Con esta publicación cerramos las efectuadas hasta el presente en relación a la insólita, parcial y deshonesta designación del juez Alejo Ramos Padilla, como un corolario del ataque de la Vicepresidente al Poder Judicial para lograr la ilegítima impunidad de sus delitos de corrupción por la que está siendo juzgada.
El avasallamiento a la Constitución y sus leyes, y la destrucción de la democracia ha dado lugar a la elección de este juez en un cargo de los más importantes, dirigido al manejo del fraude electoral en las próximas elecciones.
Los antecedentes publicados en estos 5 artículos serían más que suficientes para la impugnación de su nombramiento, pero vivimos en un país desahuciado, a merced de una banda de delincuentes que nos lleva a la desintegración.
¿Se necesita algo más para terminar con este corrupto sindicato de gobierno?
Convengamos que ésta es sólo una astilla del poderoso árbol que cayó sobre nuestras cabezas y que la única salvación a la vista es incendiarlo.
LA INDIGNIDAD DE LA JUSTICIA
La Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura decidió cerrar las denuncias contra el juez Alejo Ramos Padilla vinculado a la causa del falso abogado Marcelo D´Alessio, y la otra en que se le acusara de "pérdida de imparcialidad" en su exposición pública ante la Cámara de Diputados.
Resulta vergonzoso el apoyo político que recibe este juez prevaricador por parte del kirchnerismo, del populismo y del terrorismo. Lo han salvado de innumerables denuncias de juicio político, a las que se agregan estas dos últimas que acabamos de citar. Desde esta columna hemos dado a conocer la manifiesta parcialidad política de su actuación en todos los juicios, y su intervención siempre favorable a los padrinos que, ahora como antes, devuelven las atenciones prestadas por el indigno magistrado.
No se pueden olvidar sus desesperados e ilegales esfuerzos que viene realizando para lograr la anulación de los juicios de corrupción que están comprometiendo muy seriamente a la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidente.
Por ello quiso recusar sin éxito al fallecido juez Claudio Bonadío y al fiscal Carlos Stornelli.
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