miércoles, 16 de septiembre de 2015

DIOS HABLA DESDE TUCUMÁN (II)

El 9 de septiembre decíamos en nuestro artículo “Dios habla desde Tucumán” que en 1955 Córdoba fue a nuestra República por el imperio de las armas, como en 2015 Tucumán lo será por el imperio de los votos.
La manifestación valiente, patriótica, democrática y pacífica del Pueblo tucumano defendiendo su derecho al voto y combatiendo el fraude del oficialismo, que se repitió durante varios días, a pesar de la salvaje represión de la policía montada., era el presagio de un hecho histórico próximo a producirse
La homilía del padre  Miguel Alderete Garrido en la Basílica de San José de Flores que hemos incluído en dicho artículo, fue una brillante invocación que con toda seguridad quedará registrada en los anales de nuestra historia de la lucha por la libertad y por la república.. Fue pronunciada en   momentos cruciales y cercanos al aniversario del Bicentenario de la Independencia Argentina.
Esa voz  en la Basílica, resuena en nuestros oídos como como lo fue la Marcha de la Revolución Libertadora cantada en los sótanos de Nuestra Señora del Socorro. "En lo alto la mirada Luchemos por la Patria redimida El arma sobre el brazo La voz de la esperanza."
Incidentalmente, a  las 11 de la mañana de un día del año 1956 se ofreció una misa en la basílica del Pilar en la ciudad de Buenos Aires. En la homilía, el sacerdote reflexionó sobre la libertad y de qué males debe liberarse el pueblo argentino expresando con precisión que eran: la esclavitud de la droga, la coima, el soborno.
Luego de sesenta años volvemos a escuchar del sacerdote Garrido idénticas reflexiones que nos llaman a la lucha civil para defender a nuestras instituciones, a nuestras familias y a la sociedad de un poder omnímodo que nos lleva a la corrupción, al narcotráfico  y a la negación de la democracia.
El vaticinio puede y debe cumplirse, pues justamente cuando escribo el artículo en conmemoración del 16 de septiembre de 1955 en que fue derrocado el tirano Juan Perón, nos llegan noticias alentadoras. Yo me preguntaba, ante el silencio del gobierno y del periodismo:
¿Es que alguien puede explicar la repugnante contradicción de que justamente hoy 16 de septiembre seamos testigos de la próxima inauguración, el 8 de octubre, de una estatua ,en el medio de la ciudad de Buenos Aires, erigida en honor del émulo y admirador de Mussolini y Hitler? ¿Que contemplemos absortos en estos días, el renacer de los textos infantiles con imágenes controvertidas de la Presidente, al igual de las que se impusieron con reproducciones de Evita y Perón en aquella época aciaga?
Las noticias llegan de Tucumán, como llegaban en 1955 desde Córdoba y nos informan del fallo judicial referente a las elecciones fraudulentas realizadas días pasados y que daban como ganador al candidato oficialista.
 La Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán declaró la nulidad de las elecciones provinciales y convocó a nuevos comicios, al aceptar el pedido de anulación del candidato opositor. Parte de su fallo dice:
"Los hechos comentados y probados limitaron o influyeron en el libre ejercicio del sufragio de gran parte de la ciudadanía y privaron al acto comicial de la ineludible transparencia que debe ostentar, implican violaciones marcadas y manifiestas al artículo 37 de la Constitución, "no fue una elección libre y auténtica de carácter democrático".
Al rendir honor a los ciudadanos, civiles y soldados de aquél 16 de septiembre de 1955 que derrotaron a la tiranía de Perón, lo hago también por el valiente pueblo tucumano que luchó por la libertad, la democracia y la recuperación de la República.
Una genial coincidencia, como decimos al principio, así como en aquel tiempo nos dieron la libertad por las armas, hoy estamos confiados que la lograremos desde Tucumán por medio de elecciones libres y transparentes.  Que Dios lo permita, es nuestro mayor deseo.


16 DE SEPTIEMBRE DE 1955 - HACE 60 AÑOS CAYÓ LA DICTADURA

El derrocamiento del tirano Juan Domingo Perón debe ser recordado como un episodio histórico por el que se recuperó la libertad de los argentinos. Con la justa definición de Revolución Libertadora, civiles y militares, el pueblo todo, sojuzgado por un personaje siniestro, puso fin a la pseudo democracia convertida en fascismo.
Al comprobar el silencio de los medios periodísticos sobre este inolvidable hecho de nuestro acontecer histórico, viene a nuestra memoria el mismo ominoso silencio que se guardó desde 1955 hasta hoy, producto de las graves secuelas que dejó un régimen autoritario en su máxima expresión, que lavó conciencias y compró voluntades.
Los partidos políticos, el periodismo, la iglesia, la sociedad en general mantuvieron inconscientemente la obediencia a la orden emanada sigilosamente de los sucesivos gobiernos de no recordar ni criticar al ídolo de barro caído, y fugado en cobardía. Todavía subsiste la tendencia a la calificación de “gorilas” a los valientes que reaccionaron con justicia, y todavía hay homenajes y estatuas en recuerdo de una denigrante figura del acontecer nacional.
¿Es que alguien puede explicar la repugnante contradicción de que justamente hoy 16 de septiembre seamos testigos de la próxima inauguración, el 8 de octubre, de una estatua ,en el medio de la ciudad de Buenos Aires, erigida en honor del émulo y admirador de Mussolini y Hitler? ¿Que contemplemos absortos en estos días, el renacer de los textos infantiles con imágenes controvertidas de la Presidente, al igual de las que se impusieron con reproducciones de Evita y Perón en aquella época aciaga?
Rindo honor a los ciudadanos, civiles y soldados de aquél 16 de septiembre de 1955 que derrotaron a la tiranía de Perón. Nos queda a nosotros los testigos y sobrevivientes , y a los nacidos con posterioridad y que tardíamente van conociendo la verdadera historia ,seguir la lucha por la libertad, la democracia y la recuperación de la República.