El famoso escritor Sir Salman Rushdie, autor del polémico libro “Los Versos Satánicos” que provocara su condena a muerte por el Ayatola Jomenei en 1989, participa en un show televisivo en los Estados Unidos, de Billy Maher hablando de muchos temas políticos y religiosos. En el último de ellos emitió una opinión muy interesante que hechos y declaraciones recientes la están avalando. Dijo que luego de las fuertes y justas condenas al crimen de los fanáticos musulmanes en Paris, comienza a desplegarse una serie de “pero”, “but” en inglés ,que es muy llamativa, “condenamos el sangriento y horrible crimen, pero…no se escucharon las advertencias de los terroristas.;“el ataque terrorista fue espantoso, pero…se ofendió severamente a principios religiosos; “nuestro total repudio al despiadado ataque, pero…la libertad de prensa tien e sus limitaciones; y así enumeró varios ejemplos.
La observación de Rushdie es muy atinada ya que comienzan a leerse y escucharse manifestaciones de ese tenor que parecieran justificar lo injustificable. Son típicas de movimientos, partidos y gobiernos populistas y enemigos acérrimos de la libertad de prensa. Los países bolivarianos, léase Venezuela, Argentina, Bolivia y Ecuador dieron la puntada inicial, al condenar en sus comunicados el ataque terrorista sin mencionar la libertad de prensa, que estuvo en la mira principal de los criminales al asesinar a periodistas de un semanario que había publicado agravios al profeta y a la religión islámica.
Recientes publicaciones de diarios izquierdistas europeos tienen un rasgo antiimperialista directo y a veces entrelíneas, característicos de su ideología. Ayer leíamos:
En medio del clima reaccionario después de los atentados de París que la semana pasada causaron 17 muertos, los gobiernos de los principales países de Europa se aprestan a tomar medidas para restringir las libertades democráticas, la libre circulación dentro de la “Unión” y el flujo inmigratorio. El proyecto europeo se tambalea entre la crisis económica, el retorno a posiciones nacionalistas y el crecimiento de la xenofobia.
Por otro lado, voces moderadas llamaban a evitar los extremos, como el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker que decía: No hay que reaccionar inmediatamente después de una tragedia para no cometer el error de ir demasiado lejos o quedarse demasiado corto.
La por lo demás lógica preparación de los principales países europeos para combatir la amenaza terrorista, encuentra esta respuesta:
Alemania, Reino Unido, Bélgica, el Estado español y Francia, ya anunciaron que preparan paquetes de medidas contra la “amenaza yihadista”, los cuales implicarían una vulneración de los derechos democráticos de la población europea. Una reacción política que bien puede compararse con la respuesta del imperialismo norteamericano tras los atentados del 11S con la llamada “Patriot Act” (Acta Patriótica), la cual supuso una profunda vulneración de las libertades civiles y los derechos constitucionales de la población norteamericana, y aún más de los inmigrantes en EEUU. con el argumento de "combatir el terrorismo".
Frases calcadas que se reproducen en momentos favorables para inyectar la división y la confusión en una Europa castigada que ya con anterioridad a estos hechos la calificábamos de enferma en nuestro blog bajo el título “La Enfermedad de Occidente”
En tanto en Alemania el ministro de Justicia, Haiko Maas, confirmó los preparativos de la reforma legal, que estará lista antes de fin de mes. Maas apuntó que una de las claves es el combate contra los medios de financiación “de los terroristas”. En este sentido, la canciller Angela Merkel llamó a una mayor cooperación entre los servicios secretos internacionales. "Debemos intensificar el intercambio de información también a nivel europeo", sentenció, a favor de ampliar el intercambio de datos de pasajeros en todo el mundo.
Mientras tanto, los seguidores del islamófobo y ultraderechista movimiento Pegida (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente), que ayer realizaron una nueva manifestación en Dresde que congregó a 15.000 personas, se pronuncian a favor de extender las nuevas medidas de control no solamente a los “sospechosos de yihadismo”, sino también al conjunto de los inmigrantes y refugiados que llegan a Alemania, además de reducir drásticamente su número.
El gobierno del Reino Unido también anunció este lunes que revisará sus protocolos de seguridad, para responder mejor a amenazas de atentados como los sufridos en Francia la semana pasada. Así lo expresó el primer ministro conservador, David Cameron, tras una reunión celebrada en Downing Street para abordar los nuevos retos a la seguridad del país
En declaraciones a periodistas, Cameron insistió en que si los conservadores ganan las elecciones de mayo se encargará de hacer "una normativa exhaustiva que garantice un lugar seguro donde comunicarse". En concreto, la propuesta implica, nada menos, que permitirá el acceso a los registros de comunicaciones.
Son medidas rigurosas que responden a un estado de ánimo comprensible. Las críticas asomaron:
"Para Cameron, que los servicios de espionaje puedan espiar a quienes se les antoje o bloquear los sistemas de comunicación masivos, es compatible con una democracia moderna y liberal."
Por su parte, Bélgica también pretende acelerar la adopción de medidas de este tipo, en un acuerdo entre los partidos de la coalición de centroderecha que gobierna el país, según informa el diario Le Soir. El ministro belga de Seguridad e Interior, Jan Jambon, presentará “en los próximos días” sus propuestas, que incluyen al igual que en el Reino Unido, fortalecer el espionaje en las redes sociales y establecer un marco legal que facilite la movilización del Ejército para tareas de supervisión en aeropuertos o estaciones en caso de urgencia.
En el Estado español, el Gobierno del conservador Partido Popular, alcanzó este martes un “acuerdo de Estado” con la oposición socialista en el Parlamento, para adoptar “medidas antiterroristas”. Representantes de ambos grupos se reunieron y se mostraron favorables a la introducción en el seno de la UE de un fichero de viajeros aéreos (PNR), ya desde el momento de la reserva.
El ministro del Interior español, Fernández Díaz, dijo confiar que "una sencillita enmienda de tres palabras" en la recientemente aprobada Ley de Seguridad Ciudadana, le dé cobertura legal a la iniciativa. Dicha Ley es conocida en el Estado español como “Ley Mordaza”, por ser un ataque frontal a las libertades democráticas, persiguiendo la protesta social, en lo que se consideró un retorno a la legislación franquista de 1959.
En Francia, tras el golpe que significaron los atentados del pasado miércoles, el Ejecutivo francés también se predispone a revisar su “sistema de seguridad”. Manuel Valls, primer ministro de Francia, anunció en la Asamblea Nacional, que su Gobierno adoptará “medidas excepcionales" en su “lucha contra el terrorismo”.
Valls solicitó a los ministros de Interior, Justicia y Defensa que entreguen propuestas concretas y llamó a actuar “con determinación y sangre fría, pero sin precipitación.” Francia está en guerra contra el terrorismo, los yihadistas, el radicalismo, pero no contra una religión", apuntó en una intervención de tres cuartos de hora clausurada con los aplausos de los parlamentarios.
Las posiciones más extremas fueron las defendidas por la presidenta del partido ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que reclamó la "suspensión inmediata" de la Europa sin fronteras interiores.
Que "el pueblo francés pueda recuperar el control sobre sus fronteras", arengó la líder y culpó igualmente a las políticas de austeridad de la Unión Europea (UE) de "desarmar al ejército y a la policía franceses", durante una conferencia de prensa en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo. "Europa nos debilita porque nos impone una apertura de fronteras. No hay país en el mundo que no sepa que la primera medida para luchar contra el terrorismo es poder protegerse controlando sus propias fronteras", afirmó.
La gran mayoría de estos países ya tenían preparadas algunas de las propuestas que se manifestaron luego. Pero los atentados en Francia han acelerado todas estas propuestas, que comienzan a expandirse mediante cambios legislativos “en caliente” en varios países.
No es casual que esto suceda después de la “Cumbre antiterrorista” que los ministros de Interior de la Unión Europea y Estados Unidos mantuvieron el pasado sábado en el Palacio del Elíseo de París, en horas previas a la movilización.
Lo que las propuestas y cambios legislativos en defensa del terrorismo son consideradas como medidas normales y naturales para los países civilizados, para la extrema izquierda consiste en la unidad reaccionaria de los mandatarios de Francia, Alemania, Reino Unido, España, Italia e Israel, entre otros, tendiente a profundizar un curso reaccionario para recortar aún más las libertades democráticas de la población, ya de por sí azotada por la crisis económica capitalista y las políticas de austeridad de los distintos gobiernos.
Posteriormente, el Fiscal General de EE.UU., Eric Holder -presente en la reunión francesa- anunció que el 18 de febrero se llevará a cabo en la Casa Blanca una cumbre antiterrorista de alto nivel, presidida por el propio presidente Barack Obama.
Esto mereció la crítica de los opositores a la Unión Europea y extremistas, que así se expresaron:
“No podía esperarse menos de los precursores de la “Patriot Act”, para asesorar a sus aliados europeos en cómo “combatir el terrorismo”… y de paso cercenar unos cuantos derechos y libertades democráticas en el continente europeo”
Las respuestas políticas de Alemania, Francia, España, Reino Unido, Bélgica, Holanda y otros países, reforzando los controles fronterizos y limitando la libertad de tránsito, muestran el retorno a las tradicionales posiciones nacionalistas europeas, enalteciendo los “valores nacionales”.
Es a todas luces innegable la imprescindible necesidad de que los países europeos formen una fuerte alianza para combatir el terrorismo en defensa de la cultura y la civilización occidental.