Estas marchas son una necesidad ciudadana, que fatigada por las que soportó del peronismo durante decenas de años son la réplica sana, sin caramelos, sin choripanes, sin transporte oficial gratuito, sin recompensa monetaria, sin violencia ni misiles caseros y destrucción de calles y monumentos, pacíficas y con una sola bandera, la argentina agitada en manos de ancianos, jóvenes y adultos.
Apoyemos su frecuente realización que desgasta a un autoritarismo progresista que se va refugiando en el seno de sus propias contradicciones, inoperancia y desenfrenada corrupción.
Las redes sociales nos brindan esta posibilidad de convocatoria para reclamar el sostenimiento de la democracia, la libertad y la Constitución Nacional. Lo hacemos con la fuerza del derecho que nos asiste, hasta que el polvo de la derrota provoque la desbandada de este hipócrita gobierno que sólo persigue la instalación de un foco chavista hijo putativo del Foro de Sao Paulo y el Grupo Puebla que preside insólitamente nuestro Primer Magistrado.