martes, 29 de septiembre de 2015

OPINIÓN DESAFORTUNADA


Es interesante leer los artículos de prestigiosos escritores, no sólo por su armoniosa redacción y las cualidades literarias que los adornan, sino también por la interpretación de sus pensamientos y el significado de los mismos.  Pongo por caso el de la escritora Beatriz Sarlo que brinda un panorama sobre la gira del Papa Francisco en relación a los comentarios favorables y críticas que se recogieron en el mundo, tanto europeo como latinoamericano, estadounidense y oriental, desmenuzando con propiedad y excelentes citas las repercusiones del histórico periplo.
Sin embargo, hay una frase con la cual disiento. Se trata de la siguiente:
 “Lo milagroso de este hombre es que aguanta más que las estrellas del rock. Lleva en sus oídos los rumores de otras plazas multitudinarias. Es el jefe de una religión, pero tiene también un pasado: fue peronista y populista, rasgos que, gobernados por la inteligencia política, son pertrechos de un soldado de Dios.”
He escuchado todas las disertaciones, discursos y sermones, realmente admirables y que superan  la expectativa que se mantenía, debido a la claridad de sus exposiciones y al oportuno argumento desarrollado para cada caso en particular.
Para ser breve citaré la referencia  al documento de la independencia de los EE.UU, que se promulgó  en 1776, realizada frente a la histórica casa de Filadelfia,  Destacó Francisco esta frase del documento: “Que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, recalcando fuertemente estos tres principios. En otro momento, condenó la obligada uniformidad de pensamiento, base del autoritarismo, a la que opuso el respeto a la diversidad de opiniones, aún bajo la actual globalización. Su alocución a la unidad de la familia, base de un pueblo sin divisiones, fue magistral.
Volviendo a los rasgos que le atribuye Beatriz Sarlo al Papa Francisco, mi opinión es que es muy probable que en los principios del gobierno de Perón, estuviera de acuerdo con medidas tomadas en apoyo del trabajador y la defensa de sus derechos, lo cual no lo calificaría como peronista y populista, rasgos éstos que según la escritora son pertrechos de un soldado de Dios.
Su afirmación no es muy feliz, a pesar de esclarecer que “en su pasado" fue peronista y populista, toda vez que no se puede negar la política dictatorial de Perón, la unificación de pensamiento, la persecución a opositores, el partido único, su servicio de informaciones al estilo nazi, la entronización de las imágenes del General y su esposa en los colegios  y por ultimo la pedofilia que motivó su condena y retiro del uniforme por la Junta Militar que lo juzgó en rebeldía. Tampoco es lógico pensar que Bergoglio aprobaría la quema de las iglesias, instituciones y sedes de partidos políticos.
Reitero mi invariable respeto a la opinión del prójimo, de modo que este comentario responde a este principio, que no obsta para que exprese mi disidencia con una frase que estimo desafortunada.