La Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó el jueves que los tribunales que otorgaron domiciliarias dicten un nuevo pronunciamiento. Alertó sobre la posibilidad de fuga de los represores, y reiteró su jurisprudencia relativa al especial deber de cuidado que deben observar los jueces para neutralizar todo riesgo de fuga y entorpecimiento de las investigaciones en que se juzgan delitos de lesa humanidad. Podrían volver a prisión Baraldini, Greppi, Gatica y Pérez.
Los Honorables miembros de la Corte tienen temor de que ancianos de 80 y 90 años intenten fugar de sus mazmorras.
Mientras el país sufre una cuarentena de más de 150 días que atenta contra sus derechos y se ve abatido por una crisis económica sin parangones.
Mientra se suceden hechos de usurpaciones de tierras y propiedades
alentadas por militantes kirchneristas y la Cámpora con abierto desconocimiento
del derecho de propiedad, avalado por la
insólita opinión del gobierno de que no constituyen delitos, incluso la del
Presidente que busca disimularla con eufemismos
Mientras se denuncian y ordena detener las manifestaciones
de los propietarios víctimas de los despojos, con el envío de fuerzas de
Gendarmería.
Mientras los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial
quedan en manos de una sola persona, la vicepresidente que desobedece las órdenes de los jueces y arremete brutalmente contra las instituciones del país,
cambiando y nombrando jueces a su arbitrio.
Mientras se dictan DNUs que afectan la libertad de prensa,
asumiendo el Estado como dueño y señor de las comunicaciones-
Mientras el pueblo contempla azorado el atropello de la Constitución Nacional y espera la intervención del más alto tribunal como el útimo recurso para salvar la Republica, y ve que el intento per saltum de los jueces desplazados, no fue respondido y se teme por el triunfo de la ola corrupta que va por todo y está cerca.
Mientras nos invade un tsunami de estiércol que nos va hundiendo, aparece la Corte Suprema con una decisión del 3 de este mes que, sorpresivamente, se refiere a la negación de la prisión domiciliaria a los presos políticos con juicios infames llamados de lesa humanidad.
Esto es aberrante y aterrador, pues el más alto Tribunal
del país, en el que se centraban las expectativas y las ilusiones de la
ciudadanía, demostró su total desaprensión e indolencia, que nos va a llevar a
la catástrofe.