¿Se puede llamar diferencia de cultura entre un viejo país y
uno nuevo?
Los jubilados, ciudadanos de la tercera edad, tienen un gran
peso en las próximas elecciones en Alemania, al punto que constituyen el 36% en
el grupo electoral, por primera vez en la historia de la república federal. Los
políticos le han dedicado mayor tiempo y espacio en la campaña electoral que a
otros rubros de importancia. Algo típico en una campaña centrada en tranquilizar, sobre todo a las
personas de edad avanzada, estima un vocero de las generaciones jóvenes
Envejecer es algo muy bueno, pero naturalmente, eso tiene
repercusiones en la democracia, critica el investigador de 33 años. Los gobernantes encontrarán siempre recursos para
el presupuesto de las jubilaciones, mientras recortan en otras carteras.
Pareciera ser el fantasma de una democracia de jubilados, sobre la cual
advirtiera en 2008 el ex jefe de Estado Román Herzog..
Cuanto más envejecen los votantes, más aumenta el riesgo de
tener una política cincelada a medida para las personas de la tercera edad,
cuyas voces se vuelven decisivas y votan principalmente a favor de los grandes
partidos tradicionales.
La diferencia con nuestro país, de la que hablábamos al
principio de la nota, es abismal.
La consideración que se tiene de los jubilados, en nuestro país,
tanto del gobierno como de la sociedad, es realmente inhumana. Así se contempla
descarnadamente en el tratamiento que el organismo nacional, a su cargo, les ha
dispensado desde tiempo inmemorial, Anses.
Nuestros viejos están desahuciados y
han abandonado toda lucha, pues aunque se unieran en decisivo voto por un
candidato que les prometiera su apoyo, saben por triste experiencia que las
promesas electorales jamás se cumplen.
El país europeo los privilegia en el
presupuesto, el país americano dice aumentar el presupuesto, pero en los
papeles, ya que los valores son destinados a otras necesidades, si hasta apelan
a la caja jubilatoria para conjugar el déficit del Tesoro Nacional.
Si en los juicios contra Anses por el reajuste de haberes
que son millones y que en Alemania prácticamente no existen, el gobierno apela
los fallos judiciales, y en las sentencias ya firmes ha tomado la deleznable decisión inconstitucional de no pagar.
Pero la gran unterschied es que en la Argentina no sólo se
ignoran las leyes y las sentencias, sino que promulgan leyes falsamente destinadas a la atención de los
jubilados que configuran el delito de extorsión. La denominada Ley de Reparación
Histórica es el fraude y la extorsión más grave que conocemos en el duro trajinar
de los viejos jubilados por conseguir justicia.
No podemos evitar en esta dolorosa comparación, señalar que
a este latrocinio concurre el periodismo de nuestro insólito país. No encontramos
defensa alguna dirigida a publicar estas
verdades que permanecen en el conveniente silencio de los medios.
La última pregunta, ¿Alguien puede contradecir lo manifestado?
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http://www.lanacion.com.ar/2063864-el-fantasma-de-una-democracia-de-jubilados-en-un-pais-envejecido
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