domingo, 8 de septiembre de 2019

UN RESULTADO POLÍTICO QUE INCIDE EN LA JUSTICIA


Hemos publicado varios artículos con respecto a la influencia del resultado de las Paso en la sede de la Justicia, en especial en el máximo tribunal del país la Corte Suprema de Justicia. El último de ellos de fecha  24 de agosto próximo pasado, que responde al siguiente link:
https://silviopedropizarro.blogspot.com/2019/08/la-dignidad-la-basura.html

La edición de Clarín de hoy domingo 8 nos entrega un excelente comentario en su espacio "Del editor al lector"  -  Ricardo Kirschbaum  -  que reproducimos a continuación pues constituye una acertada opinión sobre un parecer que se viene extendiendo en la sociedad acerca del impacto de la política en nuestra Justicia, siempre proclive a una adaptación de sus sentencias a los vaivenes del poder de turno, en la actualidad muy cercano al regreso del kirchnerismo que ya inició la confrontación con los jueces para  interrumpir y anular los juicios de corrupción muy avanzados que mantiene la ex presidente hoy candidata a lvicepresidenta.

             -   EL EFECTO DE LAS PASO YA LLEGÓ A LA CORTE SUPREMA   -
Los jueces del máximo tribunal aún no dictaminaron sobre las objeciones de la defensa de Cristina a la causa por corrupción en Vialidad.
Los efectos del resultado de la primaria sacudieron la escena política con la fuerza de un huracán. Esos vientos también impactaron en la Justicia, con efectos directos. En la Corte Suprema, amortiguados por el estilo aparentemente sereno, la amabilidad muchas veces fingida y la certidumbre del peso de sus decisiones, esos remezones se sienten mucho más ahora con la posibilidad de un cambio de gobierno. Las características de ese reacomodamiento hacia el futuro son la mayoría de las veces inescrutables, como las ambiciones de sus integrantes. Han vuelto a florecer. Ya se sabe que Rosatti, peronista como Maqueda, siempre ha conservado su ilusión de llegar a la presidencia del máximo organismo de Justicia y que Lorenzetti, con vasta experiencia e influencia en el manejo de Tribunales, está siempre dispuesto a recuperar el cargo. Es, en ese sentido, el más político de todos los miembros del tribunal.
El 1 de octubre de 2018 asumió Carlos Rosenkrantz la presidencia de la Corte. Había sido electo luego de un movimiento fulminante que sorprendió al entonces presidente, Ricardo Lorenzetti, quien fue desplazado pero, frente al hecho consumado, le dio su voto al nuevo titular. Desde entonces se vivió una situación en la Corte por lo menos extraña. Rosenkrantz, de extracción radical, fue quedando en minoría y despojado de herramientas de las que Lorenzetti había dispuesto durante su larga presidencia. Y de las que sigue ahora disponiendo, así como su fluida relación con una buena porción de los jueces federales, varios de los cuales tienen en sus manos investigaciones por corrupción durante la gestión de Cristina Kirchner.
El abogado que hoy preside la Corte tiene mandato hasta el 2021 -la mitad del período de la próxima administración en la Casa Rosada- y ha sido cuestionado básicamente desde el kirchnerismo por participar en causas como miembro de la Corte en las que debería haberse excusado. Rosenkrantz, en cambio, lo hizo en aquellas que ha considerado obligatoriamente hacerlo y no en otras en las que no existía un conflicto de intereses por su actuación anterior como abogado o en cualquier otro carácter, apoyándose en la propia doctrina de la Corte Suprema.
De hecho, la Corte todavía no dictaminó sobre las objeciones que presentó la defensa de la ex presidenta en la causa de Vialidad Nacional, cuyo juicio oral ya está en pleno desarrollo, es decir sin sentencia. La mayoría de los miembros aun no se expidió sobre el planteo y se ignora si lo hará antes del 27 de octubre, día de la elección presidencial
El abogado que hoy preside la Corte tiene mandato hasta el 2021 -la mitad del período de la próxima administración en la Casa Rosada- y ha sido cuestionado básicamente desde el kirchnerismo por participar en causas como miembro de la Corte en las que debería haberse excusado. Rosenkrantz, en cambio, lo hizo en aquellas que ha considerado obligatoriamente hacerlo y no en otras en las que no existía un conflicto de intereses por su actuación anterior como abogado o en cualquier otro carácter, apoyándose en la propia doctrina de la Corte Suprema
El cuestionamiento, sin embargo, puede continuar de manera inminente en la Justicia si se presenta, como existen versiones, una denuncia penal contra Rosenkrantz por su actuación en causas en la que debería haberse apartado.
Esta denuncia no puede sustraerse ni un segundo del marco político en el que se produciría ante la Justicia Federal de Comodoro Py, siempre sensible a los cambios de tendencias en el poder.