Los recuerdos de una niñez o adolescencia triste y desvalida, quedan grabados para toda la vida con un sentimiento de disgusto o envidia que se traduce en palabras o actos hostiles, como un resentimiento que florece en determinados momentos.
Ésa es la explicación que encuentro en las reacciones del Presidente y de la Vicepresidenta, en distintas ocasiones, separadas temporalmente, pero que los llevó a manifestarse en términos similares ligados a circunstancias políticas.
Dijo el presidente Alberto Fernández el 28 de agosto en Santa Fe: "Soñé con el momento en el que Buenos Aires le devuelva al resto del país todo lo que el país hizo por Buenos Aires.
Nos llena de culpa ver a la ciudad de Buenos Aires tan opulenta, bella, desigual e injusta con el resto del país”.
Dijo la vicepresidenta Cristina Fernández el 12 de diciembre de 2019
“La Ciudad de Buenos Aires tiene una situación privilegiada que genera una "gran desigualdad" con otros distritos.
En Capital hasta los helechos tienen luz y agua, mientras en el conurbano chapotean en agua y barro".
Desde hace tiempo, la Capital (Federal) concentró riquezas postergando el resto de la periferia, siendo el distrito más rico de la Argentina."
Ambas expresiones constituyen desacertadas discriminaciones, que pueden provocar violentos enfrentamientos entre porteños y bonaerenses, sin ninguna necesidad. Es el fondo del asunto.
En cuanto a la forma, dejo a los psicólogos la interpretación científica de estas similares expresiones, en fechas y lugares distintos, con la aclaración de que considero mi primera explicación más ajustada a las palabras de la Vicepresidenta.