Me honro en compartir el homenaje del Presidente del Centro de Estudios Salta, Mario Cabanillas. a nuestros héroes que defendieron el ataque al regimiento de La Tablada, con la difusión en mi espacio de su artículo donde resalta la insólita inversión de culpabilidades, libres los atacantes y presos los defensores que lo recuperaron, hasta el día de hoy.
El relato histórico nos habla en pocas palabras de la venganza de los derrotados terroristas, mantenida inexplicablemente por gobiernos democráticos. Lo dijo una vez un gran estadista en Europa, es la primera vez que los derrotados juzgan a sus vencedores.
El relato histórico nos habla en pocas palabras de la venganza de los derrotados terroristas, mantenida inexplicablemente por gobiernos democráticos. Lo dijo una vez un gran estadista en Europa, es la primera vez que los derrotados juzgan a sus vencedores.
A 31 años del último desafío armado de la guerrilla en la Argentina, en la actualidad están libres los atacantes y presos los que recuperaron el cuartel.
Por Mario Cabanillas*
Por Mario Cabanillas*
Treinta y un años pasaron desde el último desafío armado de la guerrilla en nuestro país, el intento de ocupar el regimiento de La Tablada, y en este nuevo aniversario de aquel sangriento ataque -que se cumple hoy- se observa cómo por primera vez se ha completado la inversión total de culpabilidades: libres los atacantes y en prisión el general encargado de recuperar el cuartel militar.
El general de Brigada (r) Alfredo Manuel Arrillaga, jefe de las fuerzas legales, fue condenado el 12 de abril del año pasado a prisión perpetua. El Tribunal Oral Federal 4 de San Martín condenó a Arrillaga, de 85 años, como coautor del homicidio de José Díaz, uno de los guerrilleros.
Su detención marca el final de un giro de 180 grados en la valoración de los hechos, gracias a la poderosa maquinaria de presión de la izquierda, que ha sometido a la dirigencia política y a la Justicia. Un giro que comenzó hace veinte años con una reducción de penas para los guerrilleros.
El ataque al Regimiento de La Tablada (RI Mec 3 y Esc Expl C Bl 10), ubicado en el partido bonaerense de La Matanza, tuvo lugar el 23 de enero de 1989 y fue perpetrado por el "Movimiento Todos por la Patria" (MTP), encabezado por su fundador, Enrique Haroldo Gorriarán Merlo. Era un nuevo atentado del terrorismo contra la Nación Argentina.
Gorriarán había participado de la fundación del ERP en 1970, que terminó constituyéndose como la guerrilla de izquierda más activa, y había actuado en numerosos atentados de gran resonancia. El 19 de enero del 74 encabezó el ataque a la Guarnición Militar de Azul (RC Tan 10 y GA Bl 1). También participó del derrocamiento del presidente nicaragüense Anastasio Somoza en 1979, y en una emboscada fue quien lo mató al año siguiente en Paraguay. En 1986 reclutó esquirlas del desarmado ERP y formó el MTP.
En el intento de copamiento del cuartel de La Tablada, combate que duró aproximadamente dos días, fallecieron defendiendo el cuartel el segundo jefe del RI Mec 3, mayor Horacio Fernández Cutiellos, el teniente primero Ricardo Rolón; el suboficial principal Ricardo Esquivel; el sargento José Albornoz; el sargento primero Ramón Orue y los soldados Roberto Taddía, Leonardo Díaz, Héctor Cardozo y Domingo Julio Grillo; además del comisario García y el sargento Soria, de la policía bonaerense. Además, quedaron mutilados el teniente coronel Emilio Nani y el subcomisario Re. Por su parte, la guerrilla perdió a 33 terroristas.
En el primer juicio declararon más de 300 testigos. En octubre de 1989, la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, integrada por los doctores Hugo Rodolfo Fossati, Marta Herrera y Jorge Eduardo Barral, dictó las condenas. De los sobrevivientes del MTP, Roberto Felicetti y Claudia Beatriz Acosta tuvieron la más alta: reclusión perpetua. El resto de los que entraron fueron condenados a prisión perpetua.
En 1995, Gorriarán Merlo fue detenido en México y en 1997 fue juzgado junto a su esposa, Ana María Sívori, y condenado a reclusión perpetua.
En el 2000 el presidente Fernando de la Rúa les redujo las penas a todos, exceptuando a Gorriarán Merlo. Luego, en el 2003, Duhalde decretó una amnistía para todos los presos de La Tablada. Gorriarán Merlo murió en libertad en el 2006.
Hoy, a 31 años de ese combate, en el que una vez más las fuerzas legales defendieron a la Nación del mesianismo terrorista, y cuando todos los guerrilleros que intervinieron están en libertad, podemos ratificar que en nuestro país la Justicia es netamente política, sin criterios ni equidad.
Vaya nuestro homenaje a los héroes que dieron su vida fieles al cumplimiento del sagrado juramento que hicieron ante la bandera azul y blanca, en algún 20 de junio, de "Defenderla hasta perder la vida".
Nuestro eterno reconocimiento a sus familiares y a las otras víctimas de la demencia terrorista. Y un especial saludo al señor general Arrillaga, quien, pese a lo injusto de la condena, lleva el cautiverio con la entereza, fe y esperanza de un verdadero soldado argentino.
El general de Brigada (r) Alfredo Manuel Arrillaga, jefe de las fuerzas legales, fue condenado el 12 de abril del año pasado a prisión perpetua. El Tribunal Oral Federal 4 de San Martín condenó a Arrillaga, de 85 años, como coautor del homicidio de José Díaz, uno de los guerrilleros.
Su detención marca el final de un giro de 180 grados en la valoración de los hechos, gracias a la poderosa maquinaria de presión de la izquierda, que ha sometido a la dirigencia política y a la Justicia. Un giro que comenzó hace veinte años con una reducción de penas para los guerrilleros.
El ataque al Regimiento de La Tablada (RI Mec 3 y Esc Expl C Bl 10), ubicado en el partido bonaerense de La Matanza, tuvo lugar el 23 de enero de 1989 y fue perpetrado por el "Movimiento Todos por la Patria" (MTP), encabezado por su fundador, Enrique Haroldo Gorriarán Merlo. Era un nuevo atentado del terrorismo contra la Nación Argentina.
Gorriarán había participado de la fundación del ERP en 1970, que terminó constituyéndose como la guerrilla de izquierda más activa, y había actuado en numerosos atentados de gran resonancia. El 19 de enero del 74 encabezó el ataque a la Guarnición Militar de Azul (RC Tan 10 y GA Bl 1). También participó del derrocamiento del presidente nicaragüense Anastasio Somoza en 1979, y en una emboscada fue quien lo mató al año siguiente en Paraguay. En 1986 reclutó esquirlas del desarmado ERP y formó el MTP.
En el intento de copamiento del cuartel de La Tablada, combate que duró aproximadamente dos días, fallecieron defendiendo el cuartel el segundo jefe del RI Mec 3, mayor Horacio Fernández Cutiellos, el teniente primero Ricardo Rolón; el suboficial principal Ricardo Esquivel; el sargento José Albornoz; el sargento primero Ramón Orue y los soldados Roberto Taddía, Leonardo Díaz, Héctor Cardozo y Domingo Julio Grillo; además del comisario García y el sargento Soria, de la policía bonaerense. Además, quedaron mutilados el teniente coronel Emilio Nani y el subcomisario Re. Por su parte, la guerrilla perdió a 33 terroristas.
En el primer juicio declararon más de 300 testigos. En octubre de 1989, la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín, integrada por los doctores Hugo Rodolfo Fossati, Marta Herrera y Jorge Eduardo Barral, dictó las condenas. De los sobrevivientes del MTP, Roberto Felicetti y Claudia Beatriz Acosta tuvieron la más alta: reclusión perpetua. El resto de los que entraron fueron condenados a prisión perpetua.
En 1995, Gorriarán Merlo fue detenido en México y en 1997 fue juzgado junto a su esposa, Ana María Sívori, y condenado a reclusión perpetua.
En el 2000 el presidente Fernando de la Rúa les redujo las penas a todos, exceptuando a Gorriarán Merlo. Luego, en el 2003, Duhalde decretó una amnistía para todos los presos de La Tablada. Gorriarán Merlo murió en libertad en el 2006.
Hoy, a 31 años de ese combate, en el que una vez más las fuerzas legales defendieron a la Nación del mesianismo terrorista, y cuando todos los guerrilleros que intervinieron están en libertad, podemos ratificar que en nuestro país la Justicia es netamente política, sin criterios ni equidad.
Vaya nuestro homenaje a los héroes que dieron su vida fieles al cumplimiento del sagrado juramento que hicieron ante la bandera azul y blanca, en algún 20 de junio, de "Defenderla hasta perder la vida".
Nuestro eterno reconocimiento a sus familiares y a las otras víctimas de la demencia terrorista. Y un especial saludo al señor general Arrillaga, quien, pese a lo injusto de la condena, lleva el cautiverio con la entereza, fe y esperanza de un verdadero soldado argentino.