Hoy leo en La Nación el editorial titulado - “El saqueo de la Anses por el mismo Estado"- , lo que me resulta reconfortante pues hay coincidencias notables con mis dos artículos “Y siguen los azotes” y “Yo acuso” que dieron origen a sendas cartas enviadas al diario, pero que no fueron publicadas.
El editorial dice; En los primeros siete meses de 2014, la Anses tuvo que prestarle al Tesoro 23.503 millones de pesos provenientes de las arcas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS). El instrumento empleado fueron ocho Letras del Tesoro suscriptas por el organismo previsional. No es difícil imaginar su incobrabilidad frente a la creciente y proyectada insolvencia fiscal del gobierno nacional.
Mi blog decía: Los títulos públicos en pesos no se depreciaron más, porque la Anses estuvo comprando por 25.000 millones. Y si hubo mientras fue posible hacer "contado con liqui" y evitar una mayor disparada del dólar blue, tal vez será porque la Anses se desprendió de títulos en moneda extranjera -indispensable para hacer esa operación- por el equivalente a 17.500 millones de pesos. La Anses también consumió buena parte de las rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad.
Dice el editorial: Ésa fue la política con la que el Gobierno llevó a cabo el saqueo: la permanente postergación de los ajustes de los haberes pese a los fallos que ordenan su actualización, los que a su vez contaban con la confirmación de la Cámara, y pese a que la propia Anses se había comprometido ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA a no apelar los juicios ganados por los jubilados por reajuste de haberes.
Decía mi Blog: Cuando se les arrebata de la caja de jubilaciones centenares de miles de millones de pesos para gastos del gobierno y se advierte que se consumen las rentas del Fondo de Garantía de Sustentabilidad con el riesgo de paralizar los pagos de los haberes, el pánico silencioso, por que no tienen fuerza ni medios para gritar, de los pobres jubilados afecta su ya deteriorada salud acortándoles indudablemente la vida. Si la Corte Suprema de Justicia no tuvo el valor de hacer cumplir sus sentencias, reiteradas veces ignoradas por la Anses, por orden de la Presidente, ¿Qué papel hago yo presentando esas pruebas en mi escrito que por lo demás serían incontrovertibles? Sería bochornoso y humillante para el Supremo Tribunal y una demostración de la anarquía reinante en el país.
Dice el editorial: Ninguna culpa tienen los jubilados actuales y los futuros de los desmanejos oficiales, pero, por lo visto, su desamparo y su indefensión los han convertido en presa fácil de un gobierno que, en este como en otros campos, no puede esconder su prepotencia y su sadismo. Así, no debe extrañar que presos que cumplen condenas por graves delitos lleguen a cobrar más que los ex trabajadores que perciben una jubilación mínima.
Decía mi blog: Habría una lejana posibilidad de alegar “eutanasia” que es muerte inducida,en vez de “genocidio”. Pero no resistiría el menor análisis ya que eutanasia es muerte piadosa, una virtud que el Gobierno no posee, mientras el genocidio es muerte provocada pero perversa, una verdadera cualidad gubernamental.
En los dos últimos párrafos quedaría justificada una acción de Genocidio contra el Gobierno, impronta que juega en el artículo "Yo Acuso" - "J Áccuse.
Satisfecho de haber compartido similares opiniones con el prestigioso matutino, pero un poco disconforme con la castración de la misiva, en el día de la fecha envío una carta, en los siguientes términos:
Señor Director:
Ayer envié una carta bajo el título "Yo Acuso" donde hago responsable al Gobierno del delito de "Genocidio". Hoy leo el editorial de vuestro diario con los mismos argumentos que sostengo, al acusar al Gobierno del saqueo a la Anses.¿Por qué censurar mi carta que representa la opinión de todos los jubilados del país?. El Gobierno está cometiendo un delito que sí, es de lesa humanidad, el genocidio, que encaja típicamente en la definición :“ Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial". Al reconsiderar su publicación, lo saludo muy atentamente,
Silvio Pizarro