martes, 3 de noviembre de 2015
VENCIMOS LA INDIFERENCIA
Una amiga me envió un mail referente a "la indiferencia "y recordaba una película de un abogado penalista que al cabo de varios años de dejar la profesión y estar entregado al alcohol, decide volver para defender a un inocente al que todas las circunstancias apuntan como el culpable. La decisión se revierte y es declarado inocente. La hipótesis que había manejado la acusación era la de un crimen pasional, pero la motivación concluye siendo la heroína. Lo impresionante y de una actualidad sobrecogedora es la alocución del abogado al finalizar el juicio, cuando dirigiéndose al público que colma la sala le dice: “todos los días se descubren drogas nuevas, todas destruyen, pero existe una generalizada, que no se mide ni en gramos ni en litros, pero que mata con mayor seguridad: la indiferencia, merced a la cual toleramos lo intolerable, excusamos lo inexcusable y olvidamos lo que siempre debe permanecer en nuestra memoria”.
Esta relación venía al caso de un escrito que le mandé con una crítica opinión acerca de la indiferencia y a veces podríamos llamarla indolencia de la sociedad, en general, ante la presencia de hechos condenables, como los presos políticos, los angustiantes problemas de los jubilados y la persecución de los cristianos.
.A esto último me referí cuando tuve conocimiento por medio de cuatro informes que me llegaron desde Valencia sobre la persecución a los católicos por las mismas autoridades municipales al prohibirles la celebración de ritos en el cementerio, al despojarlos de símbolos religiosos, al prohibir las misas públicas y al expropiar catedrales, lo cual motivó mi firma a una petición para poner fin a esos indignos atropellos.
El 29 de octubre difundí estas noticias en mi blog, bajo el título “Persecución a los cristianos – en España." La reacción a estas iniquidades no fue la esperada.
Afortunadamente nuestra petición fue escuchada, lo que prueba la gran importancia de vencer ese estigma que debemos combatir y al cual en el ejemplo que dimos se la califica como una droga que mata con más seguridad que la heroína.
Transcribimos la feliz noticia que me fue comunicada inmediatamente con elocuentes palabras de agradecimiento que nos dan fuerza para futuras situaciones. Tener en cuenta que este mail ha sido dirigido a los 50.000 peticionantes que firmaron el documento.
"Hola, silvio.
Solo tengo palabras de agradecimiento y admiración hacia ti.
Saborea este éxito porque es tuyo:
¿Recuerdas la mujer que te conté que lloraba en el cementerio de Valencia por no haber podido despedir a su marido con la imagen de la Virgen de los Desamparados? Mañana acudirá a la misa de difuntos y estará feliz, gracias a ti.
El alcalde había prohibido la misa en la explanada del cementerio. Obligaba a los creyentes a encerrarse en la pequeña capilla, que apenas tiene capacidad para albergar unas decenas de personas.
Teníamos solo 3 días para detener este ataque de intolerancia laicista.
Y en solo 2 días, tú, yo, y cerca de 50.000 ciudadanos le hemos dicho al alcalde que deje en paz nuestras creencias, que no nos trate como delincuentes, que respete nuestros derechos y el descanso de nuestros difuntos.
Y el alcalde ha rectificado. Sí, ha dado marcha atrás. Y lo ha hecho movido por la presión social. Presionado por ti. ¿Te das cuenta?
Mañana, 2 de noviembre, día de los Fieles Difuntos, monseñor Cañizares, el arzobispo de Valencia, oficiará la misa de difuntos a las 16:30 h. de la tarde, al aire libre. Como todos los años. Ante cientos de fieles cristianos libres y en su derecho de manifestar sus creencias donde les apetezca.
Créeme, esta victoria tiene un enorme valor.
Pero no podemos bajar la guardia porque el alcalde y su equipo de gobierno, de Compromís, siguen empeñados en descristianizar los espacios públicos del cementerio, retirando imágenes y crucifijos, ocultando vidrieras y sagrarios.
Y si no seguimos presionando, lo conseguirán.
De momento, siéntete orgulloso de este éxito y disfrútalo, porque es mérito tuyo haberles parado los pies.
Has frenado el ataque laicista.
Has logrado doblegar el odio religioso del alcalde de Valencia.
Y has conseguido algo grande con tu acción: demostrar una vez más el inmenso poder de una sola persona cuando une su firma a la de miles de ciudadanos comprometidos.
¡Gracias, de verdad!"