El juez Herrera Piedrabuena citó a
declaración indagatoria acusado de delito de lesa humanidad al teniente general
César Milani que fue jefe del ejército y espía favorito de Cristina Kirchner.
Además, es un soldado traidor a su propia arma, pues ha dicho, sin solución de
continuidad:
"Históricamente los militares han sido autoritarios y soberbios".
"Se creyeron dueños del mundo, de las personas y distintos."
"Los militares retirados tienen odio y resentimiento hacia las Madres de Plaza de Mayo y las organizaciones de derechos humanos, mientras los que están en actividad las simpatizan."
Estamos ante un hecho de proyecciones
desconocidas, ya que si los cambios observados en la administración pública se
proyectaran hacia la justicia, el acusado debería ser dejado en libertad por el juez en un
plazo no mayor a quince minutos. Ello si sus defensores solo alegaran la
ilegalidad del delito y las penas, la violación de los principios de la
irretroactividad penal y la prescripción.
Si ,por el contrario, se aceptara su
enjuiciamiento y se le decretara prisión preventiva, que podría tener una
duración sine die ,como las de sus viejos colegas en cautiverio, quedaría
confirmada la decisión del gobierno de no entrar en el fangoso tema del curro
de los derecho humanos y la consecuente integración de “tribunales especiales."
Como vemos, en ambos casos estamos
considerando la actuación de jueces y fiscales con finalidades políticas que
nada tienen que ver con la verdadera justicia imparcial basada en la
Constitución. Por eso la encrucijada del gobernó se viene tornando cada vez más
grave, y perentoria su definición.
Alguien tiene que advertirle al
gobierno que los sensacionales descubrimientos de corrupción a un nivel jamás
imaginado, que los enjuiciamientos de los más altos funcionarios del anterior
gobierno y la promulgación de leyes por un congreso renovado en todo sentido,
no consigue disipar las dudas pendientes de sus votantes con respecto a la política de derechos humanos,
a la que nos hemos referido y a la necesidad de una completa auditoría del
organismo ANSES, cuyo ex titular se halla gozando de una insólita impunidad
acerca de su delictuosa actuación al frente de la misma y que fuera auditada
por la AGN en más de 16 informes que fueron archivados por orden de la ex
presidente.
El ex presidente Leandro Despouy, único
funcionario del anterior gobierno que cumplió honrosamente con sus funciones de
control, ha declarado en varias entrevistas con el periodismo su satisfacción
por haberse desenterrado dichos informes en la causa de los ferrocarriles, en
las del PAMI, en las del Fútbol para Todos, en las del ministerio de Planeamiento,
en las de Aerolíneas Argentinas, pero quedaron enterradas en la ANSES.
Sigue flotando en en el ambiente una
sensación desagradable. ¿Qué temor le asalta al gobierno para encarar con
firmeza estos dos interrogantes?. Todo silencio genera dudas que deben
aquietarse, va en ello el fracaso de la política de transparencia que se nos
prometiera y por la cual hemos votado.