Otro dramático caso de la impunidad del Estado. Al igual que en todos los asuntos en que el gobierno es culpable y deudor, juega a la demora, a las apelaciones, a las obstrucciones, y demás argucias legales que lleven a un sobreseimiento por prescripción o por prevaricato-
El derrumbe del 1 de abruil de 1919 que provocó la muerte de el joven de 32 años Adrián Continiello está esperando justicia.
La impericia, mala práctica de la empresa constructora que sepultó al joven en su habitación la hace culpable del crimen.
La construcción de una torre al lado de la medianera de la casa de dos pisos mostraba serias irregularidades en el proceso de la obra.
El funcionamiento de máquinas que hacía temblar el edifico
lindero provocó su derrumbe.
La empresa se estará defendiendo para no pagar su crimen, pero quien nos dice que a lo mejor hasta ha cobrado el seguro por el siniestro.
Yo, como tantos, me uno al reclamo de que se haga justicia y
de que el Estado acepte la responsabilidad que le cabe, pues es
su obligación controlar las obras.
El hecho se produjo hace un
año y medio. De ninguna manera se justifica la demora.