El 31 de enero, con motivo del pedido de pericias al Juez Fayt para determinar si está en facultades de ejercer su cargo debido a su edad , sugerido por el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich y el Secretario de la Presidencia Aníbal Fernández , escribí mi opinión en mi blog bajo el mismo título de hoy. Propuse que las pericias habría que realizarlas sobre la inestabilidad de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, tomando en consideración sus últimas actuaciones poco edificantes por la cadena nacional que denotan una cierta inestabilidad psíquica
Pero he aquí que estos dos altos funcionarios del gobierno se está revelando con serias deficiencias de reacción en sus actividades públicas que son noticia no solamente en nuestro país sino en gran parte de diarios y noticieros extranjeros. El primero, por sus continuas contradicciones en sus conferencias de prensa y sus extraños comentarios que provocan hilaridad, rematados con el disparatado acto teatral de romper en pedazos dos hojas del diario Clarín, ante el canal televisivo oficial. El segundo, que no le va en zaga en cuanto a sus grotescas expresiones, muchas veces insultantes, se consagró hoy al solicitarle a la fiscal Viviana Fein que “no se ponga la malla” una insólita grosería y falta de respeto.
Todo parece indicar que las pericias médicas podrían extenderse a varios funcionarios oficialistas que aparentemente imitan y avalan con alegre sumisión la vena cómica y cruel de la jefa del vodevil. En el artículo mencionado al comienzo, estimaba que no era un asunto descartable el solicitar una pericia médica sobre la Presidente y proporcionaba en abono de mi argumento una lista de diez puntos de A a J. Informaciones llegadas hoy confirman mis impresiones. En efecto, desde Pekin la Presidenta envía el siguiente Tweet:
"102 empresas argentinas y más de 500 empresas chinas inscriptas en el seminario. Más de 1.000 asistentes al evento. ¿Serán todos de "La Cámpola" y vinieron sólo por el aloz y el petlóleo?
Poco después, agregó: "Sorry. ¿Sabes qué? Es que es tanto el exceso del ridículo y el absurdo, que sólo se digiere con humor. Sino son muy, pero muy tóxicos"
A la lista enunciada me veo obligado a agregar el punto once, letra K (valga la coincidencia) porque la situación de incertidumbre en que está sumido el país luego de la “muerte dudosa” del fiscal Nisman no admite bromas de ninguna naturaleza, menos aun cuando son de muy mal gusto y ofensivas para el país que visita la graciosa presidente emisora de las mismas. No se puede negar que tienen un fondo discriminatorio.
Cuando se justifica, siempre en tono bromista, cae en el tremendo error de su expresión “el exceso del ridículo y el absurdo” que es precisamente en el que ella cae con su desafortunada jocosidad. Finalmente habla del humor que indudablemente es loable en el carácter de las personas,ya que es necesario un sentido del humor, pero siempre en tiempo y lugar. El suyo suena a escabroso o más bien necrológico. En otras palabras, fuera de lugar.
Es prudente reiterar que no se trata de una declaración de insania, sino de una peligrosa inestabilidad mental que, dada la responsabilidad de sus funciones, hace aconsejable su separación del cargo, con la finalidad de proteger los sagrados intereses de la nación.