Nos llega la noticia de que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, piensa utilizar el lenguaje inclusivo entre los funcionarios de su administración. No está claro aún si será oficial o en forma amigable entre ellos, pero hay ciertos comentarios de que la preparación de una guía de trabajo supone imponer una obligatoriedad que evidentemente será impugnada.
Diarios importantes del país, como La Nación, lo publicaron como un hecho cierto, esperemos la confirmación del mismo.
Situaciones como la presente no son de extrañar desde el momento que varios funcionarios recientemente nombrados hicieron de inmediato declaraciones ajenas a sus funciones como si estuvieran en sus casas o en sus oficinas privadas.
Este disparate que personalmente pongo en duda ha movido al periodismo, redes sociales, colegios y universidades a promover un debate nacional aduciendo razones lingüísticas e ideológicas.
Diarios importantes del país, como La Nación, lo publicaron como un hecho cierto, esperemos la confirmación del mismo.
Situaciones como la presente no son de extrañar desde el momento que varios funcionarios recientemente nombrados hicieron de inmediato declaraciones ajenas a sus funciones como si estuvieran en sus casas o en sus oficinas privadas.
Este disparate que personalmente pongo en duda ha movido al periodismo, redes sociales, colegios y universidades a promover un debate nacional aduciendo razones lingüísticas e ideológicas.
Opino que ni ideológico, ni lingüístico, sería simplemente un debate innecesario, una adecuación a la doctrina comunista del igualitarismo: pensar igual, hablar igual, escribir igual, con una importante excepción, procesar, juzgar, sentenciar en forma desigual a favor siempre del populismo. de los pobres, de los corruptos y contra los ricos, los sabios, los periodistas y los jubilados.
Sabemos que el comunismo está empeñado en introducir su doctrina, pese a la caída del muro de Berlín y al fracaso de la política de los soviets. Intenta ahora con nuevos planes una penetración en las sociedades con la inteligente invasión cultural en las escuelas y universidades, destinada a provocar la división de las instituciones, de las familias, de la sociedad que provocaría lo que hoy llamamos grietas y de lo cual demostró ser una experta Cristina Kirchner.
El último eslabón de esta tarea separatista lo venimos observando en la incentivación del "lenguaje inclusivo", que bajo el pretexto del cambio y perfección del idioma, pone el acento en la excentricidad de suprimir el masculino y el femenino, dando pie al feminismo a ultranza para que la docencia se encargue de difundirlo con la finalidad de llegar a su uso obligatorio
Sabemos que el comunismo está empeñado en introducir su doctrina, pese a la caída del muro de Berlín y al fracaso de la política de los soviets. Intenta ahora con nuevos planes una penetración en las sociedades con la inteligente invasión cultural en las escuelas y universidades, destinada a provocar la división de las instituciones, de las familias, de la sociedad que provocaría lo que hoy llamamos grietas y de lo cual demostró ser una experta Cristina Kirchner.
El último eslabón de esta tarea separatista lo venimos observando en la incentivación del "lenguaje inclusivo", que bajo el pretexto del cambio y perfección del idioma, pone el acento en la excentricidad de suprimir el masculino y el femenino, dando pie al feminismo a ultranza para que la docencia se encargue de difundirlo con la finalidad de llegar a su uso obligatorio
En definitiva, el populismo divide para reinar y esto lo podemos comprobar con la política del kirchnerismo que hemos comentado varias veces en nuestro espacio.
Ingenuos y bien intencionados periodistas han mordido el anzuelo y se han prestado a debates sin sentido que facilitan los planes de los cultores gramscianos para un enfrentamiento "sin causa"en todos los sectores de la sociedad.
Si nos atenemos a las noticias que leemos y vemos diariamente, caeremos en la cuenta que reina en la sociedad un ambiente de discordia que muchas veces provoca violentos cambios de opiniones y discusiones sobre temas triviales, azuzados por intereses ajenos a los mismos, y que invariablemente llevan a la disidencia y a la enemistad sin motivos valederos.
Debemos evitar entrar en la vorágine de debates y discusiones alentadas para ocasionar fracturas en todos los niveles posibles, aptas para el colapso del Estado de derecho y la imposición de la "hegemonía cultural"
Ha sucedido en Chile, en Perú, en Ecuador y en Colombia con una similitud tan llamativa que nos pone en alerta.
Bolivia ya comienza a sufrir esa perversa planificación y nuestro país se halla en un peligroso equilibrio a romperse en cualquier instante.
De ningún modo afirmamos que el lenguaje inclusivo nos va a depositar en las fauces del comunismo, es sólo uno de los tantos factores en juego, y son varios, que debemos tener en consideración en defensa de la democracia y la libertad de pensar, opinar, escribir y obrar según nuestros principios y convicciones.
Si nos atenemos a las noticias que leemos y vemos diariamente, caeremos en la cuenta que reina en la sociedad un ambiente de discordia que muchas veces provoca violentos cambios de opiniones y discusiones sobre temas triviales, azuzados por intereses ajenos a los mismos, y que invariablemente llevan a la disidencia y a la enemistad sin motivos valederos.
Debemos evitar entrar en la vorágine de debates y discusiones alentadas para ocasionar fracturas en todos los niveles posibles, aptas para el colapso del Estado de derecho y la imposición de la "hegemonía cultural"
Ha sucedido en Chile, en Perú, en Ecuador y en Colombia con una similitud tan llamativa que nos pone en alerta.
Bolivia ya comienza a sufrir esa perversa planificación y nuestro país se halla en un peligroso equilibrio a romperse en cualquier instante.
De ningún modo afirmamos que el lenguaje inclusivo nos va a depositar en las fauces del comunismo, es sólo uno de los tantos factores en juego, y son varios, que debemos tener en consideración en defensa de la democracia y la libertad de pensar, opinar, escribir y obrar según nuestros principios y convicciones.