Los demógrafos y los equipos internacionales de científicos realizan sesiones, reuniones y encuestas para conocer las causas del alarmante declive de nacimientos y el aumento de las muertes. “Hace falta un cambio de paradigma”, dice Frank Swiaczny, un demógrafo alemán que hasta el año pasado dirigía tendencias y análisis poblacionales para las Naciones Unidas. “Los países tiene que aprender a vivir con ese declive y a adaptarse a él”. ¿Adaptarnos sin combatir las causas?
Aunque la
población de algunos países sigue creciendo, sobre todo en África, las tasas de
fertilidad están cayendo prácticamente en todo el resto del mundo. Ahora los
demógrafos predicen que para la segunda mitad del siglo, o posiblemente antes,
la población mundial entrará por primera vez en un declive sostenido.
Las causas que provocan el declive del órgano masculino y del productivo femenino, sin ser demógrafo ni científico, veo que se hallan a la vista y conocimiento de todos nosotros, que nos mostramos indiferentes o cómplices de su osado avance. Lo explicaré al estilo Bill Clinton.
¿No se dan cuenta estúpidos que el declive no es desconocido? Es el Nuevo Orden estúpidos, que avanza en el mundo con la planificación adecuada. 1.- Legalización y financiamiento de abortos. 2.- Educación sexual para niños.3.- Idem para LGTB con apoyo de organizaciones internacionales. 4.- Recomendación y reparto gratuito de anticonceptivos (leyeron bien estúpidos? "anticonceptivos! 5.- Destrucción de la familia y desautorización a los padres. 6.- Sexo igualitario incentivado por leyes. 7.- Legalización y publicidad de matrimonios del mismo sexo. (leyeron bien estúpidos? del mismo sexo) 8.- Elección del sexo por propia decisión sin ninguna intervención médica ni judicial. 9.- Recomendaciones publicitadas de la virtud y bondad de la masturbación. 10.- Lenguaje inclusivo, sin masculino ni femenino.
Por último, todos sabemos que las causas de la declinación y desaparición de los imperios griegos y romanos, entre otros, fue la degeneración de las leyes y costumbres y aunque lo ocultemos o neguemos, el Nuevo Orden en marcha nos conduce inevitablemente a ese final,