A un mes de promulgada la Ley de Reparación Histórica, en julio de 2017, Anses lanzó un comunicado informando que con el cobro de los haberes del mes de Agosto, 1.060.000 jubilados tendrán incorporación al reajuste previsto en el programa previsto en dicha ley. Se trata de jubilados, la gran mayoría sin juicios, a quienes la Anses decidió pagarles el aumento sin hacer previamente todo el trámite requerido por la normativa. Es decir, se obligan a renunciar a su juicio por reajuste, o a no iniciar ninguno, a cambio de recibir el haber recalculado a su antojo, que siempre resulta inferior a lo que se conseguiría en un juicio.
Los interesados que no tienen información todavía sobre cuál es la oferta de pago del Estado, reciben un mensaje que los lleva a hacer un clic para indicar que quieren ser contactados. Pero no reciben datos sobre dicha oferta, sino un aviso de que se estará analizando su caso, lo que según el organismo se trata de una modalidad para darle un orden al trabajo de procesar datos.
Es el más perfecto procedimiento kafkiano que se ha conocido en el ambiente burocrático de la administración nacional, y que se lleva a cabo con gente de avanzada edad, la mayoría ancianos.
Se nos preguntará a qué obedece tan retorcido mecanismo con gente agobiada que deambula desorientada por pasillos y oficinas, sin tener siquiera poco o ningún conocimiento del manejo de las computadoras.
La respuesta posee dos características bien definidas.
Primero, la decidida intención de no pagar y de extorsionar para que los pagos inevitables sean un cincuenta por ciento rebajados unilateralmente.
Segundo, realizar una publicidad política de proporciones al engañar a la opinión pública con anuncio de reajustes a más de un millón de personas, gracias a la Ley de Reparación Histórica, que no es otra cosa que una extorsión y defraudación a la gente más vulnerable del país."
Ponemos punto final a nuestro comentario con la transcripción de una divertida y ocurrente carta del lector Augusto Girollet publicada hoy en Clarín.
Hoy leo en la página de lectores de Clarín, donde en forma coloquial nos brinda una categórica definición de la mencionada ley:
Los interesados que no tienen información todavía sobre cuál es la oferta de pago del Estado, reciben un mensaje que los lleva a hacer un clic para indicar que quieren ser contactados. Pero no reciben datos sobre dicha oferta, sino un aviso de que se estará analizando su caso, lo que según el organismo se trata de una modalidad para darle un orden al trabajo de procesar datos.
Es el más perfecto procedimiento kafkiano que se ha conocido en el ambiente burocrático de la administración nacional, y que se lleva a cabo con gente de avanzada edad, la mayoría ancianos.
Se nos preguntará a qué obedece tan retorcido mecanismo con gente agobiada que deambula desorientada por pasillos y oficinas, sin tener siquiera poco o ningún conocimiento del manejo de las computadoras.
La respuesta posee dos características bien definidas.
Primero, la decidida intención de no pagar y de extorsionar para que los pagos inevitables sean un cincuenta por ciento rebajados unilateralmente.
Segundo, realizar una publicidad política de proporciones al engañar a la opinión pública con anuncio de reajustes a más de un millón de personas, gracias a la Ley de Reparación Histórica, que no es otra cosa que una extorsión y defraudación a la gente más vulnerable del país."
Ponemos punto final a nuestro comentario con la transcripción de una divertida y ocurrente carta del lector Augusto Girollet publicada hoy en Clarín.
Hoy leo en la página de lectores de Clarín, donde en forma coloquial nos brinda una categórica definición de la mencionada ley:
"Recibí una carta de la ANSeS. Debajo del encabezamiento, dice: “Queremos contarte que para seguir cobrando tu haber con Reparación Histórica es necesario …” Amenaza descarada, o agarrás lo que te damos (no lo que te corresponde) o no te damos nada. Total, vos no hiciste juicio, por lo tanto no podés negociar un haber como los que ya lo iniciaron y, si no te gusta, hace juicio que dentro de varios años con suerte lo cobrarán tus herederos. En el párrafo de despedida, dice: “Para nosotros es una gran alegría estar reconociéndote por el trabajo de toda una vida”. Mentira, es falso."