El 14 de febrero escribía en mi blog bajo el título de “Las Amigas se Ayudan” que “En el escrito remitido al juez Daniel Rafecas, que investiga la denuncia de Nisman, la Procuración defiende la política del Gobierno y critica en duros términos la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner por el supuesto encubrimiento de los iraníes acusados por el atentado contra la AMIA, denuncia a la que dio curso el fiscal Gerardo Pollicita. "Entramado ficcional", "Supuestas pruebas que no soportan siquiera un mínimo test", "Intrincada trama de interpretaciones subjetivas", "Argumento jurídicamente pueril". son las expresiones con que descalifica la denuncia.
¿Puede este organismo que depende directamente del Presidente de la Nación y tiene jerarquía equivalente a la de los Ministros del Poder Ejecutivo asumir la defensa de la Presidente? Sus funciones son las de asumir la representación y defensa del Estado Nacional en juicio e intervenir en el planeamiento, organización, supervisión y ejecución de la estrategia de defensa de los intereses de la República Argentina en causas que tramiten ante tribunales judiciales o arbitrales, extranjeros o internacionales, y participar en la representación de la República Argentina ante dichos tribunales.
A nuestro entender sus funciones son las de de asumir la defensa del Estado y no de la persona acusada que ocupa el cargo de Presidente. Por supuesto que está en manos de los jueces y fiscales el dirimir esta afirmación personal, lo que no obsta a que pueda expresar mi extrañeza por la falta de opiniones que advierto sobre este particular.”
Hoy 25 de febrero me anoticio que el fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes denunció a la procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, por peculado, al utilizar la estructura del Estado para defender a la presidenta Cristina Kirchner de las acusaciones que realizó el fallecido fiscal Alberto Nisman cuando lo acusó de encubrir a Irán en la causa por el ataque a la AMIA.
Para Moldes, Abbona y los denunciados subprocuradores Horacio Diez y Javier Pargament Mariasch, firmantes de un escrito en el que defendieron la postura de la Presidenta antes de que el fiscal Gerardo Pollicita decidiera imputarla, hicieron "una suerte de ostentación superflua de compromiso militante".
Agregó que su presentación constituyó una "sobreactuada identificación de subordinación político-partidaria o tal vez un simple exceso entusiasta derivado de la devoción personal" por Cristina Kirchner o el resto de los denunciados.
Para Moldes, ese escrito de Abbona es "judicialmente inoportuno", máxime cuando "ni siquiera existía una causa legalmente promovida" para investigar el hecho denunciado por Nisman, pues aún Pollicita no había realizado el requerimiento de instrucción.
A su entender, que sean funcionarios "no explica ni justifica" la actuación de la Procuración del Tesoro, que emprendió parece una "embestida un poco torpe y a destiempo contra la actuación libre" del fiscal Pollicita que debía decidir sobre la denuncia contra la Presidenta.
La denuncia es por peculado, que castiga con penas de entre dos y diez años al funcionario que emplee su provecho o de un tercero los servicios pagados por la administración pública.
Me satisface comprobar que mi opinión tenía su fundamento, compartida, nada menos que con la denuncia del fiscal Moldes.