Gran
sorpresa me ha provocado el artículo de Horacio Verbitsky publicado en Página 12 del 11 de junio, bajo
el atrayente titular “El gran salto atrás”
https://www.pagina12.com.ar/43481-el-gran-salto-atras
Es realmente desconcertante y comprueba la
habilidad periodística y dialéctica de este reconocido criminal que llevó la
dirección intelectual de los Montoneros, sin olvidar su física colaboración en
la terrible explosión en el comedor de la Policía Federal.
No creo que
se haya imaginado la reunión que cita, en las oficinas de Avruj, con fotografía
y preciso nombre de los concurrentes. Lo que es dudoso es la mención de las
palabras de Claudio Avruj que contradicen en forma rotunda sus anteriores
expresiones y opiniones que incluso llegaron a la obligada renuncia de
Lopérfido.
Por supuesto
que es necesario leer íntegramente el artículo para formarse una idea clara de sus
intenciones, lo que es una firme recomendación. Trataremos parcialmente aspectos
referidos a la adjudicación de frases expresadas por el secretario de Derechos
Humanos, Claudio Avruj y la dudosa veracidad de las mismas.
Con respecto
a la aplicación de la derogada ley, dice Verbitsky, del 2x1 que provocó una
imponente respuesta social, con la mayor movilización que se recuerde en defensa
del proceso de Memoria, Verdad y Justicia, el secretario Avruj expresó que “la
reacción de los organismos de Derechos Humanos fue tan fuerte que nos obligó a
retirar el apoyo oficial al fallo de la Corte Suprema para calmarlos; esta
gente no comprende la institucionalidad y la democracia, ni respeta la división
de poderes”.
En la visita
de los concurrentes a la reunión al Archivo Nacional de la Memoria, Avruj acusó
a los organismos defensores de los Derechos Humanos de tácticas intimidatorias
contra quienquiera apartarse de la visión que sostienen sobre lo sucedido en
las décadas de 1970 y 1980, pero que el gobierno los va a silenciar. Con ese
propósito se enunció un plan que se pondría en ejecución después de las
elecciones de octubre y que incluye cambios en los programas educativos y la
apertura de juicios de lesa humanidad contra los sobrevivientes de la
dictadura.
El asesor de Avruj, Alfredo Mauricio Vítolo, abogado con un posgrado de derecho en Harvard,
escribió un trabajo titulado “La posibilidad de perdonar a los responsables de
cometer crímenes de lesa humanidad” que publicó la Academia Nacional de
Ciencias Morales y Políticas. Allí afirmo que, “los estados sin renunciar a la idea de justicia, tienen la potestad,
conforme a sus derechos nacionales y sin violar obligaciones de derecho
internacional, de indultar o amnistiar a los responsables de haber cometido
crímenes de lesa humanidad.
Antes de
comenzar la visita al museo, Avruj entregó
un par de folletos explicativos, pero lejos de ponderar su contenido,
afirmó sin dudar: “Todo lo que leerá aquí es la versión parcial de un bando. Lo
mismo comprobará en la visita al Museo, pero lo vamos a cambiar”
En público,
Avruj siempre se ha expresado en forma respetuosa a las víctimas del terrorismo
de Estado, pero en el diálogo con la concurrente a la reunión, la decana de la
Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard, Martha Minow, invirtió los
términos y llegó a llamar terroristas a las víctimas de la dictadura y víctimas
a los familiares de los detenidos por crímenes de lesa humanidad. Tal vez algo
o alguien le hizo pensar que encontraría oídos receptivos.
Una de las
pocas preguntas de la decana fue si se enseñaba a los jóvenes el período de la
dictadura. Avruj respondió: “Sí, pero en forma sesgada. Sólo la versión de un
bando. Pero vamos a cambiar eso. Hemos formado un equipo conjunto con el
Ministerio de Educación que está trabajando en los nuevos programas.”
Agregó que “si
queremos contar la verdad, eso es considerado criminal”. Puso como ejemplo la
ley de la Provincia de Buenos Aires que obliga a su gobierno a mencionar a la
dictadura como cívico-militar y a cifrar en 30.000 el número de detenidos
desaparecidos.
Dijo que le
parecía aberrante. Se indignó por la comparación con el Holocausto (sin reparar
que también en ese caso existe un negacionismo que comienza por cuestionar el
número de víctimas)
Dijo Avruj, “Tenemos
los datos precisos, no pasaron de 9.000, pero los organismos de Derechos
Humanos hacen tanto escándalo que nos obligan a repetir la mentira de los
30.000. Añadió que el gobierno tenía encuestas según las cuales la sociedad lo
apoya y quiere que “se cuenten las dos partes de la historia. "La sociedad
quiere mirar hacia adelante, pero un grupo pequeño que grita mucho, tira hacia
atrás” Luego de una pausa´”Pero los vamos a silenciar.”
Como
explicación para la posición crítica hacia el gobierno dijo: ”Están furiosos
porque no les consulta su política de derechos humanos. Están mal
acostumbrados.” Contó el enojo de los organismos por su reunión con las que
llamó “víctimas del terrorismo” y comentó:
“No quieren que las víctimas entren a este lugar. ¿A usted le parece?” La decana no contestó.
La semana
pasada Avruj prosiguió la tarea mediante
una audiencia con el Obispo castrense, Santiago Olivera, que antes había sido
recibido por el propio Macri, para que nadie pueda dudar de que se trata de una
política oficial. Publicó una foto suya con el obispo y la leyenda “Para avanzar
en un diálogo conjunto y en la cultura del encuentro.” En marzo Avruj pidió a la CIDH que durante su
visita a la Argentina recibiera a los familiares de los militares y al nuncio
apostólico, pero la CIDH no lo aceptó. En cambio, el viernes próximo su
presidente Francisco Eguiguren visitará en la cárcel de Alto Sufridero a la
presa política Milagro Sala, cuya vida e integridad física corren peligro.
Hasta aquí
la transcripción de la pluma del buen periodista, pero peligroso terrorista
Horacio Verbitsky. Mencionamos al comienzo las dudas sobre la veracidad de las
palabras que transcribió de Claudio Avruj, por cuanto resulta improbable una
contradicción tan flagrante que va del negro al blanco, valga la expresión.
Puede
suponerse un brusco cambio de política ante las perspectivas de la real
existencia de un gran salto atrás que pronostica el autor de artículo y de esa
manera adaptarse a futuras contingencias.
Acentúa aún
más mi desconcierto el hecho elocuente de que esta importante noticia no haya trascendido en los medios
periodísticos de prestigio como los diarios La Nación y Clarín.
Lo único que
acabaría con mi incertidumbre es que gran parte de este enigma se convierta en
realidad y se llegue finalmente al reconocimiento del clamor de la sociedad
para que se haga justicia a nuestros presos políticos.