jueves, 5 de marzo de 2015

EL POSIBLE ASESINATO DE NISMAN

Viendo hoy por TN la conferencia de prensa de la Dra. Arroyo Salgado y sorprendido por sus fuertes y bien fundadas conclusiones, vino a mi memoria un mail que recibí del extranjero hace dos o más semanas al que no le presté mayor atención. Se trataba de una opinión vertida por un experto en inteligencia con respecto a la muerte dudosa del fiscal Alberto Nisman. Expresaba su seguridad de que había sido asesinado por un sicario contratado para una limpieza profesional y si bien no opinaba sobre los culpables del hecho, lo identificaba como un magnicidio. Narraba que el asesino condicionó el trato a que se liberara el lugar por una cantidad de horas. Ya dentro del departamento utilizó la pistola facilitada por un allegado al fiscal y le disparó un tiro a la sien para simular un suicidio, pero la víctima se movió y el disparo no fue certero. Como no podía ejecutar un segundo disparo, lo cual descartaría la teoría de un suicidio, debió esperar a que se desangrara, saliendo posteriormente sin conocer a ciencia cierta el fallecimiento del fiscal.
Esto que supuse un fantástico relato cobra visos de realidad, dado que concuerda con la científica investigación de los expertos que colaboraron con la jueza y que acabo de escuchar. Lo comparto con mis contactos, como acostumbro.

Ahora surgen en mi mente como el rewind de una película, los momentos en que se dio a conocer la muerte del fiscal. ¿Por qué la duda sobre si estaba muerto? ¿Por qué el abrir y cerrar la puerta del baño sin tomar ninguna medida? Esperaban la confirmación de su muerte? ¿Quién, Berni, alguno de los médicos presentes? Porque evidentemente la demora de su agonía desbarataba los planes, pues la preocupación de su secretaria y de su madre, porque no respondía a sus llamados, adelantó la presencia de los mismos en el lugar del hecho. De ahí que la temprana llegada de Berni despertó fuertes sospechas. Todo se encadena en una posterior apreciación de los hechos que guarda coincidencia con la presentación de la querellante de nuevas pruebas y el relato del misterioso informante extranjero.
Lo que resulta probada y sospechosa en cuanto a sus intenciones es la investigación de la fiscal Fein cuyas derivaciones conducen a la tesis del suicidio y la negativa a los reiterados pedidos de la ex esposa para demorar la autopsia hasta la llegada de familiares que debieron ser informados de su derecho a estar presentes en la misma. Una última pregunta ¿Por qué desde un primer momento la fiscal aseguró que no había intervención de terceros?
De ninguna manera me siento autorizado a emitir una opinión jurídica sobre el seguimiento del proceso, pero ha tomado un cariz de tal importancia que ya se ha escapado de las manos de la fiscal. 
Este es un asunto que ha adquirido una relevancia inusitada. Es la muerte dudosa de un fiscal horas anteriores a su presentación en el Congreso para exponer su denuncia y aportar más pruebas a la
misma, denuncia que involucraba nada menos que a la Presidente  y al Canciller por encubrimiento.
Ha despertado el interés nacional e internacional por el conocimiento de la verdad que es de absoluta prioridad, y los pasos posteriores deben ser firmes, prudentes y ajustados a derecho.