sábado, 12 de diciembre de 2020

LA SOBERANÍA SANATA

 Conocemos la soberanía espacial, la energética, la aérea, la monetaria, la nuclear, la alimentaria, la marítima, la mayoría surgida de las inventivas populistas de los últimos gobiernos peronistas.

Se destacan por su originalidad:

Perón que nos engañó al referirse con la mayor petulancia a la "soberanía nuclear"

La presidente Cristina Kirchner nos regalaba la "soberanía espacial", cuando así denominó el lanzamiento del satélite Arsat.

La decisión del vicepresidente Amado Boudou de adquirir la principal imprenta de billetes en la Argentina, que lo llevó a una condena de más de cinco años de prisión. Fue catalogada por el entonces ministro de Economía Hernán Lorenzino, como una manera de mantener la "soberanía monetaria" que, en realidad es una desatinada definición, pues, en todo caso, era una soberanía personal. 

La soberanía  alimentaria del Presidente Alberto Fernández, con la pretendida  expropiación de Vicentin.

Y ahora recibimos la entrega de una antropóloga ministro de Seguridad Nacional, la soberanía marítima, que nos dice que el trabajo de protección que hacemos es una forma de ejercer la soberanía, una política estratégica de largo plazo, líneas de trabajo del Gobierno Nacional para combatir la pesca ilegal, respeto mutuo, excelente vínculo de trabajo, funciones de investigación, cooperación y generosidad, reuniones con legisladores y funcionarios, estrategias de vigilancia y control, mesas de trabajo, lo que nos permitirá contar en los próximos cuatro años con cuatro buques guardacostas.

Mientras desarrolla esta sanata para defender la soberanía marítima, miles de barcos chinos, portugueses, coreanos, españoles, llenan tranquilamente sus bodegas con una enorme cantidad de peces a su entera disposición.

Este artículo es objetivo, no critica ni alaba, expone hechos de una realidad soberana.