catedral, no se puede borrar con la manifiesta hipocresía de un maquillado cambio de imagen. Esa doble faz claramente percibida por el mundo entero, es probable que pase para ella desapercibida, dada su desmedida ambición de poder que pone una valla a su entendimiento.
En cada acto de su paulatino alojamiento del poder, da un paso en falso.
En la noticia publicada en el diario La Nación con respecto a esta visita, que se realizará el próximo 7 de junio, se brinda una explicación razonable sobre la obligada actitud del Papa, dado su reciente pronunciamiento de que no recibiría a políticos argentinos, en vista de las próximas elecciones. En el artículo se puede leer entrelíneas una velada crítica al oficialismo, pero este asunto, dadas las notables circunstancias que lo rodean, debe ser tratado por el periodismo, con mayor profundidad. Las críticas deben llegar de la mano con la realidad que se está viviendo en el país con un desaforado ataque del Poder Ejecutivo en todos los frentes, tendiente a lograr la total impunidad de los funcionarios, con la Presidente a la cabeza, en los juicios en trámite ante los tribunales y en los inevitables que deberán enfrentar al término del mandato.
La actitud de la Presidente de combatir por todos los medios a su alcance, legales o no, a todos los seres humanos que son sus enemigos porque no piensan como ella, no tiene límites ni admite reparos de su parte y la prueba la tenemos en sus declarados propósitos de someter al Poder Judicial, ya con el Poder Legislativo convertido en su propia escribanía.
Amparada en la consideración debida a su investidura presidencial, acomete a las puertas del mismo Estado Vaticano, en la persona del Sumo Pontífice, para acceder a una ayuda celestial de la que piensa hacer uso terrenal para el logro de sus objetivos, que no son otros que la ambiciosa decisión de mantener eternamente en el poder a su familia, como una monarquía vestida de república democrática.
Sin embargo, este considerado respeto a la investidura tiene su margen de razonabilidad cuando se hace notorio un interés personal, sea éste político, económico o familiar y que es el caso que nos ocupa.
Con toda seguridad el Papa Francisco se habrá percatado de la doble intención de su visitante y por eso es de suma importancia conocer los comentarios de las oficinas de prensa vaticanas al final de la entrevista, que por realizarse en un lugar protocolar distinto al de las tres anteriores, se supone ha de ser un mesurado comunicado diplomático. Quedará por conocer la interpretación y las conclusiones de la Presidente, que no sería extraño las emitiera por cadena nacional. Estaremos a la espera.