El organismo de Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) se ha distinguido por sus funciones de defensa del Estado contra el ataque de los jubilados que se ven obligados a iniciar los juicios de reajuste de haberes, al ser liquidados en forma deficiente desde el primer recibo, premeditadamente.
Es necesario señalar que en la preparación de los presupuestos anuales,
los gobiernos han previsto siempre una elevada suma destinada al pago de
sentencias en los juicios de los jubilados contra el Estado. Esto demuestra que
el Estado sabe y acepta que los litigantes por el reajuste de sus haberes en el
fuero previsional, obtienen sin ninguna excepción fallos favorables.
Este es un claro testimonio de que la mencionada previsión
presupuestaria es un pleno reconocimiento de que el Estado da por sentado,
pública y oficialmente, que ha incurrido en el delito de defraudación,
desde el momento que es consciente de la pérdida de todos los juicios.
Si, no obstante ese conocimiento, apela mecánicamente todas las
sentencias en primera instancia, es porque procede de mala fe y se sirve de su
organismo para fijarle un protocolo en off: Trampear, Demorar, Impugnar,
Obstaculizar, Apelar y No Pagar. Además, Anses se arrogó la facultad de apelar
las sentencias de los jueces que declararon exentos a los jubilados del
impuesto a las ganancias.
Soy jubilado litigante que luego de 21 años de juicio previsional con
sentencia favorable de la Corte Suprema de Justicia del año 1997, tuve que
recurrir al embargo de Anses para que finalmente se liquidara la sentencia. Cientos
de miles de jubilados se hallan en la misma situación, esperando desde hace
muchos años el pago de reajuste ordenado por sentencia.
Traigo a colación estos asuntos porque el 30 de diciembre de 2020 el
juez Ezequiel Pérez Nami hizo lugar a un planteo de la Vicepresidente Cristina
Kirchner y la autorizó a cobrar su pensión como expresidente. más la de
su marido, el expresidente Néstor Kirchner, con intereses retroactivos y sin
pagar el impuesto a las ganancias.
Luego de apelar sistemáticamente todas las sentencias previsionales
favorables a nosotros los jubilados, en la mayor parte de escasos montos, no ha
apelado todavía, como es su inveterada costumbre protocolar, el caso de la
Vicepresidente, a pesar de que esa sentencia representa una cuantiosa suma de
más de 20 millones de pesos y que viene a ser la única oportunidad de apelar
con fundamentos. Tampoco apeló la Procuración del Tesoro.
Estamos a la espera de un típico caso de servilismo humillante que no tiene parangón en la historia, y que, de producirse, sería un espectáculo dantesco de parcialidad y obsecuencia.
Desde la dirección de Massa, Boudou, Bossio Basavilbaso, Vanoli, Raverta, Anses se convirtió en acérrimo enemigo de los jubilados, mediante una persecución constante en contra de sus derechos y la aprobación de todas las disposiciones de ajuste de sus haberes emanadas del Poder Ejecutivo.
Jamás se le conoció
intervención o sugerencia alguna favorable a los mismos, pero en el presente
caso se olvidará del siniestro protocolo, hará la vista gorda y dejará pasar el
elefante por el agujero de la aguja.