El plazo se acorta y el striptease llevado a cabo por el kircherismo no llega a tiempo para terminar de embaucar a los tontos y mentecatos, ignorantes y oportunistas que lo apoyaban y aplaudían con rostros bovinos plenos de obsecuencia.
Vislumbran la realidad de la derrota a pocos mese de su desembarco. La década ganada no alcanzó y entonces abandonan su perturbador striptease para ir a un desnudo total. Ingresan 52 empleados por día, sacuden con desesperación los sillones de jueces y fiscales. Sus candidatos nos ayudan al descarte merced a sus espontáneas declaraciones de “obediencia debida”. Llevan al Congreso ridículas propuestas de nombramientos viciados por falta de idoneidad y de substancia gris y que luego retiran del debate. Apresuran leyes de educación de carácter populista donde los alumnos deben clasificar a sus profesores (sic). Acusan a la DAIA de traición a la Patria para terminar de acentuar la división de los judíos argentinos.
Crean un nuevo organismo para controlar las telecomunicaciones en todo el país con 36 directores de La Càmpora y 20.000 empleados.
Se declaran finalmente ganadores de elecciones que perdieron abrumadoramente.
La impresión general es de que buscan apresurar su retirada.